Determinan la respuesta de pacientes con COVID-19 a distintos tratamientos

Un nuevo estudio de científicos británicos muestra con estadísticas los puntos a favor y en contra de distintas terapias

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Por MARILYNN MARCHIONE

AP

Nuevos estudios comenzaron a brindar más información sobre qué tratamientos son efectivos y cuáles no para el COVID-19, con métodos de alta calidad que dan resultados confiables. Científicos británicos publicaron ayer sus estudios sobre el único medicamento que hasta ahora mejoró la supervivencia: un esteroide llamado dexametasona. Otros dos estudios concluyeron que la droga antimalárica hidroxicloroquina no ayuda a las personas con síntomas moderados.

Durante meses, antes de estudios como éstos, entender qué ayuda o qué causa daños ha sido obstaculizado por “la ciencia de la desesperación”, ya que médicos y pacientes probaban terapias por su cuenta o con estudios no lo suficientemente sólidos para ofrecer respuestas claras.

“Para avanzar y que los resultados de los pacientes mejoren, tendrá que haber menos estudios pequeños o no concluyentes” y más estudios como el británico, escribieron los doctores Anthony Fauci y H. Clifford Lane, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, en la revista New England Journal of Medicine.

Es hora de hacer más estudios que comparen combinaciones de tratamientos y pruebas, dijo el doctor Peter Bach, experto de políticas de salud en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York.

A continuación, algunos avances recientes relacionados con tratamientos:

DEXAMETASONA

El estudio británico, liderado por la Universidad de Oxford, examinó un tipo de esteroide muy usado para combatir inflamaciones, algo que se puede volver severo y resultar fatal en las fases avanzadas del COVID-19.

Unos 2.104 pacientes que recibieron el fármaco fueron comparados con 4.231 pacientes que recibieron la terapia usual.

El medicamento redujo en 36 por ciento las muertes de pacientes lo suficientemente enfermos para necesitar respiradores artificiales: 29 por ciento de los que recibieron el fármaco murieron, comparados con 41 por ciento de los que recibieron la terapia usual. La dexametasona redujo en 18 por ciento el riesgo de muerte en pacientes que solamente necesitaron oxígeno suplementario: 23 por ciento de los que recibieron el esteroide murieron, comparados con 26 por ciento de los otros.

Sin embargo, pareció causar daños en las fases iniciales y moderadas de la enfermedad: 18 por ciento de aquellos que recibieron la dexametasona murieron, comparados con 14 por ciento de los que recibían el cuidado usual.

Aclarar quiénes se benefician y quiénes no “probablemente resultará en salvar más vidas”, escribieron Fauci y Lane.

HIDROXICLOROQUINA

El mismo estudio de Oxford examinó también la hidroxicloroquina de forma rigurosa, y los investigadores dijeron previamente que no ayudó a los pacientes hospitalizados con COVID-19.

Luego de 28 días, 27,5 por ciento de los pacientes con hidroxicloroquina habían muerto, comparados con 23,5 por ciento en la terapia usual, una diferencia tan pequeña que pudiera haber ocurrido por casualidad.

La dexametasona redujo 18% el riesgo de muerte en pacientes que necesitaron oxígeno

 

Ahora, los detalles publicados en un portal de investigaciones para científicos muestran que el fármaco podría haber causado daño. Los pacientes que recibieron hidroxicloroquina tuvieron menos probabilidades de dejar el hospital con vida en un periodo de 28 días: 60 por ciento para los que recibieron el fármaco y 63 por ciento para los que estaban en la terapia usual. Aquellos que no necesitaban ayuda para respirar cuando comenzaron a recibir el tratamiento corrieron más riesgo de terminar conectados a una máquina o muertos.

Otros dos experimentos concluyeron que el tratamiento temprano con la droga no ayudó a los pacientes externos con síntomas moderados de COVID-19.

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