Se gasta más en Aerolíneas que en paliar el hambre

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El Estado gasta más en subsidios a Aerolíneas Argentinas que en la lucha contra el hambre. A esa conclusión llegó el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), al hacer un paralelismo entre la intención del Gobierno de expropiar Vicentin para recuperar “la soberanía alimentaria” contra la “soberanía aérea” que prometía con la estatización de Aerolíneas Argentinas.

En ese sentido, el instituto remarcó cómo las expropiaciones incidieron en la situación fiscal del Estado. En el caso de Aerolíneas Argentinas, según datos de ASAP y del Presupuesto Nacional entre el 2008 –el año de la estatización– y abril de este año, el Ejecutivo asignó $28.000 millones por año en subsidios y aportes de capital.

En paralelo, en el Plan Alimentario del Ministerio de Desarrollo Social, el Gobierno gastó $18.000 millones por año a precios actuales. “Esto significa que, desde la estatización de la compañía aérea, el Estado nacional destinó 50% más a Aerolíneas Argentinas que a la lucha contra el hambre”, subrayó IDESA.

DATOS Y ARGUMENTOS

“El argumento es la defensa de la ‘soberanía alimentaria’. El fundamento es análogo al que se utilizó para justificar la estatización de YPF, donde se apeló a la ‘soberanía energética’, y la de Aerolíneas Argentinas, donde se planteó la ‘soberanía aérea’, dice el informe.

“Estos datos muestran la enorme iniquidad en que se incurre cuando el Estado estatiza una empresa. Los principales beneficiados con la estatización de Aerolíneas Argentinas fueron sus empleados. Para ellos, el Estado nacional destinó desde que se hizo cargo unos $200.000 por mes por empleado”, manifestó el informe.

Y agregó: “Para la lucha contra el hambre, en el mismo período, el Estado nacional asignó apenas $700 mensuales por persona indigente. Irónicamente, el plan alimentario del Ministerio de Desarrollo Social se justifica con la declamación de ’soberanía alimentaria’, el mismo argumento utilizado para justificar la estatización de Vicentin”.

A su vez, el documento apuntó a que, con la estatización de Aerolíneas Argentinas, “la transferencia formal de la propiedad de la empresa pasó al Estado, pero la posesión real está en manos privadas que son las que están en su conducción”.

 

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