Pandemia que engorda: el aislamiento elevó el sobrepeso infantil

“La pandemia le cambió el cuerpo”, dice la mamá de Matías, que a sus ocho años y con una altura promedio pesa hoy cerca de 35 kilos. “Entre que no pudo seguir yendo a fútbol y que al estar tanto tiempo adentro se la pasó comiendo, en el último año engordó un montón”, explica exponiendo una preocupación que se ha vuelto común entre muchas mamás.

Las restricciones sanitarias y los cambios de hábitos que impuso el coronavirus han tenido un fuerte impacto en la alimentación de niños y adolescentes, coinciden en señalar pediatras y nutricionistas, que observan el avance de otra pandemia dentro de la pandemia de Covid: la del sobrepeso y la obesidad infantil.

“Ya veníamos con unos datos impresionantes de obesidad, con un 41% de chicos con sobrepeso, cuando apareció la pandemia de Covid, que está generando aún más obesidad”, cuenta la especialista Mónica Katz, integrante de la Sociedad Argentina de Nutrición. Según un estudio realizado por esta entidad, seis de cada diez argentinos subieron de peso durante el aislamiento social y aquellos que tenían sobrepeso antes de la pandemia de Covid tuvieron un 42% más de chances de engordar.

La Sociedad Argentina de Nutrición no ha sido la única en salir a dar la voz de alerta sobre el fenómeno. También la Defensoría del Pueblo bonaerense, a través de su Observatorio de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, pidió semanas atrás, frente a la vuelta de la escolaridad presencial, “aplicar en forma urgente la legislación que impulsa hábitos saludables desde los entornos escolares” y frenar la “promoción de bebidas y alimentos malsanos” por el impacto que está teniendo la pandemia de Covid en los índices de sobrepeso infantil.

CONTEXTO OBESOGÉNICO

Para pediatras y nutricionistas, los gatillos detrás del fenómeno están a la vista. Las restricciones sanitarias no sólo aumentaron el nivel de sedentarismo al limitar las actividades deportivas sino que también disminuyeron las horas de sueño y dispararon el consumo de alimentos con alto contenido de grasas y azúcares entre la población infantil.

Un estudio realizado en Italia, que fue tomado como referencia por profesionales del Hospital Garrahan, mostró que pacientes niños y adolescentes no manifestaron cambios favorables respecto de la ingesta de vegetales ni frutas durante la pandemia y, por el contrario, aumentaron hasta cinco veces el consumo de snacks, carnes rojas y bebidas azucaradas durante el período más crítico del aislamiento social.

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“Es imprescindible enseñarles hábitos saludables a los chicos desde pequeños”

“El contexto de la pandemia ha contribuido a la proliferación de ambientes obesogénicos, caracterizados por un drástico incremento del sedentarismo y otros hábitos que favorecen al aumento de peso tanto de niños como adultos, algo que sin dudas impactará en su estado nutricional con consecuencias que empezaremos a observar en el mediano y largo plazo”, sostiene el médico pediatra Sebastián Sticotti.

“A veces cuando encontramos que las cosas no andan bien en un niño, vamos hacia atrás y empezamos a ver malos hábitos, alimentación desordenada, picoteo, mala calidad de los alimentos y un consumo excesivo de alimentos ultra procesados y sal”, cuenta Sticotti al advertir que los déficits nutricionales en la infancia pueden derivar en dolores abdominales recurrentes, somnolencia, trastornos de aprendizaje y problemas de concentración en general.

BUENOS HÁBITOS DESDE TEMPRANO

Aunque reconocen que el contexto pandémico ciertamente no ayuda a tener una relación saludable con la comida cualquiera sea nuestra edad, cuando se trata de los chicos los nutricionistas resaltan la importancia de ayudarlos a construir buenos hábitos alimentarios, una tarea que exige dedicación cotidiana y que cuento antes comience, mejor.

“Si todas las mañanas los enviamos al jardín con un jugo en caja y un alfajor y los recibimos al mediodía con un premio de golosinas, seguramente resulte complicado cambiar ese hábito”, explica la licenciada en Nutrición Guillermina Llana al señalar que la demanda constante de alimentos con alto contenido de azúcares o grasas por parte de algunos chicos es algo que estimulan los propios papás y mamás, muchas veces por creencias que es necesario desterrar.

“Los alimentos naturales se vieron desplazados por los productos procesados”

“El primer mito a derribar es el hecho de asociar a los chicos con el consumo de productos no saludables, pensando en que por ser niños pueden darse el gusto hartarse de azúcar y grasas trans cuando es justamente lo contrario. Al ser la infancia el momento en que se está formando tejido óseo, creciendo en altura y aumentando de peso, es imprescindible enseñar a los chicos hábitos saludables para que no desarrollen a futuro patologías asociadas a malos hábitos”, señala la especialista en Nutrición.

Por otra parte, dado que los chicos comen lo que les ofrecen los padres, Llana recomienda limitar la disponibilidad en la casa de alimentos poco saludables, enseñarles a medir las porciones u ofrecerles alimentos ya porcionados “para evitar el famoso picoteo que termina con el paquete vacío”, y armarles propuestas que combinen “aquello que les gusta con otras cosas que no tanto, para que su aceptación sea cada vez mayor”.

RECOMENDACIONES

Como señalan desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia, “en Argentina, el sobrepeso y la obesidad están en una tendencia de aumento sostenido debido, entre otros factores, a la alta disponibilidad de productos de baja calidad nutricional, con alto contenido de azúcar, grasas y sal, y el descenso de la actividad física”. Ese combo es responsable de que el 13,6% de los menores de 5 años y el 41% de los niños, niñas y adolescentes de entre 5 a 17 años, tengan exceso de peso en nuestro país.

“Las comidas caseras realizadas con alimentos naturales se vieron desplazadas por los productos procesados destinados específicamente a bebés y niños desde el inicio de la alimentación complementaria en adelante”, explica la nutricionista Erika Skrypnik señalando un fenómeno que se ha visto acentuado durante la pandemia de Covid.

Frente a esta realidad, es necesario “educar a la población al respecto y brindar herramientas que permitan a las familias ofrecer variedad de alimentos, seguros y adaptados a cada etapa y necesidad del niño”, sostiene la profesional del Colegio.

Con ese propósito la entidad difundió días atrás un documento en el que recomienda a los padres de bebés y niños ofrecerles “una alimentación variada y equilibrada”, reemplazar los alimentos ultra procesados por comidas hechas en casa que tengan a las frutas, verduras, cereales, legumbres como protagonistas, limitar el consumo de las golosinas, snacks, jugos, gaseosas y galletitas dulces, y de ser necesario buscar el asesoramiento de un profesional.