Crisis de angustia y cambios de humor, por lo que más se busca contención psicológica

Como alertaron los especialistas al inicio de la cuarentena, luego de declarada la pandemia del Covid-19, entre los riesgos que conlleva la enfermedad, el aislamiento que mantiene a la gente alejada de su entorno social y la tensión que genera la incertidumbre en la economía hogareña, el sistema emocional de las personas se altera. Da cuenta de esas consecuencias una encuesta efectuada a partir del programa municipal “Contá conmigo”: se consultó a unos 10 mil vecinos asistidos por la iniciativa y el 40 por ciento dijo padecer crisis de angustia, el 43 por ciento cambios de humor y el 13 por ciento perturbaciones en el sueño.

El programa municipal tuvo como punto de partida al comienzo del aislamiento social en la asistencia de mayores de 60 años que, por pertenecer a un grupo de riesgo, permanecían sin salir de sus casas. Con el correr de los días y la extensión de la cuarentena fue ampliando su alcance e incorporó servicios de cobertura alimentaria para los sectores más vulnerables de la Ciudad, así como también atención telefónica y contención psicológica a quien lo requiriera.

De acuerdo a las conclusiones halladas tras el relevamiento, los estados emocionales de las personas que deben seguir un aislamiento estricto por su grado de riego frente a la pandemia van desde la crisis de angustia (el 40 por ciento de los vecinos sondeados), soledad (18 por ciento), conflictos familiares y/o convivenciales (11 por ciento), preocupación económica (10 por ciento), exceso de información (9 por ciento) y otros (12 por ciento).

Asimismo, se identificaron manifestaciones ligadas a los efectos del confinamiento, como variaciones de humor (43 por ciento), preocupación por la posibilidad de contagio (33 por ciento), perturbaciones del sueño (13 por ciento), ingesta de alcohol/psicofármacos (4 por ciento), otros (7 por ciento).

De las personas consultadas, el 68 por ciento fueron mujeres y el 32 por ciento varones. Según su rango etario, el 45 por ciento tenía entre 35 y 60 años; el 35 por ciento, 60 ó más; el 13 por ciento, de 25 a 35 años; y el 7 por ciento, de 20 a 25 años.

Otro dato relevado indicó que el 54 por ciento de los vecinos vive solo y el 46 por ciento acompañado.

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MIEDOS PREVIOS, SITUACIÓN NUEVA

Rosana Grisolía, psicóloga clínica, advierte a partir de su experiencia en el consultorio que frente los diferentes miedos surgidos en el contexto de la cuarentena “cada cual reacciona de acuerdo a las herramientas con las que cuenta” y que, en ese sentido, el impacto de la situación de encierro es diverso según la persona. “Los miedos previos pueden cobrar un vigor particular ante esta situación nueva, mientras que hay gente que se adapta mejor a los cambios”, añadió.

“A las personas les va mejor si pueden sentirse acompañadas, conectadas. Todos podemos aprender como acompañarnos”

Silvia Bentolila, médica psiquiatra

En particular en el caso de los adultos mayores, opinó Grisolía que “la falta de actividades y el hecho de que no pueden ver a sus hijos o a sus nietos puede ser fuente de un estado de depresión”.

La profesional reconoció que no su sugerencia “no es tan fácil de lograr”, pero sostuvo que para tratar de no caer en crisis de angustia “cada uno tendría que buscar un espacio, físico o mental, donde poder encontrar algo que le haga bien; una actividad en la que encuentre placer”.

El acompañamiento interpersonal

Silvia Bentolila, médica psiquiatra especialista en emergencias, señaló que si bien “no hay recetas para el cuidado de salud mental” en tiempos de cuarentena, “hay una gran cantidad de acciones de probada eficacia a nivel mundial” que incluyen especialmente el “acompañamiento” a través de llamadas telefónicas o de dispositivos electrónicos.

Al participar del reporte diario que emite la autoridad sanitaria nacional para informar sobre la situación epidemiológica en el país, Bentolila dijo que la salud mental “no puede quedar solamente en manos de especialistas” y que todos “pueden hacer algo” para acompañar a aquellos que pasan el aislamiento en peor situación.

“Sabemos que poder tender una mano en el momento oportuno puede hacer la diferencia. De un momento para otro, millones tuvimos que cambiar la forma en la que vivíamos y no es fácil: la respuesta del estrés se dispara, aparecen el miedo, la ansiedad, la frustración, nos cuesta dormir y la angustia se transforma en enojo. Son reacciones normales, esperables”, comentó la especialista.

Aunque recomendó la utilización de las diversas líneas de atención telefónica gratuitas para la contención de estos síntomas, destacó que “a las personas les va mejor si pueden sentirse acompañadas, conectadas”.

Tenemos que estar conectados, hacer un llamado telefónico a quién está esperando el resultado de su análisis, a quien está cumpliendo con el aislamiento, al que tiene un familiar internado, al que le cuesta mucho cumplir con los cuidados. todos podemos aprender como acompañarnos”, concluyó.