La lupa se posa nuevamente sobre los micros de dos pisos

Una vez más, al igual que el 11 de enero pasado, las autoridades nacionales del Transporte anunciaron que revisarán la operatoria de los ómnibus de doble piso, dada la seguidilla de accidentes registrados con unidades de ese tipo, aun cuando en esta oportunidad el presidente de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) avanzó un paso más, al calificar como necesaria la revisión, destinada a determinar si ese tipo de micros debe seguir funcionando o no en las rutas del país.

Desde luego que la medida resulta de compleja aplicación dado que la mayor parte de los colectivos de larga distancia en nuestro país son de doble piso, un porcentaje que se presenta en muy pocos países en donde esos colectivos son utilizados sólo para viajes cortos y urbanos. Está claro que en nuestro país la tasa accidentológica resulta muy elevada en las rutas. Como se recordará, el último episodio registrado hace pocos días en cercanías de Samborombón, en la ruta 2, dejó el saldo de dos personas muertas y unas catorce heridas.

Afirmó que en esa materia existe una suerte de descontrol y que, por ello, el ministro de Transporte tomó la decisión de pasar rápidamente a un sistema tecnológico que no tenga la posibilidad de que el chofer maneje más de lo que puede, y descanse 10 horas si está fuera de su domicilio y 12 si está en su domicilio.

El 98 por ciento del parque de ómnibus es de doble piso, corroboró el funcionario, para añadir que la revisión se convierte en una necesidad imperiosa. En cuanto a que el accidente pudo haber ocurrido por una falla humana –en este sentido, se habló de que el chofer podría haberse quedado dormido mientras manejaba- el funcionario sostuvo que se ha llegado a un punto crítico en cuanto al tema de las libretas de descanso.

Tal como se indicó en esta columna hace muchos años, a raíz del vuelco de un micro de dos pisos en la ruta 2 que se tradujo en la muerte de más de quince pasajeros, un especialista en el tema advirtió sobre los peligros que implicaba la presencia de tales vehículos, aludiendo a su inestabilidad frente al viento, a las dificultades del manejo y a la falta de uso de cinturones de seguridad por parte de los pasajeros, además de haber señalado también como agravante la gran cantidad de materiales plásticos que se usan en el interior de esas unidades y que resultan altamente inflamables.

Con posterioridad, se sucedieron varias tragedias en las rutas argentinas en choques o vuelcos de micros de dos pisos, habiéndose registrado sólo en los últimos tres años al menos dieciséis vuelcos de micros con el terrible saldo de 66 víctimas fatales y 270 heridos, en una situación que, como dijeron los peritos consultados, habla de la inestabilidad de esos modelos y de la falta de seguridad que exhiben, con directo perjuicio para la seguridad de los pasajeros y de los choferes. Parece, entonces, llegada la hora de que las autoridades profundicen los análisis y adopten las medidas que los especialistas aconsejan.

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