La costumbre de Nadal, el “emperador” de Roma

Venció en la final Novak Djokovic y se “postuló” como favorito para Roland Garros

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Después de quince años de haber ganado el primer título en Roma tras levantar dos puntos de partido frente a Roger Federer en la final, Rafael Nadal puso el doble dígito en el Foro Itálico al imponerse a Novak Djokovic por 7-5, 1-6 y 6-3, después de dos horas y 49 minutos. Diez veces campeón en la capital de Italia: 2005, 2006, 2007, 2009, 2010, 2012, 2013, 2018, 2019 y 2021. Trece en Roland Garros, doce en el Conde de Godó y once en Montecarlo son los otros torneos donde se maneja con dos cifras.

A dos semanas del inicio del Abierto de Francia, donde buscará superar los veinte títulos de Grand Slam de Federer, Nadal se encargó de dar un golpe sobre la mesa y se postula de nuevo como máximo favorito. Tras un titubeante comienzo del torneo romano, donde tuvo de superar dos match points en el partido de octavos frente a Denis Shapovalov, el español recobró su mejor tenis con los fundamentos de siempre, a los que se unieron sus excepcionales prestaciones con el servicio en el primer set. De este modo, el mallorquín logró su trigesimosexto Masters 1000, igualando así al propio Djokovic.

Después de casi tres horas que necesitó el pasado viernes para completar su partido de cuartos de final contra Stefanos Tsitsipas y quebrar la tenaz resistencia de Lorenzo Sonego en semifinales, Djokovic salió con la intención de abreviar los puntos. No hubo lugar para contemplaciones entre dos jugadores que se conocen de sobra después de 56 partidos, la rivalidad más extensa de la historia del tenis.

Fue la final entre los dos tenistas más veteranos desde la Era Abierta. Una muestra de la consistencia de ambos, de cómo han sido capaces de mantener su tremenda competitividad con el paso del tiempo.

Dos graves errores de Djokovic dieron lugar al segundo quiebre de servicio al cometer doble falta y a continuación dejó una fácil derecha en la red, colocando a Nadal en disposición de sacar para llevarse el primer set, lo cual consiguió a la segunda opción.

A diferencia del primer set, Djokovic pudo refrendar el quiebre en el arranque del segundo parcial; mientras que Nadal bajó el porcentaje de acierto con el servicio. El español decayó de manera sorprendente algo que el número uno no se lo perdonaría. El match se igualó cuando parecía que sobre el serbio podría pesar el cansancio que arrastraba llevaba encima y el efecto de verse en desventaja.

Djokovic gozó de dos chances para tomar ventaja en el tercero, con dos opciones para situarse 3 a 2 y el saque. No las aprovechó y lo pagó caro en el juego siguiente, que el español ganó en blanco. Cosecha suficiente para cerrar la final con su saque, en un convincente partido donde hasta pudo darse una tregua en el segundo set.

 

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