Más testigos robustecen la hipótesis de que Renzo cayó al vacío por accidente

El juicio que ventila la muerte de Renzo Villanueva (7), el niño con síndrome de Down que cayó desde el séptimo piso de un edificio del centro platense, avanzó ayer con la declaración de un policía que se entrevistó con el padre (acusado de la muerte junto a su pareja Rosa Martignoni) una hora después del hecho y estuvo en la escena desde esos primeros momentos.

Ratificó que vio a Diego Villanueva “devastado” y “llorando desconsoladamente”, como ya lo contaron varios testigos en el debate que se inició la semana pasada en los tribunales penales de 8 y 57.

El policía de la DDI Mariano Vizcarra recordó que el padre le contó entonces que el nene estaba tirando unas flechitas, que solía esconderse y jugar a encontrarse, y que se distrajo porque estaban en pleno proceso de mudanza. Que en ese momento fue al cuarto de Renzo y lo vio caer por la ventana; bajó corriendo y pidió ayuda.

Declaró Vizcarra que desde ese momento siempre tuvo “la sensación” de que había sido un “accidente”, no sin reconocer que en el gabinete de investigación las opiniones estaban divididas, aunque quienes se inclinaban por la hipótesis del homicidio “se basaban en los dichos de la madre”.

También declaró una acompañante terapéutica que Villanueva había contratado para que asistiera a Renzo. La testigo refirió, como otra colega que declaró anteayer, que el niño tenía buen vínculo con su padre y la pareja de éste, a quien la llamaba “mamá Rosa”. Describió a la víctima como un niño inquieto, negó haberlo visto golpeado y descartó que el padre no le diera de comer. Por el contrario, aseguró que Villanueva le preparaba comida abundante y le compraba las galletitas que le gustaban. Refirió que Renzo no tenía problemas con la motricidad gruesa pero sí con la fina, que lo complicaba con algunas actividades, como la escritura.

Apuntó, además, que la ventana de la pieza de la víctima siempre estaba cerrada.

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Otra testigo que declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal III de La Plata -integrado por los jueces Ernesto Domenech, Andrés VItali y Santiago Paolini- fue Noelia Ponce de León, hija Ángela Donato y media hermana de Renzo. Describió a Diego como “violento” al asegurar que “revoleaba cosas, se enojaba” y “en cualquier momento podía estallar”. Lo acusó de “abandonar Renzo” y agredir a su madre “cuando estaba embarazada”, además de rechazar al niño “cuando se enteró de que tenía una discapacidad”.

En línea con la declaración de Ángela, aseguró la joven que Diego “no le daba de comer (a Renzo), lo tenía sucio y tenía golpes”.

Por último, recordó que su hermano necesitaba de su ayuda porque se podía lastimar.

Por último se escuchó el testimonio de una abogada que tuvo contacto con los padres de la víctima por el alquiler de un departamento en el que Ángela vivió con Renzo. Ante el inminente desalojo por falta de pago la mujer se fue, pero -aseguró- quedó “detonado”, con faltante de lavatorios, roturas y en mal estado general.

En la jornada de ayer debía declarar una médica, pero no pudo hacerlo por estar en aislamiento preventivo por coronavirus, ya que regresó recientemente de un viaje. Su testimonio se incorporó por lectura.

Villanueva llegó a este juicio acusado por homicidio agravado por el vínculo y Martignoni por homicidio simple. A ambos los defiende Darío Saldaño, con la hipótesis de que el 10 de octubre de 2017 Renzo cayó accidentalmente del séptimo piso de un departamento de 9, 55 y 56. Los fiscales son Victoria Huergo y Javier Berlingieri. El juicio sigue hoy, desde las 9.