Diego y Napoli: un amor que no conocerá del paso del tiempo

Hablar de Diego Armando Maradona y de Napoli es hablar de amor incondicional. Es eternidad absoluta y pura. Y es que desde 1984 hasta el final de los días, existirá una ligazón emocional que llevará a cualquiera, en cualquier conversación, a unirlos de manera ineludible.

AMOR A PRIMERA VISTA

La historia de amor entre Diego y el Sur de Italia nació precisamente el 5 de julio de 1984 y si bien tuvo un corte siete años después, el amor mutuo nunca encontró pausas. Ni las encontrará.

El día de su presentación oficial asistieron al estadio San Paolo, que ya no llevará más ese nombre, más de ochenta mil personas que, a pesar de la ilusión que tenían por tener a Maradona, no imaginaban que aquel zurdo de rulos iba a cambiar para siempre la historia de un club humilde, que se plantó mano a mano con los más poderosos.

“Cuando llegué, me recibieron 85.000 personas; cuando me fui, estaba completamente solo”, recordaría Maradona años después en una de sus míticas frases para graficar la intensidad de su estadía en el Sur italiano.

Con el “10”, el equipo de una de las ciudades más pobres de Italia se dio el lujo de conquistar los únicos dos Scudettos de su historia (1987/88 y 1990/91), una Copa Italia (1986/87) una Supercopa de Italia (1990) y una Copa UEFA (1989).

En total, su travesía contó con 259 partidos oficiales y 115 goles, una cifra que recién fue superada en 2017 por el eslovaco Marek Hamsik y hace unos meses, también, por el belga Dries Mertens.

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EL PASE DESDE EL BARCELONA Y EL INICIO DEL IDILIO DEL SUR

Luego de dos años frustrantes en Barcelona, Maradona fue vendido a Napoli a cambio de 1.200 millones de pesetas, algo así como siete millones de euros, una cifra millonaria para ese entonces, pero que hoy por hoy parecería un vuelto en relación a lo que generó.

La negociación fue encabezada por el ex presidente de Napoli, Corrado Ferlaino, quien desde el primer día tuvo que responder sobre si los fondos para pagar el pase de Maradona provenían de la famosa “Camorra”, la recordada mafia napolitana.

Su primer partido con la camiseta celeste de Napoli fue recién un mes y medio después de la histórica presentación en el San Paolo y fue en un amistoso contra el River de Américo Rubén Gallego, Norberto Alonso y Enzo Francescoli, que se encontraba de gira preparatoria por Europa.

Su debut oficial, no obstante, se dio el 16 de septiembre de ese mismo año con la derrota por 3-1 ante Verona, en condición de visitante.

A final de año, Maradona empezó con los roces con la dirigencia y a pesar de la negativa del club, viajó a Argentina para pasar las fiestas con sus seres queridos.

A su regreso, para la primera parte de 1985 y el final de la temporada, el equipo mejoró sustancialmente y terminó en la octava posición, con un total de 14 goles de Maradona, quien ya empezaba a ganarse el cariño de los napolitanos.

SEGUNDA TEMPORADA Y PRIMER LOGRÓ HISTÓRICO

La segunda temporada de Diego en el club marcó un hito histórico, ya que Napoli logró derrotar a Juventus, el poderoso equipo del norte italiano, por 1-0 con un golazo de tiro libre del “10”, que hizo que la ciudad se vistiera de fiesta, acto premonitorio para lo que se daría más adelante.

Después de ganar el Mundial de México 1986 con la Selección Argentina, Maradona llevó al Napoli a ganar el primer “scudetto” de su historia, con el que consagró su idolatría en el sufrido pueblo del Sur.

Diego fue el goleador del equipo con diez tantos en 29 partidos y para coronar una temporada soñada, también alzó la Copa Italia con un campaña histórica, ya que ningún equipo se había consagrado ganando todos los encuentros, lo que logró el Napoli del “Diez”.

La celebración por el título duró varios días y una imagen que será por siempre recordada será la pintada que apareció en las paredes del cementerio de la ciudad con la leyenda: “no saben lo que se perdieron”.

En simultáneo, Maradona también empezó a ser protagonista de noticias por su comportamiento afuera del campo de juego y en septiembre de 1986 nació Diego Maradona Junior, el hijo que tuvo con la ex modelo italiana Cristiana Sinagra y que recién fue reconocido por el futbolista veinte años después.

LA 87/88 Y LOS PRIMEROS RUMORES

A partir de la temporada 1987/88 también empezaron a salir a la luz los vínculos de Maradona con la noche napolitana, su compleja adicción a las drogas y su relación con los principales integrantes de la “Camorra” ya le generaba problemas.

A pesar de esto, el talentoso futbolista y el Napoli fueron subcampeones de la liga y conquistaron otra Copa Italia.

La consagración en Europa llegó recién en mayo de 1989 cuando Napoli ganó la Copa UEFA tras derrotar al Stuttgart de Alemania por un resultado global de 5-4.

Este fue el único título internacional a nivel de clubes para Maradona, quien marcó un gol en la final de ida, disputada en el San Paolo.

Un año después, a fines de abril de 1990 y en la previa del Mundial de Italia, Maradona ganó su segundo título de liga con Napoli con actuaciones inolvidables contra los “grandes” del Norte como Milan y Juventus.

EL MUNDIAL Y UN QUIEBRE QUE NUNCA FUE TAL

El destino quiso que la historia de amor de Maradona y Nápoles comenzara a resquebrajarse el día de la semifinal del Mundial de 1990, cuando el seleccionado argentino, defensor del título, enfrentó a Italia en el estadio San Paolo.

En aquella oportunidad, el público italiano silbó el himno argentino en la previa del partido que el equipo de Carlos Bilardo ganó en la definición por penales y el vínculo sufrió un quiebre, una primera herida.

Maradona siguió en Napoli pero ya no era lo mismo y el ciclo futbolístico se cerró el 24 de marzo de 1991 cuando disputó su último partido en la derrota por 4-1 ante Sampdoria, donde marcó el gol del descuento, de penal.

EL DOPING Y LA “VENDETTA”

Unos días después de aquel 24 de marzo, Maradona sería suspendido por quince meses ya que en la fecha anterior (victoria 1-0 contra el humilde Bari) se encontraría cocaína en el test que se le realizó luego del partido.

“Ese doping era la venganza, la ‘vendetta’ contra mí, porque la Argentina había eliminado a Italia, y ellos habían perdido muchos millones”, explicaría Maradona, años después, en su autobiografía.

LA ÚLTIMA VISITA

En 2017, el “Diez” volvió a Nápoles en lo que terminaría siendo su última visita al lugar en el que fue más feliz de todos, sacando su Fiorito natal.

Allí, Diego recibiría la merecida distinción de “ciudadano honorífico” de la ciudad por lo hecho en el verde césped.

Aquella visita causó una gran revolución en las nostálgicas calles de Napoli, en las que aún sigue estando inmortalizado en cada esquina que habla y seguirá hablando de Maradona.

Lo cierto es que lo que comenzó el 5 de julio de 1984 y parecía apagarse tras el Mundial de Italia 1990, finalmente nunca lo hará.

Ni la triste muerte de Diego Maradona, ocurrida ayer cerca del mediodía, a miles de kilómetros de su segunda casa, podrá aplacar el amor eterno de una ciudad que lo recibió como futbolista pero que lo adoptó como leyenda.

“O mamma mamma mamma, sai perche’ mi batte il corazon? ¡Ho visto Maradona, Ho visto Maradona! Eh, mamma’, innamorato son”, seguirá sonando para siempre en el recuerdo de todos los napolitanos y en los de cada persona que se haya deleitado con su zurda, independientemente de haber tenido la posibilidad de haber sido contemporáneo de su magia.