Bestelli-Subiotto: yendo del teatro al cine

Cuando Mara Bestelli llega a su casa, no hace falta que le cuente demasiado de su día laboral a su pareja, porque Marcelo Subiotto estuvo allí: los intérpretes, de reconocida trayectoria por separado, pasaron los últimos meses trabajando en proyectos juntos, yendo de las tablas a la sala, e incluso viajando para mostrar una obra a Alemania.

“Nos conocimos trabajando juntos, así que el tema está ahí”, se ríe al respecto Subiotto, pero se pone más serio para aclarar que, lejos de traer conflictos, trabajar juntos les aporte un gran disfrute: “Somos apasionados por lo que hacemos, nos gusta la actuación, el teatro, el universo del actor, las técnicas de laburo, entonces es un tema siempre presente en nuestra casa, no es algo ajeno que traemos a nuestra cotidianeidad”, explica, afirmando que “tenemos una mirada sobre la actuación que compartimos. Entonces, para mi siempre es algo que disfruto mucho lo que me brinda a nivel actoral trabajar con Mara”.

Su pareja, en tanto, agrega que “cuando no compartimos un laburo, compartimos lo que nos pasa en ese laburo, la manera de abordarlo, la actuación. A mi me alimenta mucho su mirada”.

La dupla protagoniza en el porteño teatro El Extranjero, todos los sábados de febrero y marzo a las 22.30, “Tóxico”, obra de Lot Vekemans con dirección de Pablo Di Paolo sobre un hombre y una mujer que se reencuentran luego de nueve años sin verse, nueve años en silencio, a partir de un hecho inesperado que los lleva al pasado trágico que comparten y que los separó.

“Se separaron por un hecho trágico, y cada uno resolvió como pudo lo ocurrido. Entonces, se encuentran dos maneras de haber abordado esa tragedia”, revela Bestelli, para quien la pieza “habla sobre la búsqueda de sentido, la incomunicación, la dificultad para poner en palabras el dolor, y del encuentro de los seres humanos”.

A pesar de su título, dice el intérprete de películas como “Animal”, “Mi novio es un boludo” y “El crítico”, en tanto, la obra “termina con una mirada que redime, muy esperanzadora”, que llega tras enfrentar el pasado: el título alude a las aguas contaminadas del pueblo que operan como motivo del reencuentro, pero sobre todo, y más que al vínculo entre el hombre y la mujer, “, tiene que ver con lo viejo que hay en uno, que al no dejarlo morir, al no dejarlo partir, se vuelve tóxico para uno: si uno no deja morir el dolor, si las emociones quedan estancadas, si hay cosas que quedan sin decirse, sin nombrar, lo que queda fijo se vuelve venenoso para uno”, dice Bestelli. “La vida no tiene ningún sentido, salvo el que uno le vaya dando. Cada tanto ese sentido se pierde y hay que armar otro: me gusta pensarla así la obra”.

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Escrita por una dramaturga neerlandesa, el conflicto es sin embargo “absolutamente universal”, dice Subiotto. Aunque, claro, aclara que “el tema son los modos: en cada lugar del planeta tenemos una forma de comunicarnos, de vivir las cuestiones vinculares, de expresar las emociones, y esa mirada del norte de Europa hubo que traducirla a esa cosa más latina que tenemos. Siempre los textos así, además, son complejos, son una traducción de una traducción de una traducción: pasó del flamenco al inglés, del inglés al español, luego a nuestro castellano, y ahí ya existen un montón de interpretaciones sobre el texto”.

Por eso, “tuvimos que trabajar mucho para que los textos no suenen literarios: a veces cuando hay tanta mano de traducción, se vuelven textos bellos pero literarios”, afirma la actriz de “Evita”, “Rojo” y “Familia sumergida”.

La obra se estrenó en Argentina en 2020, sin Subiotto en el elenco y con Javier Pedersoli acompañando a Bestelli. Pero a poco tiempo del estreno y mientras la puesta acaparaba elogios, llegó la pandemia.

“Habíamos dejado el vestuario tras la última función, antes de que se cerrara todo por la pandemia. Paramos 15 días… y pasaron dos años. Fue muy raro, quedó todo congelado, volvimos al teatro y la ropa estaba en el mismo lugar… Como si algo hubiera quedado atrapado en el tiempo”, recuerda Bestelli.

Dos años más tarde la puesta regresa, aunque Pedersoli no puede replicar su rol por problemas de agenda. Entonces, Subiotto, que había visto la obra, se subió a bordo. Es el tercer proyecto en dos años en dupla: habían trabajado en juntos en “Los años”, de Mariano Pensotti, que llevaron el año pasado a Alemania, y también en “Piedra Noche”, la película de Iván Fund.

“Nos interesaba trabajar con Iván, nos gusta mucho lo que hace”, cuenta Bestelli sobre la película estrenada en el Gaumont en enero, y que se pudo ver en Cine.Ar. A Fund la actriz lo conoció rodando “Una escuela en Cerro Hueso”, de Betania Cappato, pareja de Fund, y allí “con Iván encontramos un compinche para tener aventuras, él también lo llama así”.

Surgió entonces la idea de filmar juntos la historia de Sina, que viaja a la costa para acompañar a su amiga Greta en la venta de su casa de veraneo. Hace menos de un año Greta perdió a su único hijo en ese mar y necesita su ayuda. Mientras embalan todo y se preparan a entregar la llave, Bruno, el esposo de Greta, dice haber visto algo que confirma los rumores de los lugareños sobre la aparición de una extraña criatura.

Como en el trabajo anterior, el trazo sutil de Fund y una apuesta al fantástico minimalista se mezclan aunque, comenta Subiotto, “el fantástico es un elemento narrativo muy contundente, pero es ante todo una película sobre el duelo”.

“Piedra noche” pasó por San Sebastián, Venecia y Mar del Plata antes de estrenarse en Argentina, y ahora pasea por algunas salas INCAA del país, con la habitual dificultad del cine nacional independiente para encontrar salas.

“Cuesta encontrar al público porque la gente no se entera que las películas están, porque la distribución no está legislada y entonces las películas se estrenan, están una semana en el Cine Gaumont y se van. Se enteran los que están alrededor de los que hicieron la película, o los que pasan por la puerta del cine y les gusta el afiche. Es muy difícil así”, opina al respecto Bestelli.

Y Subiotto concuerda: “El cine independiente argentino existe porque existe gente que ha decidido hacerlo, contra viento y marea. Porque necesitan hacerlo. Y gracias a Dios existe ese colectivo de gente, porque si no empiezan a quedar afuera un montón de discursos simbólicos y narrativos necesarios, porque si no te contás vos, ¿quién te cuenta?”