Un shock de vacunación antes del fin de marzo, clave para frenar otra ola

Shock vacunal. Ese es el concepto al que alude la epidemióloga platense Silvia González Ayala como la herramienta más eficaz para evitar en nuestro país una nueva ola de coronavirus como la que por estos días alcanza al hemisferio norte. Una solución que consiste en vacunar de forma rápida al mayor número posible de personas de riesgo mayores de 18 años. Y le pone fecha: debería ponerse en práctica antes de fines de marzo.

La recomendación, que en el mundo ha podido poner en práctica (o lo están haciendo en este momento) un muy limitado número de países, tropieza con un problema global que ya hizo que organismos como la Organización Mundial de la Salud o la Cruz Roja emitieran sus alertas: el cuello de botella en la provisión de dosis, que afecta en distinto grado a buena parte del planeta.

En este marco, hasta el día de ayer, la cantidad de personas vacunadas contra el coronavirus en el país en el marco de la campaña iniciada el 29 de diciembre con la primera dosis de la vacuna rusa Sputnik V alcanzaba a las 307.326, mientras otras 163.069 ya habían recibido las dos dosis. En tanto, en la provincia de Buenos Aires el número de vacunados alcanzaba a última hora de ayer a los 185.820 y en La Plata a los 16.353, según las cifras difundidas por la Sala de Situación del Ministerio de Salud de la Provincia.

“Estos números no tienen impacto epidemiológico, lo que hace que la campaña hasta hoy tenga un peso casi simbólico”, dice González Ayala, quien afirma que todavía está muy lejos la meta de alcanzar la inmunidad comunitaria, un objetivo cuya vara también se corrió en los últimos días para los científicos del mundo: “si antes se hablaba de que la inmunidad comunitaria se podía obtener vacunando a entre el 60 y el 70% de la población mayor a los 18 años, hoy se cree que es mayor el número de vacunados necesario. Alrededor del 85%”, dice la especialista platense.

En este marco, la vacuna es el único camino para lograr ese objetivo, dado que la inmunidad natural no parece suficiente: “hay mucha gente que después de enfermarse no genera anticuerpos y otros que los conservan por muy poco tiempo”, dice la epidemióloga platense.

“Hasta ahora la vacunación no tiene un impacto epidemiológico y para que lo tenga se necesita un shock vacunal: vacunar a muchas personas pertenecientes a los gruposde riesgo en poco tiempo”

Silvia González Ayala
Epidemióloga

Dada esta situación, el acceso a las vacunas - un objetivo que persigue, al mismo tiempo, el mundo entero - ha dado lugar a una carrera desenfrenada entre todas las naciones para asegurarse las dosis necesaria para inmunizar a sus poblaciones. Una pelea desigual que llevó ayer a advertir a la Organización Mundial de la Salud, la Cruz Roja y hasta el Vaticano, que reclamaron multiplicar la producción y un reparto más equitativo de las dosis (ver aparte).

Mientras tanto, la escasez de vacunas se hace cada vez más notoria.

“Ya vivimos esto al principio de la pandemia, cuando sedesató una lucha despiadadaen todo el mundo por los insumos sanitarios básicos, como los barbijos”

Mauricio Erben
Decano Ciencias Exactas UNLP

Para Mauricio Erben, decano de la facultad de Ciencias Exactas de la UNLP “ya vimos una situación similar a esta al principio de la pandemia, con los insumos médicos de primera necesidad, como los barbijos, alrededor de los cuales se desató una lucha despiadada. Hoy las vacunas adquirieron una importancia geoestratégica y se abren planteos éticos a partir de la actitud de países con más posibilidades que tienden a hacerse de un fuerte stock de vacunas”.

En medio de este escenario, ayer el Gobierno anunció para los próximos días la progresiva normalización de la entrega de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus y la llegada de las dosis destinadas al país por el fondo global COVAX impulsado por la Organización Mundial de la Salud, tras una semana en la que la demora en la llegada de las vacunas se ubicó en el centro de la atención pública.

Sin embargo, las autoridades nacionales no le pudieron fecha a esa normalización, aunque hablaron de “corto plazo”, de la existencia de un “cuello de botella” que era “esperable” y que afecta a todo el mundo.

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Explicaron a su vez las razones que demoraron la llegada de las dosis de vacunas rusas acordada: dijeron, en ese sentido, que los desarrolladores de la vacuna rusa se encontraron con una demora imprevista producto del control de calidad que debe realizar el instituto Gamaleya sobre los laboratorios de terceros países que la producen, como India y Corea del Sur.

Pero otro elemento reciente sumó complejidad al escenario. Fue la publicación de la revista The Lancet que otorgó 91,6% de eficacia a la vacuna rusa, lo que despertó un creciente interés por el producto en países que en un primer momento parecieron descartarla como opción.

El mismo día en que salió esa publicación el presidente Alberto Fernández habló con su par de Rusia, Vladimir Putin, quien le comunicó que “se está aumentando la producción para que la Argentina reciba el volumen acordado, al tiempo que el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, afirmó que el país “seguirá recibiendo las vacunas como lo viene haciendo, tratando de que no se dilaten más los plazos”.

El objetivo proclamado oficialmente es concretar la llegada de 30 millones de Sputnik V; más de 22 millones de dosis de la vacuna de Oxford AstraZeneca y los 2,2 millones que le corresponden al país del fondo COVAX.

Por otra parte, esta semana se supo oficialmente que a los 22 millones de dosis de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca se sumará, en los próximos 60 días, dos tandas adicionales de 580.000 que llegarán entre lo que resta de febrero y marzo.

En total se habla de más de 62 millones de dosis de vacunas que - si se saca a los 15 millones de argentinos que tienen menos de 18 años - permitiría cubrir a toda la población, según destacó Ginés González García en el curso de la última semana, al tiempo que estimó que se podría lograr la inmunidad comunitaria en el país “después de julio”.

Según se indicó oficialmente desde el ministerio de salud de la Nación, la campaña ahora sigue con el personal de salud y cuando arriben las siguientes dosis -entre febrero y marzo se esperan las rusas y las de AstraZeneca- los siguientes destinatarios serán “los mayores de 60, empezando por los mayores de 70; después las personas de entre 18 y 59 años con condiciones de riesgo y líneas estratégicas, como docentes y no docentes de inicial, primaria y secundaria, y seguridad y defensa”, según describió la secretaria de acceso a la salud Carla Vizzotti.

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“Desde que nos vacunamos respiramos un poco. Recibir la vacuna nos dio tranquilidad mientras trabajamos, pero también para la vida familiar, porque transitamos lo peor de la pandemia con miedo de llevar el virus a nuestros seres queridos. Ahora, ya vacunados, esa posibilidad se reduce muchísimo. Aunque es necesario mantener todos los cuidados y no abandonar las medidas de seguridad”.

La que habla es Cecilia Loudet, intensivista que se desempeña como jefa interina de una sala de terapia del Hospital San Martín, una de las 16.353 platenses que ya fueron vacunadas, la mayoría de ellos, integrantes de los equipos de salud.

Luodet, que durante el desarrollo de lo peor de la crisis sanitaria tuvo compañeros que fueron internados con formas graves de la enfermedad y que murieron por efectos del coronavirus, destaca que otro de los factores por los que la vacuna trae tranquilidad es porque se reduce drásticamente la posibilidad de padecer las variantes más severas del COVID-19.

“Desde que nos vacunamos respiramos un poco. Recibir la vacuna nos dio tranquilidad para la vida familiar, porque transitamos lo peor de la pandemia con el miedo de llevar el virus a nuestros seres queridos”

Cecilia Loudet
Intensivista

Y si bien estos factores contribuyen a brindar una mayor tranquilidad interior, según indica la profesional, también es importante “no aflojar con los comportamientos adquiridos, los protocolos y los cuidados”.

“Compartir la vacunación con los integrantes del equipo de trabajo fue algo bueno. Nos ayudó a darnos ánimo y no aflojar”, dice Loudet.

Y esto porque, si bien se saben mejor preparados, con más conocimiento y experiencia para enfrentar una eventual nueva ola de coronavirus, también sienten el agobio de un año que los exigió como ningún otro, física y emocionalmente. Y que para muchos “no terminó”, a pesar de las convenciones que marca el almanaque.

Para Pablo Maciel, que es secretario gremial de CICOP La Plata, el gremio que nuclea a los médicos,

la situación es hoy mejor que la del año pasado, “cuando el sector venía sufriendo un número importante de contagios”.

“Los próximos días van a ser clave, porque nos permitirán medir el impacto de la vacunación en el índice de contagios del personal de salud”

Pablo Maciel
Secretario Gremial CICOP

Hasta ayer, la sala de situación del ministerio de Salud de la Provincia informaba que el porcentaje de personal de salud contagiado en territorio bonaerense alcanzaba al 7%, sumando un total de 57.874 casos, mientras que en La Plata ese indicador alcanzaba al 10,2% con 2.860 contagios desde el inicio de la pandemia.

Para Pablo Maciel, que recibió la segunda dosis de la vacuna esta semana, 21 días después de haber recibido la primera y de acuerdo a los cronogramas previstos, los próximos días serán clave en este sentido, porque permitirán monitorear el efecto de la vacuna sobre la evolución de esos contagios.

“Por ahora no tenemos un indicador de ese impacto porque la mayoría del personal de salud vacunado está recibiendo la segunda dosis”, destacó Maciel.

El profesional destacó que el impacto anímico también es importante “porque te saca el miedo a desarrollar las formas más graves de la enfermedad”.

“Con la vacunación cambió bastante el clima de trabajo, aunque es importante mantener todos los protocolos”, indica.

Esto se relaciona a que el porcentaje de efectividad de la vacuna, que es muy alto (91,6 %), deja un pequeño margen de personas que no desarrollarán anticuerpos después de recibirla, lo que justifica el mantenimiento de los cuidados.

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Maciel indicó que muchos de los integrantes de los equipos de salud ya recibieron las dos dosis de la vacuna (mencionó que en CICOP sólo hubo quejas por la demora en recibirla en el primer nivel de atención de algunos municipios) y agregó que espera que “pronto se pueda empezar a vacunar a toda la comunidad para disminuir o prevenir una segunda ola”.

Desde la cartera sanitaria provincial, en tanto, se indicó que los vacunados hasta hoy en la Provincia pertenecen al ámbito de la salud, salvo en aquellos municipios donde la cantidad de dosis asignadas excedían al número de los trabajadores del sector. En esos casos, se explicó, se extendió a personas de otros grupos de riesgo.