River alcanzó el empate con la cabeza en el Superclásico
Edición Impresa | 2 de Agosto de 2021 | 02:47

Con un equipo alternativo, pues limitó la cantidad de habituales titulares con motivo del inminente superclásico frente a Boca, por la Copa Argentina, el miércoles en nuestra ciudad, River interrumpió la serie de tres victorias consecutivas, que había elaborado por la Copa Libertadores y el torneo de la Liga profesional, con un empate de local ante Huracán, en el estadio Monumental. Nicolás Silva, a los 14 minutos de la etapa complementaria, y Braian Romero, a los 40, sellaron el empate 1-1 que terminó siendo angustioso para el visitante, que terminó el encuentro con uno menos por la expulsión de César Ibáñez, a los 35 minutos del complemento.
De lo más incómodo fue para River este partido contra los de Parque de los Patricios, particularmente porque está a pocas horas de un nuevo superclásico, y porque en el horizonte aparece también el enfrentamiento con Atlético Mineiro de Brasil por los cuartos de final de la Copa Libertadores. Por eso, tras la recuperación experimentada a partir de los sucesivos triunfos sobre Argentinos, por el certamen internacional, Unión y Lanús, por el torneo doméstico, en la víspera debió apelar a un “mix” porque su técnico entendió que no era momento para arriesgar más de lo necesario.
El conjunto Millonario, que había comenzado el torneo de la Liga profesional con dudas y una derrota de local ante Colón, con el agravante de que disputó el segundo tiempo con un jugador más, mejoró a partir del partido ante Argentinos en el desquite por octavos de la Libertadores (2-0) y ratificó luego en la Liga con un contundente 4-0 a Unión. En esos términos, hilvanó tres victorias consecutivas con 11 goles a favor y valla invicta.
Mejoró individualmente a partir del cordobés Matías Suárez, quien sufrió una distensión en Lanús y no jugó contra Huracán, como probablemente tampoco lo haga contra Boca. Zuculini volvió al nivel que tuvo en su inicio en Racing, le hizo un gol a Lanús y tiene un gran valor táctico para Gallardo, quien lo asoció con Enzo Pérez en la mitad del terreno, aunque ayer lo hizo con Enzo Fernández. El gran momento de Braian Romero y la categoría de Nicolás De La Cruz fueron base también de la referida superación, pero...
Ante el Globo no estuvieron buena parte de estos actores principales de un equipo que además se refrescó por una serie de movidas dispuestas por su director técnico en el esquema de juego, porque el miércoles en el Estadio Ciudad de La Plata se jugará el superclásico por los octavos de final de la Copa Argentina, con todo lo que significa.
Por eso Gallardo colocó en el campo de juego una formación con pocos titulares, pero con la lógica y recurrente aclaración de que los suplentes Millonarios serían figuras en casi la mayoría de los demás equipos argentinos, incluso de los denominados “grandes”. Esto quedó certificado ni bien la pelota comenzó a rodar y Huracán quedó apretado en terreno propio, con un par de situaciones de alto riesgo a cargo de Girotti.
Bien Enzo Fernández, como volante central a cargo de la distribución; más adelantado Zuculini, multiplicándose para asociarse por derecha e izquierda; intensos Montiel y Casco, ganando metros por los carriles. El elenco de Parque de los Patricios, que trató de achicar los espacios de la mitad del terreno, aguantó como pudo y recién pasados los 20 minutos logró equilibrar un tanto el juego.
River no aprovechó su mejor momento, y ya en la etapa complementaria aquel dominio lejos estuvo de repetirse, con un problema mayor cuando a los 14 minutos Huracán, en una salida rápida, y muy precisa, se puso en ventaja con anotación de Nicolás Silva. Un centro al área de Marcos terminó siendo el punto de partida para una salida rápida que encontró desequilibrada a la última línea que esperaba y quedó sin defensa tras un toque de primera de Triverio que dejó el camino libre para la apertura antes de completarse el primer cuarto de hora.
La primera reacción de Gallardo fue ordenar los ingresos de Angileri, De La Cruz y Braian Romero, cuyo aporte, en definitiva, determinó un crecimiento futbolístico que desembocó, casi como una consecuencia lógica en el empate a los 40 minutos, al cabo de una maniobra que finalizaron Paradela con un pase profundo para Angileri, quien levantó un centro que de cabeza conectó Romero, a la derecha del arquero.
River aprovechó el envión, y en el tiempo que le quedó, más el descuento, lo apretó a Huracán contra su arco, con una serie de jugadas de alto riesgo. A esta altura con un jugador menos, soportó el elenco de Parque de los Patricios el predominio de los Millonarios y terminó festejando un empate casi heroico, con su arquero como jugador más valioso.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE