“Encanto”: Disney se inspira en Macondo para una fábula familiar llena de realismo mágico
Edición Impresa | 21 de Noviembre de 2021 | 05:09

Por PEDRO GARAY
Sorpresa: impulsada por el pedido de historias más diversas que puebla Hollywood -y por el éxito de “Coco”- Disney viaja en su próxima película, “Encanto”, que se estrena el jueves, a Colombia, escenario de una fábula de familias numerosas, cumbias, comida, animales tropicales y, claro, realismo mágico.
“Encanto” es el intento de la Casa del Ratón por capturar las extrañas magias latinoamericanas, ese estado de suspensión del realismo occidental que construyeron autores como Gabriel García Márquez y Juan Rulfo (a su pesar, incluso): “La magia ocurre en estos lugares y siempre lo ha hecho, pero no magia europea, ni magos ni varitas: magia ligada a la emoción y parte de una tradición llamada realismo mágico”, explicó al respecto uno de los directores de la película, Byron Howard (”Bolt”), en una rueda de prensa a la que tuvo acceso EL DIA. No hay pociones ni varitas, pero sí están los Madrigal, una familia que tras la pérdida de un ser querido, en medio de una migración forzada, son bendecidos con un milagro: todos los miembros de la familia que nacen a partir de entonces ostentan poderes.
“Desde el día uno sabíamos que queríamos que esta sea una historia con una gran familia. Lo hemos intentado varias veces en Disney, pero finalmente las películas se han terminado concentrando en un personaje”, cuenta Jared Bush, otro de los tres directores del filme (completa la terna Charise Castro Smith). Así, relata, comenzaron a escribir la historia pensando en cómo diferenciar a los personajes a partir de arquetipos: el hijo dilecto, el responsable, el travieso, la oveja negra. “Nos dimos cuenta que teníamos que construir la historia para que funcionara sin magia”, agrega Bush. Más importante que sus poderes eran sus relaciones, sus interacciones, cómo funcionaban (o disfuncionaban) como familia.
“Lo que había en pantalla representaba eso, se veía como mi familia. En ese momento pensé: ‘Llegamos’. Como latinos, el hecho de que Disney haga una película sobre nosotros significa que llegamos”
John Leguizamo,
voz de Bruno en “Encanto”
“Es la película familiar más familiar que ha sido jamás… familiada”, se ríe Lin-Manuel Miranda, el puertorriqueño creador del fenómeno de Broadway “Hamilton” que pone música a la película echando mano del vallenato, la guaracha, la cumbia y el merengue. “La familia era nuestra tesis: no es una película sobre algo que le ocurre a esta familia, es una película sobre las relaciones de esta familia. Cualquiera que haya crecido en familia entiende la tensión entre cómo uno se ve a uno mismo y cómo su familia lo ve, y cómo eso cambia con el tiempo”.
Así, los Madrigal tienen poderes, pero también problemas: la nieta que produce flores a su paso termina aplastada por la imposición de perfección que pesa sobre ella; la nieta Madrigal capaz de levantar cualquier peso, termina cargando sobre sus espaldas a la familia. Miranda cuenta que escribió su canción pensando en su hermana: “Yo me mandaba todas de pequeño, y sin darme cuenta la cargaba a ella de responsabilidad. Así que esa canción es una carta de amor y pedido de disculpas a ella”, revela.
Los colores y la magia de Colombia, protagonistas de “Encanto”
LA OVEJA NEGRA
Ahora, en el centro de los conflictos de los Madrigal está Mirabel. La decepción. La oveja negra. A ella, no le tocaron poderes. “Cuando apareció la idea de este personaje sin poderes en una familia con poderes, supimos enseguida que iba a ser emotivo para cualquiera”, explica el productor Clark Spencer.
A partir de allí, cuenta Spencer, comenzaron a tejer un viaje en el que “nos damos cuenta que nuestros dones no se relacionan con nuestro valor, son cosas diferentes; que todos tenemos valor, todos aportamos algo a la familia, al mundo, sin importar quiénes somos. Es un mensaje poderoso, especialmente en este momento donde tantas personas han quedado separadas, sin poder reunirse”.
“Mirabel no tiene poderes, lo cual encontré muy cercano a mí”, se ríe Stephanie Beatriz, la actriz estadounidense (aunque de padre colombiano, madre boliviana y nacida en Neuquén) que pone voz al personaje. “En mi vida, muchas veces sentí que no pertenecía, que lo que hacía no era suficiente, que no tenía talento, tenía una especie de síndrome del impostor. Pero crecí, y trabajé en confiar más en mi misma, en entender que sí tengo algo para ofrecer, que soy especial. Y que si sos vos misma, no todos te van a querer, pero los que te quieran, te van a querer de verdad”.
Beatriz revela que trajo “mi incomodidad y mi ansiedad” al personaje, y también “mi forma de usar la comedia cuando estoy incómoda y no sé qué hacer. La comedia es muy útil, porque desinfla cualquier situación, ¿saben? La situación puede ser muy intensa, pero hacés un chiste y todos se relajan”. Así es que terminó improvisando buena parte de las líneas de Mirabel, para agregar humor incómodo al asunto.
Los directores aplaudieron la decisión, pero no así la matriarca de los Madrigal, Alma, la abuela de la familia, que controla a rienda corta al resto. Los Madrigal son el eje de su comunidad, una hacienda que evoca una mezcla de viviendas tradicionales de las localidades de Barichara, Cartagena y Salento, y tras sufrir penurias en el pasado, la abuela se vanagloria ahora de un presente brillante y de la capacidad de los suyos para solucionar los problemas de todos. Mirabel, la incómoda, la que hace chistes en momentos tensos, es a menudo un problema para Alma.
El personaje, que “tiene esa fuerza, ese impulso, ese ‘vamos a lograrlo sin importar lo que ocurra’”, afirma María Cecilia Botero, voz de Alma en la película, se encuentra basado en la abuela de Miranda, relata el boricua: “Mi Alma era una mujer que amaba profundamente a su familia, pero que también se aferraba a ella con fuerza. Y allí es donde empieza esta historia”. Porque la abuela es la fuerza que sostiene a la familia, pero también la que amenaza con asfixiarla. La casa Madrigal se resquebraja, como la de los Buendía en la historia de García Márquez.
“Mirabel no es una princesa de Disney, es una heroina, que es mejor. Disney tiene una historia llena de personajes femeninos fuertes, que quieren lo mejor para todos y son capaces de hacer locuras para conseguirlo”
Stephanie Beatriz,
voz de Mirabel en “Encanto”
Mirabel será la carta para desactivar esa amenaza, gracias, justamente, a ser diferente, en la tradición de muchos personajes de Disney. Pero no de las princesas, afirma Beatriz: “Mirabel no es una princesa de Disney, es una heroina, que es mejor. Disney tiene una historia llena de personajes femeninos fuertes, protagonistas de sus historias, mujeres valientes, de buen corazón, que quieren lo mejor para todos y son capaces de hacer locuras para conseguirlo. Me enorgullece ser parte de ese legado”.
REPRESENTANDO COLOMBIA
El viaje a esta Macondo animada se completa con un retrato de la Colombia verde (“teníamos hasta un consultor botánico para saber a la perfección qué plantas crecen en la región para reflejar la inmensa biodiversidad de Colombia”, explica Lorelay Bové, una diseñadora de Disney), de su clima tropical (encarnado, de hecho, en una de las hermanas Madrigal, que al cambiar de humor hace cambiar el clima), de sus comidas, su diversidad de color de piel y también de las icónicas mariposas amarillas a las que dio vida el Premio Nobel de Literatura colombiano en su libro “Cien años de soledad”, que se vuelven una de las claves de la película y protagonizan también la canción principal del filme, “Dos oruguitas”, compuesta por Miranda y a la que pone voz Sebastián Yatra.
“Lo que se ve en pantalla, por momentos, me golpeó duro”, confiesa al respecto el colombiano John Leguizamo, que pone voz a Bruno y ha criticado abiertamente el problema de la representación latina en Hollywood. “En algún momento incluso se me piantó un lagrimón, a pesar de que ya estoy grandulón… Fue cuando vi todos los colores. Mi familia es colombiana y algunos son bien oscuros de piel, otros más claros, algunos tienen pelo lacio, otros enrulado... Y lo que había en pantalla representaba eso, se veía como mi familia. En ese momento pensé: ‘Llegamos’. Como latinos, creo que el hecho de que Disney haga una película sobre nosotros significa que llegamos. Y encima, de golpe escuchás en la película cumbia, vallenato, a Carlos Vives… y es demasiado. Es asombroso”.
Mirabel, la oveja negra protagonista del relato
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