Brasil tiene casi 7 mil casos y en Ecuador la situación es crítica

Brasil reportó ayer que ascendió a 240 la cantidad de muertos por el coronavirus y suman 6.836 los casos positivos, con el estado de San Pablo como epicentro del país, con 2.981 contagios.

En las últimas 24 horas murieron 39 personas y se confirmaron 1.119 nuevos casos de infección del virus, de acuerdo con el informe diario suministrado por el ministerio de Salud.

En San Pablo, en tanto, hubo 28 muertos en un día. En Río Grande do Norte un joven de 23 años, con obesidad, fue reportado como víctima fuera del grupo de riesgo. Además de San Pablo, los casos se concentran en los estados de Río de Janeiro (832), Ceará (444), Brasilia (355), Minas Gerais (314), Río Grande do Sul (306), Santa Catarina (235), Bahía (246), Paraná (224), Amazonas (200), Espirito Santo (96) y Pernambuco (95).

En el estado de Amazonas, una joven de 19 años se convirtió en la primera indígena en ser contaminada. Es el primer caso conocido en las casi 350 tribus brasileñas.

Una de las notas más preocupantes de la Región la dio ayer Ecuador, donde las imágenes de cadáveres en las calles de Guayaquil impactaron al mundo entero.

Según los reportes que llegan de ese país, donde ya se cifran en 2.302 los positivos por el COVID-19 y 79 los fallecidos, las autoridades están desbordadas y aún no pudieron retirar todos los cuerpos de personas que murieron por el coronavirus en plena vía pública. Desde el Ejecutivo ecuatoriano, se reconoció que se doblaron los esfuerzos para recoger y sepultar los muertos por la pandemia.

En Chile, en tanto, el Ministerio de Salud informó ayer que se registraron cuatro nuevas muertes por coronavirus en el país, sumando un total de 16 hasta la fecha, y que el número de contagios ascendió hasta las 3.031 personas.

En las últimas 24 horas se registró un aumento de 293 nuevos casos y cuatro decesos respecto a la jornada anterior.

En el país trasandino, los expertos esperan que el pico de contagios se dé entre finales de abril y principios de mayo, lo que obligó a postergar el histórico plebiscito constitucional que estaba previsto para el 26 de abril y que estaba llamado a calmar las graves protestas sociales contra la desigualdad que estallaron el pasado octubre.