Se cumplen 34 años de la muerte de Luca Prodan

Este miércoles se cumplen 34 años desde que Luca Prodan dejó el mundo de los mortales para convertirse en un ícono del rock nacional. Llegado desde el otro lado del océano se instaló en las sierras de Córdoba para recuperarse de su adicción a la heroína.

Dado que acá no llegaba ese tipo de sustancias y que su amigo Timmy Mckern ya tenía una familia formada dispuesta a ayudarlo, allí comenzó la historia que trascendió generaciones enteras. En ese lugar remoto de Argentina se craneó Sumo, que después rompería con los estándares aceptados del rock nacional. 

Una vez en Buenos Aires, Luca Prodan sabía muy bien cómo camuflarse entre la ciudadanía que trabajaba. Vivió sus últimos años entre San Telmo, donde murió, y Hurlingham, localidad a la que le dedicó varias canciones. 

Un día como hoy, al llegar a su casa en el barrio porteño, amigos lo encontraron sin vida producto de una posible cirrosis. El cantante se había volcado a la ginebra y la heroína lo acechaba nuevamente. 

Su vida pasó por momentos que pocos podrían soportar. Proveniente de una familia de clase media alta fue al colegio con el Príncipe Carlos. Lo convocaron para sumarse al Ejército, algo que rechazó con inteligentes maniobras y pasó por la cárcel. 

Sumo marcó a muchos jóvenes desde que llegó a Argentina, incluso cuando no era famoso. De la formación original y tras su muerte se desprendieron dos íconos nacionales: Divididos y Las Pelotas.

 

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