El crimen de Úrsula disparó las llamadas a las entidades que defienden derechos de la mujer

“Las llamadas de mujeres que atraviesan situaciones de violencia de género y que buscan que las contengan y asesoren se incrementaron enormemente después de conocido el femicidio de Úrsula. No podríamos precisar la cantidad pero es alrededor del 50% más que lo habitual”, dice Ada Rico, presidenta de Casa del Encuentro.

La misma situación se vive en la ONG platense Las Mirabal, donde, según su presidenta, Flavia Centurión, “no podría dar un porcentaje, pero tuvimos un aumento de los llamados, sobre todo de parte de mujeres que ya iniciaron su proceso de denuncia y están esperando medidas y que expresan su inquietud y su temor”.

Esta escalada de consultas se produce, además, en un momento que ya se había relvelado como difícil para la problemática a partir de las restricciones impuestas por la pandemia.

“Tanto durante el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) como durante el Distanciamiento Social Preventivo Obligatorio (DISPO) , los problemas de violencia contra la mujer recrudecieron, sobre todo por la situación de muchas mujeres que se vieron de repente encerradas junto a su agresor, lo que dificulta además sus posibilidades de pedir ayuda”, dice Ada Rico.

Según el último informe elaborado por el Observatorio Adriana Marisel Zambrano de Casa del Encuentro, en enero de 2021, en el marco del DISPO, se produjeron 30 femicidios y 1 transfemicidio

“Una mujer asesinada cada 24 horas demuestra que todas las medidas implementadas, en el momento excepcional que atravesamos, no son suficientes para proteger a las mujeres y personas trans en situación de violencia. Es imprescindible que el Estado refuerce las medidas de prevención y protección desde una mirada interdisciplinaria”, indicaron desde la entidad en el comunicado que acompaña el informe.

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Las mujeres que ya iniciaron su proceso de denuncia y esperan medidas se sienten desprotegidas

Y agregaron que la violencia de género necesita un abordaje federal, ya que no es igual el acceso a recursos en los centros urbanos, que en las zonas más alejadas.

Además, consideraron fundamental que el Poder Judicial restablezca su servicio y otorgue prioridad a las denuncias por violencia.

“Luego de tantos meses, y solo con la renovación automática de las medidas, las causas deben avanzar para que las mujeres no se encuentren, además, sumergidas en una situación de violencia institucional”, indicaron.

Detrás de las llamadas recibidas por las entidades de defensa de los derechos de la mujer aparecen las historias.

Historias como la de Ángela, una platense obligada a dejar la ciudad junto a su hijo y su trabajo después de haber sido víctima de reiterada agresiones por su ex pareja y de un intento de femicidio, según relata.

Ángela dice que la relación fue violenta todo el tiempo que duró, pero que decidió hacer la denuncia en diciembre después de recibir una fuerte golpiza tras tomar la decisión de separarse.

Cuenta que desde el momento que se presentó a hacer la denuncia en la comisaría sintió que el Estado no la acompañaba, a pesar de que se estableció una restricción perimetral que su ex pareja violó para ingresar en su domicilio -esta vez armado- y volver a agredirla.

“Sin embargo la policía ni siquiera quiso cambiar la carátula anterior de lesiones y amenazas y mi abogada me aconsejó esconderme. La sensación es que estamos desprotegidas y que la violencia de género está totalmente naturalizada”, expresó.