El delito en la Ciudad, un flagelo que se expresa cada día con mayor violencia

La ola de inseguridad que castiga a los platenses genera por estas horas una enorme preocupación. El delito se muestra diseminado en todos los rincones de la Ciudad y con un aditamento peligroso: cada día se expresa con mayor grado de violencia.

Sobran los ejemplos de víctimas sometidas a situaciones límite. Y muchas veces sin hacer nada que justifique semejante grado de ferocidad criminal.

En las últimas horas, un hombre resultó herido al ser asaltado junto a su hermana en una vivienda de la calle 59 entre 140 y 141, en Los Hornos.

Según la información que suministraron a este diario fuentes policiales, tres ladrones ingresaron a la propiedad después de romper un portón y una ventana.

En esas circunstancias, sorprendieron a los hermanos, sobre quienes descargaron una “catarata” de amenazas para reducirlos y así poder robarles.

El que peor la pasó, sin dudas, fue el dueño de casa, que también ligó varios culatazos en la cabeza.

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Los rastros de sangre que quedaron en la escena pusieron en evidencia el salvajismo de los delincuentes.

Después de varios minutos de terror, ambas víctimas terminaron maniatadas con precintos plásticos.

De su domicilio, que quedó patas para arriba, los asaltantes huyeron con setenta mil pesos, cuatro mil dólares y dos teléfonos celulares, agregaron los mismos voceros.

Al rato, una vez que pudieron liberarse de sus ataduras, pidieron ayuda y fueron atendidos por el SAME.

En Villa Elvira, en tanto, un repartidor tuvo que luchar con tres delincuentes para evitar que le sacaron la moto, su único sustento de trabajo.

La terrible situación se registró en 121 entre 73 y 74.

Allí estaba el delivery cumpliendo con un pedido cuando aparecieron tres motochorros, que lo rodearon con claras intenciones de quitarle su rodado. Pero no lo lograron.

El muchacho, de manera instintiva, reaccionó y se defendió como pudo.

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Primero se ve al repartidor llegar a la entrega de un pedido y enseguida a dos motos con dos ocupantes en una y un solitario ladrón en la otra. En principio da la impresión que lo venían siguiendo y que esperaban el momento en que se baje para actuar. Otra hipótesis es que se trató de un asalto al “voleo”.

Lo cierto es que al verse en inferioridad de condiciones, el repartidor subió a su moto y trató de escapar, pero a los pocos metros cayó pesadamente. Ahí fue cuando se puso de pie y enfrentó a golpes a uno de los ladrones, mientras sus dos cómplices miraban a distancia.

El que iba solo en la moto fue el primero en desistir del ataque, al tiempo que los otros dos intentaron abordar otra vez al delivery, pero este, sin soltar la mochila que llevaba en una de sus manos, agarró algunas piedras que encontró sobre la vereda y empezó a tirárselas.

Los ladrones, ante semejante actitud, para ellos inesperada, optaron por huir sin concretar el robo.

“Estamos hartos. Esto pasa una vez por semana en este barrio”, se quejó un vecino.

En 2019, a solo once cuadras de ese lugar, Nicolás Pérez Gatti (19) fue ejecutado de un tiro en la cabeza, tras realizar un reparto de pizza en una vivienda de 81 entre 116 y 117. Se trata de un caso que aún se mantiene en la memoria de todos los habitantes de la zona, que piden desesperados medidas para frenar los asaltos.

UNA BANDA DE “LA GRAN SIETE”

Por si fuera poco, en medio de este contexto de violencia desenfrenada, en los últimos días se registraron en la periferia de La Plata varios golpes armados, tipo comando, con una banda de siete delincuentes vestidos con ropas policiales.

Se trata de hombres dispuestos a todo y a los que no les tiembla el pulso si tienen que actuar en forma despiadada.

Prueba de ello fue el quintero de Poblet atacado a martillazos en la cabeza o el comerciante de Arana que terminó con una esquirla de plomo en una pierna, después de una balacera atroz, que incluyó no menos de nueve detonaciones.

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Ni qué decir de la gran cantidad de mascotas envenenadas, un sello distintivo de su impune accionar.

Por el momento, siguen libres y en movimiento, a la búsqueda de un nuevo botín. No importa si es a sangre y fuego.

Los investigadores consultados por EL DIA no descartan que sean oriundos de alguna localidad cercana del Conurbano, aunque también avanzan en otras pistas.

En La Plata, crecen los reclamos por más seguridad. Los vecinos denuncian una situación crítica

Se sabe que todos los habitantes de los sectores alejados a la Gran Ciudad están sujetos al permanente embate de la delincuencia.

Son personas, por lo general, vinculadas a distintas actividades productivas, más allá de aquellos vecinos que optaron por vivir rodeados de naturaleza.

Sea cual sea la razón de su residencia en estos puntos -críticos- del partido, se sabe que el clamor de seguridad ha crecido de manera exponencial.

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Por las características de la zona, con grandes extensiones de tierra y caminos poco transitables, la presencia policial es casi nula.

Por eso el pedido de los vecinos, que se han cansado de repetir la necesidad de contar con más patrullajes y destacamentos, entre otras medidas de prevención, con el objetivo de mitigar los efectos de la inseguridad salvaje que los azota.