River volvió a brindar un show de fútbol y goles, y esta vez lo sufrió Lanús

River festejó anoche el séptimo aniversario de Marcelo Gallardo como técnico con una victoria como visitante de Lanús, que terminó siendo una goleada por 3-0, en lo que fue una tan sólida actuación como las que le permitieron ganarle a Argentinos Juniors en La Paternal, por la Libertadores, y a Unión, por goleada, en el Monumental, en la fecha anterior.

De este modo, en el comienzo de un semestre en el que deberá atender la Copa Libertadores, frente a Mineiro, y la Copa Argentina, con Boca en el camino, los Millonarios han comenzado una superación que parece haber dejado en la historia el empate de local contra Argentinos y la posterior caída ante Colón. El referido crecimiento fue posible desde un par de movimientos que hizo Gallardo y determinaron variantes en el juego que complicaron a rivales que habían encontrado la forma de neutralizar su juego. Las presencias de Braian Romero y de Bruno Zuculini, fueron clave, porque con ellos ganó potencia en el área rival y alternativas para el manejo de la pelota en la franja central. En este traslado a la Fortaleza de los Granates, por la tercera fecha, River repitió equipo y con las armas que se le conocen propuso un juego que aceptó Lanús y en ese ida y vuelta comenzaron las jugadas de peligro. De La Cruz buscó sorprender con remates desde afuera del área, Sand levantó la pelota desde posición muy favorable…

El primer gol de la noche se gritó a los 31 minutos al cabo de una jugada que nació en un buen saque de Armani, con Matías Suárez una vez más como asistente y Zuculini como definidor pegándole desde el borde del área, abajo, junto a un palo, y aprovechando el momento de desconcierto del local, a los 40, esta vez con Zuculini como asistidor y De La Cruz a cargo de la definición, River se puso 2-0 con otra anotación en jugada bien elaborada. La diferencia de dos goles le dejó servido el partido a River, porque está claro que con espacios, el equipo de Gallardo por lo general encuentra su mejor versión, y a poco de comenzada la etapa complementaria, tras una jugada de Carrascal, De La Cruz aprovechó un rebote otorgado por el arquero para aumentar la diferencia a 3-0. Luis Zubeldía, de inmediato, trató de cambiar algo con tres variantes, pero era tarde, no había forma de cambiar una historia que, en adelante, continuó por los mismos carriles.

Golpeado, el Granate prácticamente no pudo desarrollar jugadas más allá de la mitad de la cancha, y por el contrario, cuando le pelota estuvo en poder de River, la sucesión de toques y variantes, significaron un alerta para la defensa que esperaba. Así, un nuevo gol del visitante pareció más cerca que el descuento, porque esta vez ni siquiera la figura de Sand, quien había convertido cuatro goles en las primeras dos fechas, alimentó esa ilusión.

River llegó entonces a Lanús después de cumplirse siete años del inicio del exitoso ciclo de Gallardo y tras un par de resultados que lo encaminaron en una temporada que había comenzado inestable. Para repasar: los Millonarios retomaron la competencia oficial luego de un receso que incluyó una etapa de preparación en Orlando, Estados Unidos, con un empate de local frente a Argentinos, por la Copa Libertadores, y una derrota ante Colón, en el debut del torneo doméstico, con fantasmas que sobrevolaron hasta que un triunfo en La Paternal, que aseguró el pasaje a cuartos de final en la Copa, y la goleada a Unión por el torneo local, los acomodó en un semestre con tres frentes para atender, y otras tantas ocasiones de un título, porque a los anteriores hay que sumarle la Copa Argentina.

Las temporadas que han pasado con Gallardo a cargo del equipo no le restaron protagonismo al conjunto de Nuñez, sino todo lo contrario. River es el único representante argentino en los cuartos de final de la Copa Libertadores, instancia en la que desde el 11 de agosto se medirá con Atlético Mineiro de Brasil, y también se encuentra presente en los octavos de final de la Copa Argentina, en donde afrontará un nuevo superclásico ante Boca. Con un detalle: en medio de este cuadro de situación anoche debió ser visitante de uno de los equipos que más lo complicó en los últimos años, más allá de la gestión de Gallardo, y uno de los pocos que supo vencerlo en definiciones mano a mano.

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A principios de 2017, el Granate se quedó con la final de la Supercopa Argentina con una victoria por 3-0 en La Plata y en octubre se volvieron a cruzar en la semifinal de la Libertadores en una polémica y recordada serie en la que Lanús perdió la ida 1-0 en el Monumental pero en la vuelta tuvo una increíble reacción para revertir la serie. Por afuera de estos antecedentes directos, River había ganado los últimos dos duelos por el torneo local con goleadas: en 2018 se impuso 5-1 en la Fortaleza y en 2019 festejó un 3-0 en el Monumental, resultado que anoche repitió al cabo de otra muy buena actuación, que cerró volcado al ataque ante un rival desconcertado, que lejos quedó de la imagen exhibida contra Atlético Tucumán y Colón.