Incertidumbre y ansiedad

Mario. A Vestfrid (*)

mavestfrid@hotmail.com

El analfabetismo emocional no nos permite evaluar diariamente lo que los medios de comunicación nos transmiten. El respeto por las normas depende en gran medida de la educación y fundamentalmente del aprendizaje de las habilidades blandas. La alfabetización emocional nos trae grandes beneficios, por lo cual uno no debe alejarse de sus emociones sino por el contrario enfrentarlas. Esta forma de actuar es el camino que nos permite reflexionar sobre nosotros mismos y tomar las decisiones más adecuadas para cada circunstancia en particular. La nueva pandemia por la que estamos atravesando nos ha sumido en un estado colectivo de incertidumbre. Muchos de los medios de información en lugar de notificar lo que sucede nos generan estados de temor y pánico. Las constantes noticias sobre la pandemia están afectando la salud mental, particularmente de aquellas personas que están pasando por estados de ansiedad y trastornos de tipo obsesivo-compulsivo (TOC). Preocuparse por lo que está ocurriendo es normal y beneficioso. Para ciertos individuos alarmarse de sobremanera puede dañar su bienestar y salud mental. Rosie Weatherley, portavoz de la Asociación Sin Ánimo de Lucro de la Salud Mental (MIND), señala que “…una gran parte de los individuos con ansiedad se preocupan por lo desconocido y están a la espera de que suceda algo”. Sin embargo, el coronavirus no es el responsable. El miedo a que todo salga de su control es uno de los factores que nos hace incapaces de tolerar la inquietud e incertidumbre, lo que puede generar situaciones de estrés intermitente y crónico. Si se prolongan estas circunstancias pueden afectar el sistema inmunológico. En conclusión, la solidaridad y no el miedo es el camino que nos ayudará a superar la presente situación provocada por la pandemia de coronavirus.

(*) Médico, Presidente de (FUNDANYCC