Crean

Todavía sueña Gimnasia. Lo merece. Por sobrellevar la perdida de Diego Maradona, que suele cada día más, en el fútbol y especialmente el el Lobo. Porque el Gallego Méndez dijo no puedo y se fue. Porque entre lesionados, suspendidos y casos de covid nunca juega el equipo ideal. Por Martini y Messera, que ponen el hombro sin preguntar que va a pasar al final del túnel. Gimnasia juega bien, como hace mucho tiempo no lo hacía. Y es en los detalles donde a veces pierde esos puntos que hoy lo dejaron a dos de Banfield y a uno de Talleres, rivales a los que mereció ganarles. 

A San Lorenzo le jugó de igual a igual aceptando el ida y vuelta. Y lo dominó en el complemento, al punto de llegar varias veces hasta Monetti, mientras Jorge Broun solo cortaba algunos centros. Por eso la desilusión cuando el equipo de Soso empató con un gol medio quinielero con la pelota pasando por el ojo de una aguja entre Palazzo, Ayala y Broun. Porque lo ganaba bien, con el gol de Eric Ramírez (la figura en el Bajo Flores), porque hasta ese momento Gimnasia jugaba bien, porque afloraban los fantasmas de los porotos perdidos en los últimos des partidos.Y en el final, una buena bocha de Paradela, Pérez García que se llevó a Monetti al costado y pudo tirar el centro para que Lucas Barrios (el resistido, el que estuvo a punto de rescindir) fusilase al defensor que quedó defendiendo en la línea del arco. Grito, victoria, festejo y a seguir con atención lo que pasaba en Córdoba. Si Banfield ganaba, todo terminaba. El empate, eliminaba a Talleres. La victoria de los cordobeses, si bien abre el escenario entre tres equipos, deja un dato positivo: a nadie le sirve el empate. No se puede especular, hay que ganar.

Por eso, hay que buscar el partido con los tucumanos y luego Dios dirá. La chance, por menor que sea, existe. Por las ganas del grupo (con Aleman siendo titular tras un hisopado negativo al mediodía que muestra las ganas de todos), ,por la seriedad de Martini y Messera que lograron mejorar pero no olvidan que dirigen al equipo de Diego. Gimnasia va, con sus virtudes y sus defectos. Con ganas, con hambre. Maradona dejó un equipo. Maradona devolvió la fe. Y con Diego en el corazón (aunque no esté en la camiseta), sus muchachos irán por un paso más. De casi descendido a ser uno de los 6 equipos con chances de campeonato, el cambio no es menor. Aunque, claro, este equipo deberá reforzarse (un 9, un reemplazo para Caco que no podrá ser retenido) porque los promedios volverán y no se puede ni debe repetir errores.

Y si contra Atlético Tucumán lo conseguido no alcanza, no habrá reproches. Solo agradecimiento a un grupo que avanza a la batalla con su propio Cid como emblema. Ese símbolo, mito desde siempre, que se agiganta cada día.