Aldo Rubén Sarasola

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El fallecimiento de Aldo Rubén Sarasola dejó una profunda huella en el turf platense. Su esfuerzo y honestidad quedaron como marca registrada de su personalidad. Desarrolló su pasión de manera tal que cosechó numerosos logros y múltiples muestras de afecto. Luchó para mejorar el deporte en forma constante e impulsó el crecimiento de las entidades que integró a lo largo de su reconocida trayectoria.

Había nacido en Quehué, La Pampa, el 8 de octubre de 1938. Sus padres Alberto Sarasola y Matilde Fiorucci le marcaron los pilares de su vida, basados en la cultura del trabajo, legado que también supo transmitir.

Llegó a La Plata muy joven, junto a sus tres hermanos. Tras realizar la primaria y gran parte de la secundaria en su pueblo natal, realizó el último año de la secundaria en el colegio San José de nuestra ciudad. Luego ingresó a la facultad de Medicina de la UNLP, pero al poco tiempo tuvo que hacer el servicio militar obligatorio y no pudo retomar los estudios. Eso lo volcó de lleno a sus emprendimientos laborales.

Realizó diversas actividades hasta que llegó a tener una estación de servicio y luego se dedicó al turf tras comprar caballos para dedicarse a la actividad que le apasionaba. Integró la Fundación Hípica Rocha de Plata y la Asociación Bonaerense de Propietarios de Caballos.

También fue directivo del Hipódromo de La Plata, donde desarrolló una destacada labor como secretario de la Comisión de Carreras, cargo por el que recibió distintas distinciones.

Nunca dejó de pensar en su pueblo natal, a quién le donó su casa. Las autoridades y los vecinos la transformaron en patrimonio municipal y Casa de la Cultura Quehué.

Se casó con Marta Alcalde el 22 de noviembre de 1963. Tuvo cuatro hijos: Fabián, Adrián, Diego y Mauro. La familia se amplió con la llegada de siete nietos.

Ninguno de los cuatro hijos siguió su pasión por el turf, pero si heredaron el amor por Estudiantes de La Plata, club del que fue fanático.

A sus hijos les inculcó que estudiaran o trabajaran. Y si estudiaban que se dedicaran sólo a eso, para lo cual él los ayudó a lo largo de sus carreras universitarias. Además, colaboró con el estudio de los hijos de los empleados que tuvo en sus diferentes actividades.

En cada espacio en el que estuvo fue muy querido y respetado por su claridad, entrega y honestidad para alcanzar las metas propuestas.

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