El festejo virtual del ingeniero platense de 105 años

La pandemia del coronavirus, que tuvo como consecuencia en nuestro país el aislamiento obligatorio desde el 20 de marzo, no le impidió al platense Honorio Añón Suárez celebrar ayer sus 105 años de vida. En su casa de Pinamar, en donde reside desde que se jubiló, se conectó con sus seres queridos a través de una plataforma de videollamadas.

Nació en la ciudad de La Plata el 19 de mayo de 1915 y se recibió en la Facultad de Física-Matemática (UNLP) de Ingeniero Civil a los 24 años, profesión que lo acompañó hasta su jubilación.

En su trayectoria profesional fue decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata (desde 1958 a 1960); tuvo el cargo de vicerrector de la Universidad Atlántida Argentina; participó de la fundación y fue rector de la Universidad Nacional de Comahue; ejerció la docencia durante muchos años; y fue miembro fundador de la Comisión Permanente del Asfalto.

Si bien toda su vida la transcurrió en nuestra ciudad entre diagonales y tilos, junto a su esposa (falleció hace unos años) decidieron mudarse hace cuatro décadas a Pinamar. “Siempre visitábamos Villa Gesell en verano, y pasábamos por Pinamar, y un día mi mujer me dijo: ‘¿Qué te parece si nos quedamos acá?’ Y nos quedamos. Ya estábamos a punto de jubilarnos”, comentó en 2015, cuando cumplió los 100 en una entrevista realizada por la Universidad Atlántida.

Pero más allá de su faceta profesional, en sus 105 años de vida supo construir una gran familia que lo acompaña: tiene 5 hijos. 17 nietos y 18 bisnietos. Como la mayoría de los platenses, también le gusta el fútbol, y es confeso hincha de Gimnasia.

En la ciudad de Pinamar no está solo, sino que vive junto a Gustavo, el cuarto de sus hijos en orden cronológico. Él fue el encargado de prepararle el “Zoom” a Honorio para que pueda ver, a través de una pantalla, a sus seres más queridos (entre ellos su hermano menor de 87 años, el ingeniero José Jesús Añón Suárez) y festejar un año más de vida. Si bien esta vez no puedo juntarse a comer en una mesa con todos sus familiares, no dejó de recibir las felicitaciones y el infaltable cántico de cumpleaños.

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A pesar de que no puede salir de su casa por estar dentro de los grupos de riesgo en la pandemia del COVID-19, la tecnología le permitió al prestigioso ingeniero platense tener contacto con todos aquellas personas que tanto lo quieren. Si bien no fue el cumpleaños que imaginó, no dejó de ser una celebración emocionante.

En diálogo telefónico con este medio en la jornada de ayer, sus familiares contaron que está bien de salud y que no toma ningún medicamento, una rareza teniendo en cuenta la cantidad de años que lleva en sus espaldas. A su edad puede darse el lujo de ya no tener horarios, y por eso duerme hasta la hora que quiere y disfruta al máximo cada instante tras una vida repleta de actividades y responsabilidades por su exitosa carrera.

Cuando cumplió los 100 le preguntaron en varios medios cuál era la clave para llegar tan bien a esa edad y, su repuesta, siempre fue la misma: “Portarse bien, mantener la tranquilidad, estar en compañía de la familia... y tomarse una copita de vino”.

Fue decano de la Facultad de Arquitectura de la UNLP y vicerrector de la UAA