El puerto que debió ser y todavía sigue en “veremos”

Hay frases que sintetizan situaciones complejas con gran acierto, como la del urbanista italiano Antonio De Corvetto, quien en 1885 sostuvo que “La Plata es un efecto; su puerto una causa”; o como la del escritor argentino Rafael Alberto Arrieta, quien en 1935 expresó: “Comenzó la obra un año después de fundada la ciudad de La Plata. Pero puede decirse que el puerto decidió la instalación de aquélla”.

Y la historia cuenta que la fundación de la ciudad de La Plata como capital de la provincia de Buenos Aires, el 19 de noviembre de 1882, tuvo en cuenta principalmente la ubicación del territorio en proximidades de un puerto de aguas profundas hasta el cual pudieran llegar las embarcaciones de mayor calado que realizaran el comercio internacional, con el objeto de asegurar la actividad económica del primer estado argentino, ya que la ciudad de Buenos Aires había pasado a ser la capital federal, en el marco de un enorme y pacificador acuerdo de los dirigentes políticos de aquel entonces.

POR DECRETO

Efectivamente, antes de la fundación misma de la Ciudad, las obras del Puerto La Plata fueron dispuestas por decreto del Presidente Julio A. Roca en octubre de 1882.

En un juego de ida y vuelta entre aquel pasado y este presente, hay que destacar que muchos en La Plata se sorprendieron grandemente hace poco cuando el Club de Gimnasia y Esgrima recibió la cesión definitiva de las tierras que ocupa el amplio predio deportivo denominado “El Bosquecito”, en 123 y 58, por decisión del Consorcio de Gestión del Puerto La Plata (PLP), ya que el predio portuario original llegaba hasta la avenida 122.

Recién en ese momento, más de un siglo después, la idea original de puerto y ciudad como una unidad económico-urbanística comenzó a ser descubierta por muchos que, incluso hoy, no terminan de explicarse los avatares del desarrollo acotado que ha tenido La Plata en su carácter de capital de la provincia más grande, rica y poblada de la Argentina, pese a su cercanía con la gran urbe porteña. Pero ese no es el tema central de este artículo.

LAS TIERRAS

No obstante, lo cierto es que originalmente, las tierras del Puerto se extendían desde la costa del Río de La Plata en una ancha franja perpendicular, que, tomando tierras de Berisso y Ensenada, llegaba, entre las calles 43 y 60, como se dijo, hasta nada menos que la avenida 122, es decir, el límite del trazado del casco fundacional platense.

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¿Y por qué? Porque el proyecto portuario original preveía un complejo de importancia, con un Dock Central con largos y amplios muelles, desde cuya cabecera interior partieran los canales Oeste (calle 50) y Este (avenida 60).

Estos dos cursos de agua menores se unían en el llamado Canal de Conclusión, a la altura de la calle 128 y desde éste nacerían cuatro amplios diques, de los cuales sólo se construyó el primero o “número uno”, que se ubica en 50 y 126, dando nombre a ese populoso barrio ensenadense.

Estaba planificado que detrás de los proyectados cuatro diques, y hasta la 122, se ubicarían numerosos y amplios galpones de recepción y depósito de las mercaderías que circularían en los navíos de poco calado que navegarían por los canales, trayendo mercancías para nuestra ciudad y más que nada para el interior de la Provincia. Y al mismo tiempo exportando la producción del campo bonaerense, previéndose de ese modo un enorme movimiento comercial.

Hasta bien entrado el siglo XX hubo un escaso movimiento de embarcaciones por el Canal Oeste desde el Puerto hasta El Dique. Incluso, aún hay gente que recuerda que en la zona de Los Talas, en Berisso, algunos pobladores completaban barcazas pequeñas con leña cortada del monte ribereño y remontando el río Santiago hasta el sector de las “Cuatro Bocas”, tomaban por el Dock Central hasta el Canal Oeste y llegaban a El Dique donde vendían lo transportado, en su mayoría, para hornos de panaderías platenses.

LA CONSTRUCCIÓN

La construcción del Puerto estuvo a cargo de la empresa Lavalle, Medici y Cía. y fue dirigida por el ingeniero holandés J. A. Waldorp.

Los planos fueron aprobados por el Congreso de la Nación y finalmente por la Legislatura bonaerense en abril de 1883 y en agosto de ese mismo año comenzaron las obras.

El Puerto fue inaugurado el 30 de marzo de 1890, con la presencia del entonces presidente Miguel Juárez Celman.

La apertura del Dock Central y de los canales se hizo a fuerza de pico y pala por parte de una legión de trabajadores argentinos e inmigrantes de distintas nacionalidades, que fueron ubicados en amplias barracas emplazadas en un sector de Ensenada, constituyendo así el “campamento” que legara precisamente el nombre a ese barrio del vecino distrito. También tomaron parte de esas tareas algunos presos condenados a realizar trabajos forzados durante distintos lapsos.

En 1884 comenzó a denominarse oficialmente como “La Plata” al nuevo puerto

EL COSTO

Las obras definitivas de construcción del Puerto La Plata tuvieron un costo de 18 millones de pesos oro y para ello se emplearon 4.500 obreros con sus directivos, jefes y capataces.

En 1884 ya comenzó a denominarse oficialmente como “La Plata” al nuevo puerto, que fue teniendo aperturas parciales, como la de 1885 con la finalización del Dock Central; la de 1887 con el comienzo de la navegación de algunas pequeñas embarcaciones con mercaderías por el Canal Oeste hasta el Dique N° 1; y la de 1889, cuando se habilitaron parcialmente las operaciones en el Dock Central, para inaugurarse oficialmente, como se dijo, al año siguiente.

El Puerto La Plata quedó, finalmente, conformado por un antepuerto de 4.300 metros de largo, 300 de ancho, y protegido en cada costado por un muelle de pino; el Canal Santiago de dos mil metros de extensión; el canal de acceso de una longitud de 1.200 metros; el Dock Central, de 1.350 metros de largo por 140 de ancho y un calado de 6,40 metros de profundidad; los correspondientes muelles, mientras que al final del Dock Central se emplazó el llamado “dique de maniobras”. El complejo abarcaba una superficie total de dos mil quinientas hectáreas.

En 1904, ante la gran disminución de las exportaciones, el Puerto fue traspasado al Estado nacional. En 1920 se derivaron los talleres navales y depósitos de explosivos del puerto porteño al platense.

El 30/3/1890 se inauguró el Puerto, con la presencia del entonces presidente Juárez Celman

LA DESTILERÍA

Con la inauguración de la Destilería de YPF en 1925, el Puerto La Plata se convirtió también en una terminal de combustibles.

Durante la Segunda Guerra Mundial se registró cierta reactivación de la estación naviera con el incremento sustancial de las exportaciones cárnicas, la que se mantuvo hasta la finalización del conflicto bélico.

Años después, se acrecentó el movimiento portuario con el establecimiento en Ensenada de Astilleros Río Santiago.

Con la construcción de un nuevo muelle durante la gobernación de Daniel Scioli se intentó dar al Puerto La Plata una reactivación que sigue sin llegar, mientras se continúa a la espera de que en algún momento desde la Autopista La Plata-Buenos Aires se construya un ramal hasta la estación naviera.