La banda del millón: ataron a una familia en Abasto

Corrían los primeros minutos del miércoles cuando una camioneta con varios ocupantes fue vista pasar por un predio rural, donde se dedican a la horticultura.

Poco después, el dueño de esa propiedad, situada en 506 entre 208 y 210, en Abasto, partió con su camión rumbo al Mercado Regional de La Plata.

Fue como un juego de piezas. Unas se movieron para que aparezcan otras y eran malas.

De acuerdo a lo que pudo saber es te diario, cuatro sujetos vestidos con uniforme y gorra policial simularon un allanamiento, pero todo era una fachada. No eran agentes. Eran ladrones, que durante tres horas hicieron vivir un martirio a un hombre de 65 años, papá del agricultor que acababa de marcharse a su trabajo, y a sus pequeños nietos: una nena de 10 y un nene de 7.

Es que según lo informado ayer a EL DIA por Weymar Rivera (40), otro hijo del hombre atacado, “a mi papá lo ataron de pies y manos con cables y le dieron varias patadas en el piso, especialmente en la espalda”, para que dijera estaba el dinero de la casa.

“Ni siquiera se apiadaron de mi sobrina de 10 años, porque también la ataron de pies y manos. Al único que no le hicieron nada es a mi sobrinito”, aportó Weymar.

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Pero al margen de ese violento accionar, según lo denunciado en la comisaría séptima, durante su prolongada permanencia, sustrajeron “un millón de pesos, 20 mil pesos de una moneda extranjera no especificada, cuatro televisores Smart, un lavarropas y cuatro ollas Essen”.

Con todo el botín, utilizaron también una camioneta Toyota Hilux de la familia, con la que huyeron con rumbo desconocido.

“Es la historia de siempre, con delincuentes disfrazados de policías que desde el año pasado vienen robando en casas de horticultores de esta zona. Lamento que papá vino de visita y se vuelve a Jujuy con este disgusto”

Weymar Rivera
Hermano del dueño

“SEGURO QUE LO VIERON IRSE”

En la tarde de ayer, este diario fue al lugar del millonario asalto, donde Weymar se mostró convencido de que los delincuentes “seguro que lo vieron irse a mi hermano en el camión”. Y señaló que “fue a eso de la una de la mañana”.

Quizá suponiendo que la vivienda habría quedado sin moradores, la banda primero dio el primer paso de su plan: deshacerse de los cuatro perros rottweiler, que constituían un feroz obstáculo para sus planes delictivos.

“Los mataron dándoles carne con veneno. Y recién cuando vieron que no se movían, ingresaron a la casa y se identificaron como policías ante mi papá”, reveló.

Sorprendidos, lo consideraron como un escollo y por eso no dudaron en someterlo a un brutal castigo físico.

En tal sentido, Weymar informó que “lo ataron de pies y manos en un cuarto del fondo, pero además le pegaron patadas en el piso, especialmente en la espalda y pese a que ya no podía resistirse. Y le dieron un culatazo en la cara con una escopeta”, que sería una Ithaca.

Con todo bajo su control, ya que además maniataron a la nieta de la víctima, los delincuentes se abocaron a robar lo que encontraban a su paso.

“Se llevaron absolutamente todo, una importante cantidad de dinero, varios objetos de valor, la camioneta de mi hermano y hasta fueron a un galponcito, de donde robaron una batería y antenas de un camión”.

“SOMOS POLICÍAS”

Asimismo, Weymar recordó una frase en particular que le expresaron los ladrones a su padre.

“Apenas entraron a la vivienda, al ver a mi papá, estos tipos le dijeron `somos policías`. Y después actuaron como ladrones”, consignó sin ocultar su indignación.

Segundos después, profundizó su enojo: “Es la misma historia de siempre, con tipos disfrazados de policías, que desde el año pasado vienen robando por casas de horticultores de la zona”.

No obvió mencionar que, antes que comenzara el asalto, “papá escuchó a los perros que ladraban bastante y se asomó a ver qué pasaba. Pero no notó nada extraño”.

Además de lamentar el robo en dinero y otras pertenencias materiales de su hermano, también expresó sentirse mortificado por el enorme susto padecido por su padre y sus pequeños sobrinos.

“Papá llegó de visita hace un mes, porque vive en Jujuy, y se estaba por ir en estos días. Lo hará lamentablemente llevándose este enorme disgusto, por el único robo que hubo acá desde que está mi hermano”, subrayó.

Confirmó que se radicó la denuncia policial y que “estuvo acá la Policía Científica” para ver si la banda dejó huellas dactilares.