Entre facturación cero y deudas que se acumulan, muchos comercios agonizan

- ¿Qué vas a hacer?

- Y... No tengo idea.

El brevísimo, tajante intercambio, se produce varias veces por día entre comerciantes platenses. En la base de esa pregunta y esa respuesta hay mucha angustia, bastante bronca, toneladas de incertidumbre, y una sola certeza: que uno de los sectores más dinámicos de la economía regional está ante un panorama “desesperante”, producto de una terrible ecuación: facturación cero, deudas que se acumulan minuto a minuto, ni siquiera una vaga estimación sobre la fecha de vencimiento de esta situación, y falta de apoyo por parte del Estado. La cadena de pagos se rompió, lanzan sin rodeos.

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Referentes de centros comerciales ven un futuro -sin fecha, dicho está- con muchos locales vacíos y comerciantes de toda la vida “prácticamente empezando de cero”.

“Es devastador. Hay mucha gente abatida, que no sabe cómo seguir. Venimos de dos o tres años de ventas en caída libre, y cuando empezamos a ilusionarnos con un cambio (tras la asunción del nuevo gobierno) llegó esta situación”, dijo Alberto Catulo, quien preside la comisión de centros comerciales de la Federación Empresaria de La Plata (FELP).

“Más de nueve mil familias viven de esta actividad. Marzo pasó. Pero ya hay suspensiones (50 por ciento del sueldo) y adelanto de vacaciones, con el inmenso dolor que implica para un comerciante tomar una decisión así, pues un negocio es una pequeña empresa que funciona como una segunda familia, donde todos tiran para el mismo lado”, disparó el titular del Centro de Comerciantes de Calle 8, 9 y Adyacencias, Guillermo Salvioli.

“No somos suicidas. Sabemos que la flexibilización de la cuarentena debe ser muy gradual, muy controlada. Pero las cosas por su nombre: si a mediados de mayo no podemos empezar a vender algo, entramos en un terreno de agobio absoluto. ¿Tres meses sin ventas? Ya tendríamos que empezar a hablar de la extinción de muchos rubros”, agregó.

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Viajamos a la zona norte. “Hablemos de un local entre chico y mediano. Tranquilo. Venta de ropa en cincuenta a sesenta metros cuadrados por los que el dueño paga 30-40 mil pesos de alquiler, dos empleados con sueldos de 20-30 mil pesos y un refuerzo el fin de semana, sumémosle tasas, impuestos, servicios, cargas patronales y demás. Ese comercio está perdiendo entre 100.000 y 200.000 pesos por mes”, calculó el presidente del Centro Comercial de City Bell, Martín Bizet. “Y me quedo corto”, estimó.

“Hay comercios a cargo de nietos de los fundadores. Y hoy uno ve que no saben qué hacer. La incertidumbre es total”

Guillermo Salvioli,
Centro Comercial Calle 8 y 9

Hace ocho, diez años atrás, la calle Cantilo creció y se consolidó como uno de los centros gastronómicos más importante de la Región, remarcó Bizet, para añadir que “acompañando” ese boom experimentaron un ‘subidón’ unos 550 locales de otros rubros. “Y eso sólo en el centro, pues la localidad cuenta con más de mil comercios”, puntualizó, para describir que “todo eso está muerto. Facturando casi cero y acumulando deudas. Un día cualquiera, a media tarde, Cantilo devuelve la postal de un domingo o un feriado”, aseveró.

Los comerciantes están en comunicación permanente. Casi a diario, entre 50 y 60 realizan un zoom. Alberto Catulo, desde la FELP, coordina esos encuentros virtuales. “Se habla de créditos bancarios al 24 por ciento. ¿Quién los vio?”, se preguntó el presidente del Centro de la Calle 12.

Pero además sentenció: “Eso no nos sirve. Necesitamos un préstamos a tasa cero y con, al menos, tres meses de gracia”, señaló, un punto en el que coinciden todos los referentes comerciales consultados por este diario.

“La banca nos dio la espalda. Y las medidas que tomó el gobierno hasta ahora no repercutieron en el sector”, afirmó. “El auxilio bancario se implementó en Chile, en Estados Unidos, en Francia. ¿Por qué no en Argentina?”, planteó Salvioli.

“Medio año de parate implica tres o cuatro años para ponerse en pie. Y lo ‘por venir’ es muy desalentador”

Martín Bizet,
Centro Comercial de City Bell

Otra cuestión que quema es la de los alquileres. “Algunos lograron renegociar, acordando pagar el 50 por ciento. Otros no pudieron. Igualmente, abonar la mitad del alquiler facturando cero por mes es un dineral”, hizo notar Bizet.

VENTA ON LINE Y POLÉMICA

La propuesta de permitir la venta on line hizo ruido en el sector, ya que, consideran los comerciantes, se parece más a un “eslogan” que a otra cosa. Y argumentan esa postura.

“¿Dónde están los protocolos que permiten salir y circular por la calle para ir hasta el local o el depósito? No existen. ¿Y dónde los que regulan la venta a domicilio? ¿Venderemos sin posibilidad de cambiar la prenda entonces? Porque, ¿quién garantiza que la persona que se la prueba no tiene nada? Absolutamente nadie”, dijo Catulo.

Salvioli tampoco lo ve como salida por la simple razón de que “si todo el mundo está en su casa, si no hay vida social, cuál va a ser la motivación para gastar en una prenda nueva o en un par de zapatos”, reflexionó. “Además, un alto porcentaje de esa gente está pasando por una situación similar desde otro lado. No tiene ingresos o se le han reducido drásticamente, paga impuestos, servicios, quizás alquiler, la cuota del colegio. Y, sobre todo, se tiene que alimentar”, enumeró.

Ayer, la FELP y la Cámara La Plata Oeste (CALPO) entraron de lleno en ese tema. En una carta, le piden al intendente municipal, Julio Garro, que “en carácter de urgente” acompañe la solicitud de las Pymes platenses para que, tanto a nivel provincial como nacional, se las autorice a realizar ventas on line “con los correspondientes permisos al personal (dos trabajadores) para preparar los eventuales envíos y manipular mercadería a puertas cerradas (...) La presente se basa en la imperiosa necesidad de destrabar el circuito comercial, procediendo de manera responsable y de acuerdo a protocolos a determinar, atendiendo todas las normas sanitarias conocidas. (De ningún modo) esta solicitud comprende atención al público en ninguna circunstancia”, finaliza el texto.

¿VOLVER A EMPEZAR?

Martín Bizet contó que “esta situación cayó en medio del cambio de temporada. Así las cosas, la pandemia y la cuarentena nos sorprendieron con los locales repletos de ropa pesada (de invierno) y cara, parte de la cual se pagó en efectivo y hoy descansa en los locales cerrados, mientras que otra parte se abonó con cheques. Si esto levanta para la primavera o para octubre, el retraso en alquileres, sueldos, proveedores y demás será imposible. El Estado no estaba preparado para una situación así. El sector privado tampoco. Lamentablemente, en el futuro cerrarán locales. Se ayudó a los que nada tienen y está bien. Quienes ganaron mucho en los últimos años y las grandes empresas tienen espaldas. En el medio, quedamos nosotros. Pequeños emprendedores, trabajadores del comercio”, definió.

Salvioli, desde el microcentro, contó que “hay comercios que pasaron de abuelos a padres y de padres a hijos y que hoy no saben qué van a hacer, qué va a suceder”.

“Cuando alguien abre un comercio, apuesta. Invierte y espera un año o un año y medio hasta ver los frutos. Ahora serán muchos los que, tras años y años de trabajo, tendrán que empezar desde cero”, remató Catulo.