Romero: violan y asaltan a una mujer que esperaba el micro para ir al trabajo
Edición Impresa | 6 de Julio de 2021 | 03:19

En una de las mañanas más frías de este invierno, una mujer vivió una horrorosa experiencia mientras esperaba el micro para ir a trabajar. Todavía no había amanecido, cuando un sujeto que apareció de la nada, o mejor, de la oscuridad que reina en ese rincón despoblado de Melchor Romero, la condujo por la fuerza hasta un descampado que está a pasos de la garita, donde la sometió sexualmente y escapó robándole sus pertenencias.
Aunque el episodio trascendió a partir de una publicación en redes sociales, fuentes judiciales y policiales consultadas por este diario se limitaron a confirmarlo, sin ofrecer muchos detalles para no identificar a la víctima ni complicar una investigación que recién arranca.
EL HORROR
Todo comenzó alrededor de las 6.15 de la mañana del viernes pasado, cuando el termómetro marcaba 7 grados, pero en el cuerpo se sentía un par de grados menos.
Una mujer esperaba el micro Oeste en la parada que está en la esquina de 520 y 147. No está de más aclarar que esa construcción de cemento conformada por dos columnas, un techo y un banquito es la única en varios metros a la redonda. Después, no hay más que una rambla y descampado.
En esas circunstancias apareció un sujeto que se acercó directamente a su víctima sin intentar ocultar sus intenciones.
Los voceros consultados por este diario no confirmaron que haya estado armado, pero, si no fue por las amenazas, controló a su presa por la fuerza.
La alejó de la garita -donde estaba más expuesta a la mirada de los ocupantes de los colectivos y autos que a esa hora ya empezaban a pasar con más frecuencia - y, en medio del descampado, abusó sexualmente de ella.
“Pongo en aviso para estar en alerta”, escribió en su muro de Facebook una vecina de esa zona que marca el límite entre San Carlos y Romero, “hoy en la parada de 147 y 520” una mujer “fue brutalmente violada, golpeada y asaltada por un sujeto que desde hace un tiempo venía rondando y robando la zona”.
Voceros de la investigación confirmaron que el depravado “se llevó el teléfono de la víctima”, pero no otras pertenencias, por lo que presumen que el asalto no fue lo que motivó primariamente al atacante, si no que quizás “se llevó el celular para impedir que la mujer pidiera ayuda rápidamente” y se desplegara una búsqueda policial que podía complicarlo.
Por cierto, la víctima tardó un buen rato en recomponerse del espanto y la conmoción, para poder pedir ayuda.
Como ya se dijo, no hay casas ni negocios alrededor. Lo más cercano es una estación de servicio en la que EL DIA estuvo ayer intentando conocer más detalles del hecho, pero dijeron no estar al tanto del mismo.
Una vez que consiguió asistencia, la mujer fue trasladada hasta el gabinete de Delitos Sexuales de la DDI La Plata, que se ocupa de tomar el testimonio, asesorar y contener a las víctimas en esos momentos tan particulares y complejos, en los que, además, hay que tomar muestras y poner en marcha un protocolo médico.
Los vecinos creen que el depravado ya perpetró otros delitos en la zona, pero “sigue libre”
El mismo Gabinete se ocupa de la investigación para dar con el responsable, en este caso bajo la instrucción del fiscal en turno, Álvaro Garganta (UFI 11).
Fuentes judiciales se limitar a confirmar que “hay una pesquisa en marcha. Es todo muy reciente”.
Mientras los detectives buscan pistas entre los vecinos, potenciales testigos y las poquitísimas cámaras que hay en los alrededores del lugar del hecho, algunos habitantes de la zona murmuran por lo bajo que “esto pudo evitarse”.
RECLAMO
“Por favor, pedimos más seguridad y más patrulleros en las calles, ya que el sujeto sigue libre”, escribió la vecina en el cierre del posteo que puso en alerta a todo ese sector de Romero.
Un hombre que vive en la zona, y pidió mantener su identidad en reserva, aseguró a este diario que, “por la descripción que dio la chica, este hombre sería el mismo que viene asaltando en el barrio desde hace rato. Ya lo denunciamos, pero no pasa nada”. Los detectives trabajan también en analizar denuncias previas en la zona y detenciones recientes, por delitos menores, en procura de identificar al sospechoso. Mientras tanto, aquellos que todos los días tienen que esperar el micro para ir a trabajar, conviven con el miedo.
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