La Negra Buggiani: una brisa marina, una oleada de “hip pop”

Aunque no le gustan las definiciones, porque la indefinición musical es lo que mejor le sienta, La Negra Buggiani ensaya una respuesta y admite que su música podría definirse como “dramática pero esperanzadora” porque incluye la profundidad de la lírica del hip hop aunque mechada con la parte más alegre del pop; dos partes que al sumarlas darían algo así como una especie de “hip pop”, sonidos mixeados que le dan vida y forma a “Del Barrio a la Tarima”, el disco que soñó durante 13 años y que vio la luz recién en este 2021 en La Plata, ciudad que la impulsó artísticamente.

La Negra, que se llama Florencia y tiene 29 años, es de Mar del Plata. Hija de una mamá profesora de música, de la que heredó su pasión por los sonidos populares, y de un papá que la hizo incorporar a su repertorio todo el rock, el pop y el disco de los 80 y 90, de niña se formó en teatro, danza y comedia musical. Todo un bagaje cultural que la llevó a ser la rapera, compositora, productora musical, bailarina y actriz en la que se transformó hoy, una transformación en la que el mar, ese gigante enérgico ondeante frente al cual ha cerrado varias de sus canciones, también ha inspirado.

Nacida en el barrio de Etchepare, lejos de la playa pero tan tradicional casi como la Bristol, fue en esas esquinas donde, de chica, pateando la calle de tierra con sus amigos y amigas, conoció el hip hop en español. Y aunque tenía sueños protagónicos, sabía que sólo podía ocupar un rol de reparto. “Lo que se mostraba en esa época eran las mujeres haciendo coros”, cuenta Buggiani, sobre sus inicios cantando estribillos mientras los hombres tomaban el mando y la voz.

Creció sintiendo que en Mar del Plata no podía desplegar todo eso que venía construyendo en su interior y, tras un año de teatro en la facultad, se fue a vivir de la música a Brasil. Tenía 19. Terminó girando también por Perú y Ecuador en una aventura que duró un lustro y que cerró en 2018 cuando, animada por un primo, llegó a nuestra ciudad, donde comenzó a estudiar música popular en Bellas Artes. Fue “amor a primera vista”, confiesa sobre La Plata y cuenta cómo lamentó en ese entonces no haberla conocido antes.

Entre el estudio y el trabajo que tomó para mantenerse, sus sueños artísticos quedaron un tanto relegados. Sin embargo, una crisis fue su oportunidad. “El macrismo me expulsó de la universidad, básicamente, porque tenía que conseguir otro trabajo, no me quedaba otra”, recuerda.

Uno de esos nuevos trabajos fue en un bar, en donde nació casi de casualidad la faceta de productora musical que hoy despunta y que la llevaron, junto a un grupo de tres amigas, a crear su propia productora, Rudas, referente en la visibilización de mujeres y disidencias dentro de la movida musical urbana y hipopera.

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Gracias a Rudas, no sólo impulsó la carrera de muchas otras mujeres músicas sino también la suya propia, la de La Negra Buggiani que volvía a rapear, ahora como protagonista y para siempre, tras haber encontrado un espacio de “contención” donde pudo desenvolverse sin problemas.

En “Del Barrio a la Tarima” conviven referencias a clásicos del jazz, guitarras funkeras, sintetizadores ochentosos, guiños a la cumbia, mezclas con reggaeton y el hip hop popero de principios de los 2000; un álbum que suena orgánico, “vivo”, algo que la artista atribuye al hecho de haberlo tocado durante tanto tiempo antes de grabarlo.

Disponible en YouTube y todas las plataformas digitales, se trata de un álbum de 15 minutos y 17 segundos, una duración que la llevó a reflexionar sobre “cómo el tiempo es tan abstracto cuando trabajás de manera independiente”. Porque, se sincera Flor, “fue muy largo el camino para poder llegar a hacer este disco. Lo pienso desde que tengo 16 años. Y llegar a La Plata y poder hacerlo es un sueño cumplido…”.

La forma de Buggiani de entender el trabajo y la música es a través de lo colectivo como impulso creativo. Así se explica el formato en el que hará su presentación oficial, el próximo martes en la Sala 420, 42 entre 6 y 7, en el marco de una experiencia multidisciplinaria en la que participarán 38 personas.

“Lo que genero con este proyecto es amplitud en la escena porque lo abrí, no es mío solo. Es tan amplio como la cantidad de gente que hay”, remarca sobre el evento que, además de sorpresas para el público incluirá el cierre a cargo de DJ BBGIZA con una fiesta ochentosa a la que todos los públicos están invitados porque, avanza, “va a ser la convivencia de muchas generaciones. Como lo es en el disco, en la escena”.

Será, para La Negra, una noche cargada de emociones. Porque no sólo será mostrar a su bebé en público sino algo mucho más profundo y emotivo. “Es re fuerte todo lo que hay detrás de este disco porque emocionalmente este año me cagó a trompadas. Ni bien arranqué, falleció mi papá, a los dos meses mi abuela. Fue intenso. Pero se logró este objetivo final que para mí es un poco como una ofrenda para estas personas que se fueron y que siempre me apoyaron musicalmente”, cierra.

Las entradas se consiguen a través de la plataforma Alpogo.