Alcohol: hallan la clave del consumo compulsivo

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Un equipo científico constató en experimentos en ratas, que un pequeño grupo de células nerviosas del cerebro determina que un individuo siga consumiendo alcohol aunque tenga consecuencias negativas.

Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Linköping (Suecia), quienes identificaron un mecanismo hasta ahora desconocido que podría convertirse en “un objetivo adecuado” para el tratamiento con medicamentos. Su descripción se publica en “Science Advances”.

Los científicos estudiaron el mecanismo que subyace en uno de los comportamientos que caracterizan a la adicción: seguir consumiendo alcohol aunque tenga consecuencias negativas, lo que suele conocerse como “consumo compulsivo”.

La toma de decisiones, como la de beber otra copa o abstenerse, es compleja; el cerebro tiene un importante sistema de comportamiento motivado. Este sistema valora las cosas que consideramos gratificantes y nos impulsa a buscar más.

Pero también es necesario un freno para evitar hacer cosas con consecuencias negativas; el freno equilibra la información sobre las posibles consecuencias negativas con la recompensa esperada.

En los experimentos, las ratas aprendieron que podían pulsar una palanca para obtener una pequeña cantidad de alcohol, pero al cabo de un tiempo, estas condiciones cambiaron, de forma que recibían una descarga eléctrica junto con el alcohol tras pulsar la palanca.

La mayoría de las ratas dejaron de presionar la palanca para obtener más bebida, pero el freno no funcionó en alrededor de un tercio, que siguió presionando la palanca para autoadministrarse alcohol aunque ahora se asociara con una molestia. Para identificar el grupo de células nerviosas implicadas en el consumo compulsivo de alcohol, los investigadores utilizaron un marcador que se forma en los nervios justo después de que hayan estado activos.

 

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