Peronistas no aliados con el oficialismo evalúan ser una opción en las legislativas
Edición Impresa | 28 de Marzo de 2021 | 05:13

Carlos Barolo
Sectores peronistas de las provincia de Buenos Aires, que no están alineados con el oficialismo, vienen explorando en las últimas semanas la posibilidad de armar una oferta electoral para los comicios legislativos de medio término que se realizarán en octubre. Se suceden las reuniones presenciales y por Zoom. El ex ministro Florencio Randazzo fue tentado para ser la cara visible de ese espacio. Lo está pensando seriamente, dejan trascender fuentes que lo conocen mucho.
Es la tesis de la factibilidad de la “tercera vía”, un camino que supere la polarización cristinismo-macrismo y que ya intentaron, entre otros, Roberto Lavagna y Sergio Massa. No tuvieron demasiado éxito. El primero, con resultados casi testimoniales hace casi dos años; el segundo sucumbiendo, finalmente, al armando kirchnerista que hegemonizó el justicialismo bonaerense a pesar de sus incontables críticas a Cristina Kirchner.
El propio Randazzo lo sufrió en 2017, cuando la elección legislativa de aquel año se polarizó entre el macrista Esteban Bullrich y la actual vicepresidenta, Cristina Kirchner. Peleaban por el Senado. Ganó Juntos por el Cambio, Cristina hizo una elección digna que le permitió entrar por la minoría a la Cámara Alta y el ex titular de Transporte, jugando con el sello del PJ oficial, sacó menos del 6 por ciento.
Son heridas que recién empezaron a cerrar este año, al calor de la notable caída en la ponderación pública que registra el presidente Alberto Fernández. Vueltas de la vida: en aquel comicio de hace cuatro años el actual mandatario había sido el jefe de campaña de Randazzo.
El impulso a esta idea que se está cocinando surgió a partir de la iniciativa del incipiente partido SUMAR, que está en proceso de formación y que tiene como principales referentes a dirigentes de reconocido pasado en el duhaldismo.
Se había pensado en Chiche Duhalde como la cara visible del proyecto pero finalmente se evaluó la conveniencia de buscar un nombre más ligado a la historia reciente. Randazzo puede mostrar una saga de desencuentros con Cristina, que incluyó un portazo cuando la entonces Jefa de Estado no le permitió disputar una Primaria Abierta con Daniel Scioli por la candidatura presidencial de 2015. Pegó el portazo y se fue.
A Randazzo lo tienta la idea de la revancha, cuentan quienes lo conocen. Pero, sobre todo, evalúa -acaso con demasiado optimismo- que en octubre habrá un escenario con muchos votantes potenciales para pescar. Por el enojo de mucha gente con el Gobierno, debido a la situación económica actual y al mal manejo de la crisis sanitaria derivada de la pandemia de COVID, y por la reciente salida del macrismo del poder que, explican cerca suyo, aún tiene la categoría de “mal recuerdo” en el electorado. O sea, poca polarización.
Aunque será negado, el ex ministro de Transporte dejó trascender un análisis que hizo en una reunión virtual que se suponía privada. Fue hace un par de semanas. Allí dijo que Fernández es un presidente sin poder y que a Cristina sólo la mueve un proyecto familiar, que implica el mejoramiento de su situación judicial y el ascenso de Máximo Kirchner como eventual candidato presidencial del PJ en un futuro no tan lejano. Casi un aviso de que pretende competir este año.
Una opción peronista no kirchnerista, a priori, resulta incómoda para el oficialismo y en algún punto para un sector de Juntos por el Cambio.
En el primer caso, porque habría una oferta para aquellos votantes justicialistas que le pasan factura a Alberto y que, de este modo, podrían optar por elegir sin traicionar sus principios.
En el segundo caso, porque dentro del espacio opositor se está tratando de construir un esquema con perfil peronista, en el que trabajan Miguel Pichetto y Joaquín de la Torre, para pescar el llamado “voto útil” de los desencantados con el kirchnerismo que no se identifican ni con la UCR ni con el amarillo PRO.
La verdad es que, hasta ahora, Randazzo ha mantenido reuniones con dirigentes del PJ provincial. Pero en su cabeza estaría la idea de armar un frente más amplio, con sectores partidarios progresistas y de movimientos sociales no alineados con el Gobierno.
Fuentes confiables cuentan que, por ejemplo, se han realizado reuniones con el socialista Miguel Lifschitz, ex gobernador de Santa Fe, y con el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, que tiene un bloquecito propio en la Cámara de Diputados de la Nación. Subyace la idea de armar un frente plural, claramente crítico del gobierno actual y de lo que fue la administración de Mauricio Macri en la Nación y de María Eugenia Vidal en la Provincia. El reloj está corriendo a la par del cronograma electoral.
Dentro del espacio opositor se trata de construir un esquema con perfil peronista
Se han realizado reuniones con Miguel Lifschitz y con Roberto Lavagna
Esta idea que se está cocinando surgió de la iniciativa del incipiente partido SUMAR
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