Mario Coriolano
Edición Impresa | 20 de Marzo de 2021 | 01:46

A los 60 años falleció Mario Coriolano, abogado de reconocida trayectoria y gran participación en temas vinculados a los derechos humanos. En la actualidad ocupaba el cargo de Defensor de Tribunal de Casación de la Provincia. La noticia causó una gran consternación en el ámbito judicial local y provincial.
Había nacido en La Plata, el 8 de diciembre de 1960; sus padres fueron Mabel y Pedro y creció junto a sus hermanos Patricia y Marcelo, en la zona de 29 entre 59 y 60.
Abogado, graduado de la Universidad Nacional de La Plata, se especializó en Derecho Penal y Criminología. También se perfeccionó como docente universitario y se doctoró en Ciencias Jurídicas.
Desde el año 1998, fue titular de la Defensoría ante el Tribunal de Casación Penal de la Provincia De Buenos Aires, cargo obtenido por concurso a través del Consejo de la Magistratura.
Además desde 1997 fue profesor adjunto ordinario en la cátedra de Derecho Procesal I, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, UNLP.
En el año 2006, fue elegido miembro del Subcomité para la Prevención de la Tortura, en reconocimiento de sus aptitudes personales y profesionales.
Coriolano adquirió una vasta experiencia en el diseño y ejecución de políticas públicas vinculadas a temas carcelarios. En su actuación como Defensor Público Provincial creó y puso en marcha la base de datos sobre casos de torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes.
También creó las áreas de ejecución de la defensa, conformadas por un equipo de abogados especializados con el objeto de garantizar los derechos humanos de las personas privadas de su libertad (1999).
En otro orden, fue becario del programa de Investigación del gobierno de Canadá y consultor del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), San José, Costa Rica.
Fue disertante en eventos vinculados a la protección efectiva de los derechos humanos, creó y dirigió el Centro de Estudios para la Defensa Pública y fue socio fundador de la Asociación de Defensores por los Derechos Humanos y del Foro para la Justicia Democrática.
Sus grandes pasiones fueron sus hijos Nicolás y Agustina y Octavio, a quien definió como su hijo del corazón.
En el tiempo libre también le gustaba reunirse con amigos, comer asados, caminar y ver a Gimnasia. También participó de manera entusiasta del grupo “Los buscadores”, en donde se dedicaba a leer y analizar temas de filosofía.
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