De heroína a torturada: Dominga había ayudado a rescatar a una beba en su pensión

Dominga Arzuaga tiene 91 años y fue torturada en las últimas horas en su casa de 74, entre 3 y 4, luego de ser engañada por una pareja. Pero este hecho de violencia que dio a conocer en exclusiva EL DIA (vea: https://www.eldia.com/nota/2021-12-14-2-28-53-feroz-ataque-a-jubilada-tiene-91-anos-y-la-torturaron-policiales) se suma a otra situación dramática que le tocó vivir días atrás.

La abuela había sido protagonista de un difícil hecho que tuvo como escenario su pensión, del cual según reconoció a este diario que "me estoy recuperando". Dominga ayudó a rescatar a una beba de un año en un caso que conmocionó a la Ciudad a fines de noviembre. la mujer halló sola a la nena en una de las habitaciones que ella alquila (vea: https://www.eldia.com/nota/2021-11-30-12-5-0-el-drama-de-la-mujer-de-91-anos-que-ayudo-en-el-rescate-de-una-nena-en-la-plata-me-amenazaron--policiales). 

Como indicó este diario, fuentes oficiales informaron que la pequeña “estaba encerrada en un cuarto con candado, desnuda, con signos de desnutrición y con quemadura en los brazos”. Dominga fue la heroína de este drama, ya que fue quien puso en marcha la operación para poner a resguardo a la pequeña. 

Después de escucharlo llorar “desconsoladamente”, desde el mediodía hasta la tarde, Dominga se tomó un remís y radicó la denuncia correspondiente en la comisaría Octava y minutos más tarde efectivos de la seccional montaron un operativo para liberar a la chiquita.

Además de la angustia que le generó el desamparo que estaba padeciendo esa beba, después sufrió una serie de amenazas por parte de la progenitora de la menor. “Son días agitados”, reflexionó.

Esos "días agitados" a los que se refiere la mujer tienen que ver con lo que sucedió el pasado sábado, cuando fue atacada de manera feroz para robarle todo su dinero. Según indicó la policía, la ladrona no actuó sola. Acompañada de su pareja, se presentó bien temprano en la vivienda de la jubilada . Luego de tenderle una trampa, ambas personas lograron acceder a la vivienda y fue en ese momento que ejecutaron el ataque.

También recordó que hace unos años un sujeto al que le alquilaba una habitación le robó “tantas veces” que decidió denunciarlo. “Recuerdo que era taxista. Ahí debe andar el pobre. Me enteré que está preso porque también había andado metido en cosas raras. Una lástima, sobre todo ahora que se vienen las fiestas y no va a poder estar con los suyos. Con esto que le estoy contando es probable que usted esté pensando ‘pobre señora, otra vez cayó. Otra vez la engañaron’. No es que no haya aprendido la lección. El tema es que yo creo en la juventud. Los chicos no están todos perdidos, como dicen”, confesó en diálogo con EL DÍA.

Sobre lo que le tocó experimentar en las últimas horas recordó que decidió abrirle la puerta a las dos personas que se presentaron en su puerta para pedirle prestado el teléfono ya que tenían que “hacer un llamado urgente”. Arzuaga jamás sospechó que su vocación de ayudar iba a terminar siendo traicionada minutos después. Es que, según explicó, ella ya había tenido trato con la ladrona porque en el pasado habían tenido una relación de arrendataria e inquilina. “Siempre supe que no andaba en buenos pasos. Medio oscuro el ambiente en el que se mueve. Pero el trato conmigo siempre había sido cordial y en más de una oportunidad le brindé ayuda. Sin duda, mordió la mano que le dio de comer”, explicó.

Sobre el episodio recordó que “actuaron con amabilidad” hasta que ingresaron a su casa. Una vez que se cerró la puerta se desató la ferocidad. “Me agarraron en la entrada de mi casa cuando estaba barriendo la vereda. Después de que me pidieron el teléfono, les abrí el portón y se metieron rápido en la casa. Como soy de andar lento, les pedí que usaran el teléfono y que no me esperaran. Pero insistieron que les indicara dónde estaba el aparato. Cuando puse un pie en mi casa, cerraron la puerta y empezaron los golpes. Yo intenté defenderme. De hecho tuve un forcejeo con ella pero me pegó en los brazos y me bloqueó. Qué más podía hacer yo. Después, cuando vieron que seguía media arisca, el tipo con el que andaba me metió una servilleta en la boca para que no gritara y me apretó del cuello” recordó.

“Me empezaron a preguntar por la plata. ‘Dónde la tenés vieja. Sabemos que andas dulce’, me dijeron. Cuando me di cuenta de cuáles eran sus intenciones no lo dudé. No quería que me estropearan. Hay muchos viejitos que se resisten y los golpean hasta desmayarlos. Por eso decidí darle todo lo que tenía encima. La verdad que la saqué barata”, analizó al tiempo que detalló que “se llevaron dos jubilaciones que había cobrado hacía unos días”. Y precisó: “Mi intención era juntar esa plata para estar más holgada para las fiestas. Quería darme un gustito. Por eso no fui a cobrar el mes pasado y me arreglé con lo que tenía. La semana pasada recién fui a buscar la plata. Quizás se enteraron y vinieron acá con la fija”

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