Juan Bautista Figueroa

Edición Impresa

Imprimió su huella, como arquitecto y docente, en distintos espacios laborales y académicos de la Ciudad, siendo una de sus últimas actuaciones un aporte profesional al proyecto del nuevo estadio de Estudiantes de La Plata, el club de sus amores. También dejó su marca, por la calidad de su persona, entre quienes tuvieron la dicha de conocerlo y establecer con él un lazo afectivo y de confianza. Falleció, a los 65 años, Juan Bautista Figueroa.

Había nacido el 23 de marzo de 1956. Hijo de María Victoria Guzzetti y Luis Raúl Figueroa cursó la educación primaria y casi todo el secundario en el Colegio San José, pero egresó como bachiller en el Colegio Estrada de La Plata. Luego, se recibió de arquitecto en la Universidad Nacional de La Plata -UNLP-

Durante largos años enseñó, con gran satisfacción, en la cátedra de Arquitectura de Jorge Tonelli, donde fue profesor adjunto.

También trabajó, dentro del área de Arquitectura, en la Dirección Provincial de Infraestructura de la dirección de Cultura y Educación de Buenos Aires.

Y finalmente, se hizo cargo de la primera gestoría judicial fundada por su padre, “Oficinas Figueroa”.

Se jubiló en abril de este año.

En 1981 se casó con María Elizabeth Lavalle Alsina, y en 1983 nació la primera de las hijas del matrimonio, María Victoria, y en 1986 la segunda, María Eugenia.

Su orgullo por la familia que formó se completó con la llegada de sus nietas: Amparo y Pilar.

Fue un gran lector; de amplia cultura general, no había tema que escapara de su interés y buscaba permanentemente información sobre deportes, gastronomía, música. Destacado por su habilidad en la cocina agasajaba con exquisitos platos a su familia y amigos.

Para él fue tan importante la presencia de la familia como la de sus amigos. Participaba de distintos grupos sociales, como el de los asados de los viernes, el del café de los sábados, y el de sus estrechas relaciones establecidas en Mar del Plata, su segundo lugar en el mundo, donde veraneaba junto a los suyos todos los años.

Socio vitalicio de Estudiantes colaboró en la vida institucional de la entidad albirroja y, como se dijo, contribuyó, asimismo, en la construcción del estadio. Ese amor Pincha fue inculcado a sus hijas y nietas, todas fanáticas del club de la avenida 1.

Sus allegados lo describieron como un excelente compañero, gran amigo, y dueño de un espíritu generoso y solidario.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE