Por la impunidad, está de moda agredir a los inspectores

Al mapa de puntos rojos por las quejas contra ruidos molestos de la actividad nocturna en la Ciudad quizás habrá que sumarle la esquina de 4 y 53. Según informó la Municipalidad, en la madrugada de ayer, a instancias de reclamos de vecinos por música estridente se realizó un operativo y todo terminó con violencia: en medio de una batahola con quienes serían responsables del comercio, una inspectora sufrió golpes que le produjo un corte en la cara.

Y en medio de una inmpunidad ante actividades ilegales sin freno, además de la inacción policial en operativos, este nuevo caso, que terminó en la comisaría y con la clausura del local, se suma a la lista de agresiones contra agentes que realizan tareas de controles de las actividades comerciales. La secuencia ya suma dos agresiones en menos de una semana, con el antecedente cercano del ataque de manteros, en 7 entre 47 y 48, a otro equipo de la Comuna que decomisaba mercadería de dudosa procedencia -ver aparte-.

La Municipalidad adjudicó la agresión a “los dueños” del local. Se indicó, a través de un comunicado, que “agredieron a golpes de puño y empujones a una agente municipal que acudió al lugar tras una denuncia vecinal por ruidos molestos, donde constataron que se desarrollaba una fiesta sin autorización”.

Todo ocurrió alrededor de las 4 de la mañana del domingo, se indicó, luego de que “inspectores de Control Ciudadano fueron alertados por un llamado al 147 de Atención Vecinal, por ruidos molestos y el desarrollo de una fiesta clandestina en un local gastronómico”.

Siempre según el informe, al llegar a “una hamburguesería ubicada en calle 4 y 53, los inspectores observan que en la terraza se encontraban bailando unas 80 personas”.

Ante el cuadro que se describió, el supervisor de turno, Adrián Campanino, pidió hablar con uno de los propietarios de “Otilia Burgers”.

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En ese intercambio, “le informa que su habilitación no corresponde con la actividad que se encontraba realizando en la propiedad, por lo que debían desalojar el comercio”.

Los titulares del lugar informaron que se trataba de una fiesta privada y se negaron a cortar con el evento que se desarrollaba sin la correspondiente habilitación municipal, ya que el local se encuentra autorizado como hamburguesería.

Siempre según la versión oficial de la Comuna, “fue en ese momento cuando se generó una discusión y uno de los propietarios le da un codazo en el pómulo al supervisor del operativo”.

Esa presunta agresión pasaría a una gresca: “Al mismo tiempo que la dueña del lugar comienza agredir a una de las inspectoras presentes, Verónica Bustos, generándole un corte en el rostro, que requirió de atención médica”, se explicó.

Según detallaron desde el municipio, la inspectora se encontraba filmando con el celular para tomar registro del operativo, “por lo cual quedó grabado el momento de la agresión y cómo los dueños del local atacaron a los agentes municipales”.

Tras lograr controlar la situación, los inspectores procedieron a la clausura del lugar, dirigiéndose luego a la comisaría primera para realizar la denuncia correspondiente y aportar todos los elementos de prueba a la Justicia, por las agresiones al personal, se informó desde la Comuna.

En forma pública, uno de los responsables del comercio dijo más tarde que la fiesta que se desarrollaba era familiar y fuera del espacio comercial, en su domicilio, situado en el segundo piso del edificio de la casa de comidas. También indicó que en el operativo fue atacado con gas pimienta y además, fue golpeado un menor, familiar suyo.

El mismo negocio ya había recibido una clausura el 20 de marzo del año pasado. También, por ruidos molestos y transgresiones al protocolo sanitario por el Covid-19. Aquella vez, vecinos de la zona le contaron a este diario que la música y luces potentes emanaban del local, en medio de una aglomeración de público.

RECLAMOS

El ataque que se denunció desde la Comuna se produjo en otra noche con una problemática extendida en la Ciudad, como es la de los ruidos provenientes de los locales nocturnos.

Por caso, a pocas cuadras de allí, en la zona de 58 entre 5 y 6, en la madrugada de ayer se reiteró la queja por música a todo volumen, al parecer, proveniente de un boliche de ese enclave.

El Centro tiene varias zonas con denuncias por la actividad de locales nocturnos

El punto está entre los que tiene la Defensoría Ciudadana de La Plata en el mapa de las denuncias por esa forma de contaminación sonora.

Según se informó desde el organismo, también aparecen la zona de la Plaza Malvinas (reúne quejas de unos 40 vecinos hartos de los ruidos molestos), las inmediaciones de 10 y 45, diagonal 74 y 48, 44 y 18, 10 y 49, 10 entre 46 y 47, y 50 entre 8 y 10. En casos, a las estridencias se agregan la violencia de las peleas callejeras vinculadas con las salidas nocturnas.

Esas son las áreas en las que trabaja la Defensoría, junto con otras de la misma temática, pero con características propias. Así, se suman la del estadio de Estudiantes, por el descontrol en los días de partido. El caso adquirió voltaje con las denuncias del vecindario durante el torneo de verano que se desarrolló en enero.

Por su parte, vecinos de otros puntos de la Ciudad vienen insistiendo con sus denuncias contra el ruido de las motos.

Eso se da, según indican esas quejas, en el centro de Los Hornos y en los alrededores de la plaza “Luis Castells” de Villa Elisa.