Las PASO reclaman mayor transparencia y no ser obligatorias
Edición Impresa | 9 de Diciembre de 2020 | 03:54

El Congreso nacional tratará en estas jornadas un proyecto de ley que busca suspender en 2021 las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), invocándose como motivo la pandemia de coronavirus. Como se sabe, esta situación deberá ser debatida también en forma independiente por la Legislatura bonaerense, ya que de adoptarse la misma postura tendría que existir para la Provincia una ley aprobada por las Cámaras legislativas bonaerense. En ambos casos, se ha asegurado que la suspensión sólo sería para las PASO del año próximo.
Sea como sea, las múltiples controversias y negociaciones políticas que podrán sucederse en estas horas aportarán nuevas definiciones sobre una cuestión que, en realidad, no es la de fondo y que, más allá de las connotaciones circunstanciales que pueden acompañarla, tiene que ver básicamente con la participación ciudadana en los procesos electorales que se suceden en nuestro país.
Si se trata de analizar la esencia de las PASO, concebidas originalmente para permitir la preselección interna de los candidatos de cada partido político, se sabe, sin embargo, que en la práctica resultaron ser meramente declamativas, pues en casi todos los casos la mayoría de los partidos ya había decidido la conformación de sus nóminas y las candidaturas principales en el orden provincial y nacional, sin haber supeditado esa decisión al dictado de las urnas.
En el caso de los últimos comicios, no puede obviarse el hecho que ninguno de los dos partidos mayoritarios -el PJ opositor entonces y Cambiemos a cargo del gobierno- sometieron a procesos internos la selección de candidatos para ocupar nada menos que la Presidencia y la Vicepresidencia de la República.
Se dieron allí las sorprendentes definiciones de que la candidata a Vicepresidente del partido opositor eligiera a quien fue postulado como candidato a Presidente, mientras que en el caso del oficialismo el entonces Presidente de la República fuera quien optó para Vice por una figura que no conformaba la alianza Cambiemos, sin que las urnas hubieran convalidado esas opciones.
El hecho de que las internas sean obligatorias para la ciudadanía -una condición que no rige en casi ningún país del mundo para las elecciones primarias- constituye desde ya una referencia negativa que debiera ser removida. La obligatoriedad nada aporta en el caso de las primarias, cuya finalidad es robustecer la vida interna de los partidos políticos.
Además, las primarias podrían realizarse o no en forma simultánea y organizadas por cada uno de los partidos políticos. Asimismo, en ellas sólo tendrían que participar los afiliados de cada una de esas agrupaciones, para evitar que puedan producirse maniobras especulativas, que nada tienen que ver con la democracia interna de cada organización, usándose en forma aviesa los votos de personas ajenas al partido que realiza su elección interna.
De sobra se conoce que, en los pocos años que llevan de vigencia las PASO en nuestro país, se utilizó el voto extra partidario para alterar los porcentajes reales de las mayorías y minorías naturales de algún partido.
Frente a esa realidad correspondería, entonces, señalar que el sistema electoral vigente en nuestro país sigue reclamando cambios y actualizaciones capaces de ponerlo a resguardo de esas desvirtuaciones y, asimismo, de deficiencias operativas que deben ser imputadas a la obsolescencia instrumental con que se siguen desarrollando los procesos comiciales. En ese contexto, la transparencia democrática empieza a defenderse desde la realización de primarias bien concebidas.
Si bien las PASO no significaron el real inicio del recambio del sistema electoral que se viene pidiendo para la Argentina desde hace muchos años -sobre todo después de lo ocurrido en 2001, cuando el sistema representativo pareció colapsar- es verdad que podrían ser valoradas como una instancia más de modernización y oxigenación de ese sistema electoral, y para robustecer a los partidos que son un instrumento indispensable para la vigencia de la democracia.
Sin embargo, mientras persistan condiciones en las PASO, como la obligatoriedad del voto y el uso para un sector partidario de votos que corresponden a otro partido político, se estará siempre lejos de aquellos objetivos.
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