Geriátricos que se reinventan: el reencuentro con los seres queridos, tres meses después

Los adultos mayores son los más vulnerables en esta pandemia y los que más están sufriendo un aislamiento que comenzó hace tres meses y nadie sabe cuánto más va a durar. Su vida, adentro de los geriátricos y hogares de mayores, es tema de observación en materia de salud. ¿Cómo hacer para no exponerlos a contraer el virus y que al mismo tiempo no se sientan alejados de sus familiares?

El foco está ahí. Son miles los abuelos de la Región los que se encuentran en uno de ellos y el porcentaje que regresó a su casa al determinarse la cuarentena es mínimo. Allí están desde hace tres meses, con información y cuidados extremos, pero con una cuota de angustia provocada por el aislamiento que no lo podrá suplir ninguna videollamada, carta o mensaje de voz que reciban.

“Tuvimos que cancelar todo tipo de salidas y visitas. No podemos poner en riesgo la salud de los abuelos que se encuentran aquí. Trabajamos fuertemente en el aspecto anímico para que estén de la mejor manera”, contó el titular de uno de los geriátricos de La Plata que nuclea la Cámara de Hogares y Centros de día de la Provincia de Buenos Aires.

“Se tuvo que capacitar a todo el personal. Los gobiernos provinciales y nacionales bajaron una línea, pero nosotros nos encargamos de poner en funcionamiento un protocolo estricto”, agregó el propietario que explicó que no todas las residencias de mayores son iguales y tampoco quienes permanecen adentro. “Cada caso es especial”.

Al mes de decretada la cuarentena se dispararon casos de coronavirus en diferentes geriátricos del país que encendieron las alarmas. Y fue entonces cuando los protocolos ejecutados se hicieron más duros. Se acabaron las visitas, las salidas y se restringió al máximo el ingreso de profesional especializado. En La Plata, por suerte, no hubo sucesos para lamentar. Pero la angustia de los adultos mayores encendió otra alarma para atender.

Días atrás, al respecto, la gerontóloga española Lourdes Bermejo dijo que si no se utiliza la creatividad para flexibilizar el aislamiento en las residencias de larga estadía (conocidas como residencias de mayores), sin descuidar los protocolos de seguridad, las personas mayores no van a morir por coronavirus pero sí de pena.

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Novedosa iniciativa en un geriátrico de ensenada

Para hacerle frente a este otro prolema disparado por el coronavirus, en el geriátrico Alberdi de Ensenada pudieron dar un paso adelante: retomar las visitas de familiares a pesar de la cuarentena y del posible retroceso a fases iniciales del confinamiento.

“Tuvimos la iniciativa y la suerte de ser los propietarios de la casa de al lado, para poder montar una sala de visitas sin que los abuelos salgan a la calle y sin que sus familiares tengan contacto”, contó Gisela Faraone, hija de la dueña del establecimiento.

Según detalló, en la casa contigua funciona un consultorio médico de su papá, que por un tema de salud no está utilizando y no utilizará mientras dure la cuarentena. Entonces surgió la posibilidad de derribar una pared, colocar un vidrio y así los encuentros empezaron a ser una realidad.

Para acceder a la sala de encuentro los familiares deben ingresar por los consultorios médicos ubicados en Alberdi esquina Sidotti (con entrada independiente al geriátrico), siguiendo el protocolo de higiene y desinfección. Desde allí ingresan al espacio de encuentro.

“Fue muy emocionante ver a los abuelos reencontrarse con sus familiares. Algunos agachaban la cabeza porque se emocionaban. Estuve presente desde lejos en algunos y la verdad que fue muy gratificante verlo”, continuó la mujer. Los encuentros comenzaron el viernes pasado y ya están todos los turnos designados para la semana que comenzó.

Según contó su madre, la Dra. Marcela Faraone -directora médica del establecimiento- “la iniciativa surgió después de hablar mucho con nuestros residentes y de observar cómo se encontraban emocionalmente. Sentimos la necesidad de buscar la manera para que puedan reencontrarse físicamente” y agregó “tenemos la ventaja de que la propiedad que está junto al geriátrico son los consultorios médicos y lo que hicimos fue reemplazar una pared por un vidrio, respetando los protocolos del Ministerio de Salud de la Provincia y de Nación, porque no hay contacto alguno entre ambos sectores”.

Según describieron, el espacio en cuestión consta de sillas y una mesa de apoyo en ambos lados, un vidrio que separa los espacios y teléfonos inalámbricos para que puedan comunicarse de un lado y otro. “La alegría que tienen no se puede describir en palabras, muchos de ellos hasta recuperaron su sonrisa”.

“Fue gratificante ver a los abuelos reencontrase con sus seres queridos después de tres meses. Algunos se emocionaron hasta las lágrimas”

Gisela Faraone, geriátrico Alberdi