Una noche de cumpleaños, besos al cielo y la alegría de llegar a debutar en Primera
Edición Impresa | 21 de Febrero de 2021 | 05:01

Por WALTER EPÍSCOPO
Todo redondito le salió a Gimnasia el viernes. Tras la buena producción en La Bombonera donde los muchachos de la dupla se quedaron con la sangre en el ojo por no haber sumado de a tres, ante Talleres (un rival durísimo, que juega bien) se desquitaron con un 3 a 0 inapelable. Desde afuera se ve un grupo unido de verdad, que las experiencias vividas hace un tiempo lo hicieron crecer a la fuerza. La muerte de Diego hace casi 3 meses y la salida horas después del Gallego Méndez y el resto del cuerpo técnico, hicieron que el grupo se uniera en el dolor, saliendo a flote junto a Messera y Martini que aparecieron para dar una mano y hacerse cargo en un momento delicado desde lo emocional.
Esa unión humana fuera de la cancha, se tradujo en compromiso, entrega y disciplina dentro del campo. Por que a la base armada el año pasado por Maradona y Méndez, la otra dupla “M y M” (Messera y Martini) le fue agregando su impronta, metiendo cambios muy puntuales pero efectivos.
En estos 9 partidos que ha dirigido la dupla (con 4 triunfos, 3 empates y 2 derrotas), le han dado confianza a juveniles y también a los de más experiencia que estaban relegados. Con el correr de los partidos va encontrando una línea, el equipo sabe a que juega y el hincha también. Y se siente cada vez más identificado con este equipo, que ha demostrado actitud para ir a buscar los partidos en cualquier campo, aún con dificultades por lesiones o expulsiones, como le ha sucedido en estos 9 encuentros.
Y justamente el viernes la expulsión de Harrinson Mancilla tal vez fue la única “manchita”. El colombiano muy pocas veces zafa de las amarillas en los partidos, a veces pecando de imprudente. “Mancilla nos dijo que se corre y no lo toca”, comentó Messera tras el encuentro con respecto a la segunda amonestación que lo llevó al volante a irse antes de tiempo y a ser baja para visitar a Independiente.
Muy cerca de Mariano, la “otra mitad” de la dupla, a quien la sonrisa no le entraba en la cara en el día de su cumpleaños. “¡Qué regalito me hicieron los muchachos...! Es uno de los mejores cumpleaños de mi vida”, dice Martini. Ambos tratan de mantener las formas, pero son muy hinchas del Lobo y por eso lo viven de manera especial. Alguna vez ambos estuvieron en la tribuna como hinchas, hoy son los técnicos del equipo de sus amores y del que son fanáticos sus familias también. Por otro lado, se sacaron las ganas de ganar en casa tras los empates con Banfield y Talleres y la derrota con Atlético Tucumán en la Copa pasada.
Se juntan emociones. El triunfo 3-0. El debut de tres pibes de inferiores. “Completita la noche. Estoy feliz de la vida”, dice Lea, el cumpleañero, antes de irse para su casa donde lo espera la familia. La alegría de Ignacio Miramón, con solo 17 años y sin haber jugado ni siquiera en Reserva, debutando en Primera luego de haber llegado con sus sueños desde Bolívar donde llegó a jugar en la Primera del equipo Balonpié en la Liga junto a su padre Emilio... Y Antonio Napolitano (categoría ´99) con el legado familiar de su padre Cristian (pasó por las inferiores Triperas) y su tío José Luis (también ex jugador Mens Sana)... El destino de Leandro Mamut (como Miramón, también con 17 años), que de chico en su barrio Las Quintas debió elegir entre darle a la número cinco o pegarle a la bolsa para boxear como marcaba la tradición familiar por el lado de su madre. Finalmente, los guantes quedaron guardados y se inclinó por el fútbol y recorrió un camino que no le fue para nada fácil.
Fue una noche de emociones para todos ellos, y también para el Chelo Weigandt, que lleva el “57” en su espalda en honor de su abuela que falleció a esa edad, y si bien hoy no la tiene físicamente, la tiene muy presente. El festejo en su gol señalando al cielo fue para ella, ya que el viernes hubiese cumplido años. Al término del partido, al lateral se le cayeron algunas lágrimas también.
Las luces en 60 y 118 se fueron apagando. La alegría por una noche perfecta quedó flotando, por lo menos hasta cuando el Lobo regrese a su casa dentro de algunos meses finalizadas las obras de la Tribuna “Néstor Basile”, y vuelva al Bosque para estar “contento de verdad”, como dijera en su canción Moris, como ya debe estar deseando seguro el propio Ronco Basile también.
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