Un “experimento” entre la ficción y la biografía

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En un nuevo ajuste de cuentas con su pasado que recupera algo de la operación que llevó adelante hace veinte años con “Experiencia”, una obra en la que orillando los 50 años salió al cruce de las acusaciones de codicia o deslealtad, el escritor británico Martin Amis se reinstala en la agenda literaria con “Desde adentro”, un nuevo experimento que parte de fragmentos autobiográficos para borronearlas en un fresco que vuelve sobre sus vivencias con desenfado y las pone al servicio de reflexiones sobre la política, la literatura y el discurrir de la vida.

Pasaron dos décadas desde que Amis decidiera hacer uso de la ficción para hacer su descargo acerca de las imputaciones que circulaban sobre quien hasta pocos años antes había sido considerado como el niño terrible de la literatura europea.

La lista iba desde ser considerado traidor a las disposiciones póstumas de su padre -el escritor Kingsley Amis- hasta ser acusado de deslealtad a los amigos narradores, como Julian Barnes y, finalmente, de codicia por la millonaria venta de su novela “La información” a través de la entrada en escena de nuevo agente literario, el sagaz Andrew Wylie.

Con 72 años ya cumplidos, el autor de “Dinero” y “Campos de Londres” ha decidido volver sobre sus años de joven transgresor y mujeriego, en una articulación con su etapa posterior, convertido en un hombre asentado literaria y afectivamente que no levanta controversias al paso: el resultado es “Desde adentro”, un texto que Anagrama depositará en las librerías argentinas en marzo y donde recorre experiencias, evoca a personas importantes para él, y reflexiona sobre la escritura como el arte de contar y dar sentido a las historias.

¿Se trata de una autobiografía ficcionalizada, una idea con destino de oxímoron? ¿Un ensayo encubierto sobre la potencia de la literatura para compendiar experiencias? ¿Un testamento literario anticipado? Acaso un poco de todo esto es lo que enhebra este texto que despliega el rol de tres influencias señeras en la vida del escritor: el Nobel de Literatura canadiense Saul Bellow en sus últimos años de vida, el amigo y compañero de tantas andanzas Christopher Hitchens enfrentado a su temprana muerte, y el solitario, Philip Larkin cuya poesía ha acompañado siempre a Amis.

Si algo caracteriza este nuevo experimento que Amis arroja a la escena es su escepticismo invasor con el paso de los años: el narrador se expone feroz, misántropo, huraño. Y ya desde el título de su libro deja en claro que la realidad de lo que se cuenta está sometida a los procedimientos de la ficción, porque si bien el punto de partida son muchos de sus hitos personales, a lo largo de 600 páginas el texto se convierte en algo más complejo, un collage de narrativas que alterna entre tramos novelísticos y segmentos dedicados a la crítica política y la cocina de la escritura, así como fragmentos que funcionan como un diario de viajes.

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