Oscar Salas

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Expresiones de pesar provocó el fallecimiento del abogado Oscar Salas, de reconocida actuación en el fuero penal local.

Si bien había nacido en la capital federal, el 9 de febrero de 1960, se radicó en La Plata cuando era muy chico, a raíz de un trabajo que le surgió a su padre y que obligó a la familia a trasladarse a esta ciudad de modo definitivo. Hijo de Oscar Salas y de Norma Mandó creció, asimismo, junto a su hermana Alejandra.

Completó los estudios primarios entre el Colegio Nuestra Señora de Lourdes y la Escuela 42, mientras que la educación secundaria la cursó en el Normal 3. Resuelto, incansable, y de espíritu emprendedor, trabajó desde muy joven: antes de obtener su título de abogado, para ganarse la vida, tuvo, alternativamente, un almacén y un kiosco, y también manejó un taxi, destacan en su entorno.

Pero en el Derecho, y en particular en la especialidad penal, encontró su verdadera vocación, tanto que no sólo estudiaba en la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP al tiempo que trabajaba y sostenía un hogar con su primera hija pequeña sino que nunca, incluso después de una larga experiencia en la profesión, dejó de actualizarse en la materia que lo ocupaba. Cada caso que tomaba significaba para él un desafío, aseguran, y le dedicaba noches enteras a analizarlo y a diseñar una estrategia.

Inquieto, siempre con algún proyecto personal en la mira, amante de los deportes (practicó fútbol, tenis, golf y asistía al gimnasio todos los días), entregado por entero a los suyos y rodeado de amigos, fue una persona vital, divertida, cuya presencia era difícil no percibir en cualquier reunión social.

Uno de sus rasgos destacados fue la generosidad, la cual extendió más allá de sus vínculos cercanos, pues le preocupaba profundamente el bienestar del prójimo. Era habitual en él, cuentan, organizar programas de entrega de juguetes cada Día del Niño en las instituciones volcadas a la asistencia de chicos y, en un gesto que lo caracterizaba, llegaba a sacarse sus propias zapatillas y regalárselas a algún hombre que se cruzara en situación de calle.

A nivel institucional fue consejero del Colegio de Abogados de La Plata.

Fue padre de cuatro hijos. Con Susana Bruschini tuvo a Sabrina y con Stella Giuffrida a María Belén, Juan Manuel y Candela.

Fanático de Gimnasia, supo transmitirles ese fervor por el club platense a todos sus hijos y a su adorado nieto Francisco.

 

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