Inversiones en río revuelto, sólo aptas para expertos
Edición Impresa | 2 de Febrero de 2021 | 02:09

LUIS VARELA
eleconomista.com.ar
Con una condición muy diferente a lo ocurrido entre la apertura de diciembre y la primera quincena de enero, el mundo está mostrando un pulso completamente distinto en las últimas dos semanas. Desde un cuadro de situación en el que había abandono global del dólar, compra irrefrenable de acciones y ola de adquisición de criptomonedas, los inversores internacionales vuelven a mostrar en las últimas ruedas una nueva toma de posición en billetes verdes, una clara salida de las acciones y una situación completamente volátil con el bitcoin y otras variantes del sector.
De hecho se está viendo, con condiciones por ahora reducidas, algo similar a lo que ocurrió a mediados de febrero del año pasado, cuando el dólar empezaba a fortalecerse, en una movida que comenzó como ahora, pero que terminó con una corrida hacia el dólar, con un derrumbe del 40 por ciento en la Bolsa de Nueva York, un hundimiento del 48 por ciento en el Bitcoin. ¿Qué fue lo que ocasionó aquel momento y qué está ocasionando este nuevo pulso? En febrero de 2020, el mundo se anotició de que el COVID-19 era pandemia. Y hoy el mundo está percibiendo que queda mucho por recorrer para que el problema sea resuelto.
¿Cuál es la foto que ofrece hoy la pandemia? En catorce meses se murieron 2,2 millones de personas, lo cual da un promedio de 60.000 fallecidos por semana, y en la última se perdieron 102.000 vidas. Se llevan vacunadas 94 millones de personas, de las cuales 27,85 por ciento fueron aplicadas en EE UU, 24,2 por ciento en China, 8,43 por ciento en el Reino Unido, 4,84 por ciento en Israel y el 34,68 por ciento en los 176 países restantes. Hay seis vacunas principales en aplicación: en Argentina, hay hasta ahora 367.000 vacunados, de una sola vacuna, el 0,8 por ciento de nuestra población y el 0,75 por ciento de los vacunados que hay en el mundo, lo cual indica que a nivel local la cura avanza muy lento, y el otoño (el frío) comienza en cincuenta días.
Analistas de todas partes empiezan a emitir informes advirtiendo que la reactivación de las economías se va a demorar. Eso obligará a los gobiernos a seguir emitiendo estímulos, manteniendo los consumos artificialmente, con liberación de dinero sin fin y las dudas entre los inversores se empiezan a multiplicar. Y lo particular de este momento es que el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció un estímulo de U$S 1,9 billones de dólares. Y a pesar de semejante anuncio el dólar ni se inmutó y la Bolsa de Nueva York empezó a quedar renga.
En la última semana de enero, el dólar global estuvo sostenido contra casi todas las monedas. Subió 1 por ciento en Chile, 0,9 por ciento en Japón, 0,6 por ciento contra el franco suizo y 0,3 por ciento contra el euro. No cambió en Brasil y bajó 0,2 por ciento contra la libra y bajó 0,9 por ciento contra el yuan, que se convirtió en la mejor moneda de enero: su paridad pasó de 6,52 a 6,42 yuanes por dólar entre fines de diciembre y el viernes pasado.
En el mercado cambiario argentino se está dando una clara diferencia entre los que tienen y los que no tienen. Los que consiguen pesos nuevos siguen saliendo de la posición en moneda local, compran dólar mep o contado con liquidación, tanto que la semana pasada tuvieron una suba del 1,4 por ciento y 1,2 por ciento respectivamente. En tanto que los que no logran pesos nuevos para poder consumir, se ven obligados a vender dólares negros desde el colchón, por lo que la semana pasada el dólar blue bajó otro 1,9 por ciento, con su cotización juntándose por primeva vez en la historia con el valor del dólar ahorro, en $153.
Así, en el primer mes del año, con una inflación que rondará el 4 por ciento mensual y con un plazo fijo que paga 2,8 por ciento al mes, los que se montaron en el contado con liquidación tuvieron en enero un aumento del 7,3 por ciento, los que se metieron en el MEP lograron una suba del 5,6 por ciento y los que se refugiaron en el blue debieron soportar una notable caída del 7,8 por ciento.
Junto con el sostén global y local del dólar, los negocios bursátiles tuvieron una última semana de enero muy complicada. El centro del escenario estuvo entretenido con una batalla entre pequeños inversores milenians que pulsan con expertos fondos de inversión, provocando sube y baja de precios insólitos en una decena de papeles. Pero ese fogoneo no ocultó que se anotó una sensible caída en varias bolsas importantes, a pesar de que los principales consejeros de inversión vienen advirtiendo: “No se amilanen y compren con cada caída”.
De hecho, la semana pasada todo estuvo en rojo. La Bolsa de Chile cayó 4,3 por ciento, México achicó 3,8 por ciento, Madrid 3,5 por ciento, Nueva York y Tokio perdieron 3,4 por ciento, Frankfurt declinó 3,2 por ciento, San Pablo cedió 2 por ciento y, notablemente, la Bolsa de Buenos Aires fue la que menos sufrió, con una baja semanal de apenas 0,4 por ciento, amparada en que los precios de las acciones locales están hechos trizas, en una posición que mirada de largo plazo está en una innegable zona de compra.
¿Qué aconsejan comprar los consejeros de inversión? Con sorna, lo primero que recomiendan es conseguir pastillas para los nervios. Y quienes no entiendan esa sugerencia deben entender que la inversión de moda de los últimos tiempos, el Bitcoin, llegó a U$S 41.500 el 8 de enero, cayó hasta U$S 29.500 el miércoles pasado, luego rebotó hasta U$S 38.400 el viernes a mediodía.
El dibujo de un gráfico del Bitcoin, que se parece bastante a la imagen de un electrocardiograma, muestra la locura e histeria en el que se están moviendo los negocios de las últimas horas. Sucede que el COVID-19 todavía está completamente fuera de control. Nadie puede asegurar qué es lo que va a pasar. Empiezan a verse efectos secundarios inesperados, geopolíticos, con cambios de gobiernos. Y las decisiones que pueden tomar los inversores en medio de una tensión tan grande pueden provocar un río revuelto en el que sólo habrá ganancias para los pescadores expertos.
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