Jazmín García Sathicq: “Salir a la calle con el teatro es un acto político”

A la artista teatral y profesora Jazmín García Sathicq la pandemia, como a muchos, le cerró las puertas de sus proyectos de forma bastante literal: los teatros bajaron la persiana durante casi un año, y sus planes, entre los que se encontraba la celebración de sus 20 años de trayectoria con una presentación de escenas de todos sus trabajos, quedó, de forma forzosa, en pausa. 

“Fue mucho el impacto”, reconoce la reconocida dramaturga, con más de 20 obras en su haber. “Uno proyecta el año con muchos proyectos y esto cambiaba, por lo menos, la forma de abordarlos. Y muchos quedaron en stand by”, cuenta, en diálogo con EL DIA. Pero la realización teatral independiente tiene tanto de remar que, rápidamente, decidió buscarle la vuelta: en lugar de la celebración presencial, montó una página donde se pueden repasar sus dos décadas en las artes escénicas. 

“Y me dediqué a la escritura”, explica, “siempre pensando en llevar los textos a escena más adelante. En ese momento, lo que se podía hacer era escribir, ver qué me pasaba a mi con lo que estaba sucediendo”.

De ese encierro creativo salieron tres propuestas que llevará, en los próximos meses, al escenario García Sathicq, ansiosa por salir al ruedo. La primera de las tres se presentará esta tarde. A las 18, partiendo desde las puertas del Hipódromo local (44 y 116), se mostrará “Barrer la obra, barriar lo obrado”, en el marco del festival Danzafuera: un recorrido por las historias y la cultura del barrio Hipódromo a partir de los relatos de los propios vecinos.

García Sathicq se presentó a la convocatoria del festival, que celebra su octava edición, con un proyecto que “planteaba la investigación en campo dentro del barrio para recopilar las historias y la memoria colectiva de los habitantes del barrio, y llevarlas a escena performáticamente usando el espacio público”. Así, hubo un proceso de investigación de la historia del barrio, y luego contactó a los vecinos, buscando que relaten historias que “den cuenta de la forma de vivir el barrio” y que puedan llevarse a escena.

El resultado de ese proceso previo es una obra que se desplaza por la región del Hipódromo, “un cruce entre la obra creada a partir de estos testimonios y el tránsito por el barrio desde la subjetividad del espectador; un cruce entre ficción y realidad, una combinación a partir de la cual uno puede hacerse una idea de lo que es esa cultura barrial”, analiza. 

LE PUEDE INTERESAR

Revuelo por lista de vacunados VIP que tenía varios famosos

LE PUEDE INTERESAR

El Coliseo se reacondiciona para abrir la temporada

“Es un recorrido, una obra en tránsito”, que cuenta en el elenco que recrea las historias a Silvia Caruso, Elke Aymonyno, Alejandro Labaronne y Nahuel Aquino, y que utiliza el espacio público como escenario, una de las premisas del festival. En ese sentido, dice la dramaturga, “podría haber montado la obra en un solo lugar, pero sentí importante que el público participante vivencie el paisaje, las paredes pintadas, el cotidiano del barrio, mientras sucede una obra de teatro. E intervenir el espacio público me interesa: además del cruce entre lo real y la obra de arte, uno llega así al encuentro de personas que quizás, de otra manera, no va al teatro”.

“Y salir a la calle también me parecía importante, como un acto político, incluso, que de cuenta de nuestra necesidad de hacer a pesar de las circunstancias”, sigue García Sathicq. “Creo que es algo que nos pasa a todos, necesitamos hacer, es nuestra pasión, es nuestra forma de comunicarnos con el mundo, de conocernos, de conocer el mundo. Entonces, uno no puede estar silenciado, inactivo, tiene que estar en eso”.

Para la artista y docente, vicedirectora de la Escuela de Teatro La Plata, la convocatoria de Danzafuera fue una excusa para ponerse en marcha, al igual que el llamado que recibió desde el Centro de Arte UNLP para realizar una creación performática: de ese llamado, nació “Memoria de un pasaje hacia el olvido”, que presentará el 6 de marzo, a las 19. 

Con las actuaciones de Canela Corno y Alejandro Labaronne, la obra inaugurará el Pasaje del Bicentenario, un nuevo espacio, al aire libre, creado por la pandemia en el Centro ubicado en 48 entre 6 y 7. “Como el espectáculo está creado para ese evento, lo primero que hice fue ir a conocer el espacio real y en base a eso crear situaciones performáticas usando ese espacio”, cuenta. 

La creación performática se compone de “situaciones con unos textos muy poéticos que intentan dar testimonio desde la memoria y la vivencia de lo que es una ciudad en aislamiento, una ciudad que ya no es lo que era. Desde ese recuerdo, nombrar lo que era y lo que es, desde un estado de melancolía en base a lo que se añora”.

Es un regreso al tema de la memoria, que explora también en la obra que se mostrará esta tarde en el Hipódromo y sus alrededores. “Me interesa poner en tratamiento desde mis obras lo que es la subjetividad: cómo esas memorias están impregnadas de cuestiones culturales e históricas, pero a la vez la voz que las pone en acto, en palabras, en acción, es tan subjetiva que pueden ser historias muy distintas a las que otra persona cuente”, comenta al respecto la dramaturga. “Desde esa subjetividad, me interesa ir dando cuenta de registros, registros como parte de historias de vida, testimonios, que vinculen el pasado con el presente, proyectándolo hacia un futuro posible o deseado”.

VUELTA AL TEATRO

Las dos creaciones de García Sathicq comparten el aire libre como escenario, situación forzada en parte por la pandemia. Pero la dramaturga ya se prepara, de todos modos, para volver al escenario teatral, con los cuidados pertinentes, desde ya: entre abril y mayo planea estrenar “Los cielos encima”, corproducción con el Teatro Dynamo que cuenta con la actuación de Nora Onetto, Bettina Giorno, Florencia Zubieta y Mario Coutune.

“Volví a los ensayos con una sonrisa: ese año de no hacer fue un poco sufrido”, comenta entre risas la dramaturga, sobre la obra que ya se prepara para el debut y que fue escrita, como el resto de los proyectos, durante la cuarentena. 

La obra retrata a una persona a la que le agarra la pandemia estando en el campo, en una casa a la que había viajado para transitar el duelo de una separación. “Con el aislamiento, no puede regresar a la ciudad: queda en un estado de crisis existencial, en el que no comprende demasiado lo que le pasa, entre su duelo y el contexto, y empieza a encontrarse con personajes que pasan por su camino y van transformando su mirada ante la vida, provocando que cuestione su existencia. Cada encuentro la va transformando hacia otra construcción de persona”, adelanta García Sathicq.

La obra será presentada de manera presencial, aunque la dramaturga comenta que no rechaza las variantes virtuales que aparecieron con la pandemia. De hecho, afirma que buscar la forma de seguir haciendo es parte de su filosofía, aunque, asegura, “si no está el convivio no es teatro”.

“La realidad se nos interpone, y está bueno entrar en tensión con eso que sucede, y hacerse preguntas que cuestionen nuestro hacer y produzcan nuevas formas”, analiza, sobre la irrupción del streaming. “Está bueno que algo haya removido el cuestionarnos qué hacemos, cómo lo hacemos. Que algo haya removido el avispero”.