Contratos famosos

Los contratos de detectives no siempre quedan en la reserva y cuando los que requieren los servicios son famosos, suele filtrarse.

Uno de los casos más recientes que se supo fue el de Wanda Nara. Según publicaron en algunos medios, la botinera habría contratado investigadores privados para que le aporten detalles de los movimientos de su marido, Mauro Icardi, tras el escándalo que hubo por su encuentro con Eugenia la “China” Suárez.

Por ese mismo caso es que se supo que Barby Franco, la pareja del abogado Fernando Burlando, habría revelado que contrató a una agencia de detectives a raíz de lo que pasó con Nara e Icardi para que controle a su novio y lo siga. Supuestamente, a la modelo le pasaban un reporte de lo que hacía Burlando durante el día.

En el plano internacional, hace años, el actor Sylvester Stallone, quien estaba desolado por la muerte de su hijo, contrató un investigador privado para averiguar a fondo las causas de la tragedia. Scott Ross, conocido por investigar los supuestos abusos sexuales a menores por parte de Michael Jackson y el caso de violencia y maltrato de Chris Brown hacia Rihanna, fue el detective contratado en aquel momento para encontrar respuestas a las incógnitas que rodearon la muerte de Sage, cómo los fuertes rumores de su adicción a las drogas, ya que los trabajos judiciales iban a demorarse meses en arrojar resultados.

Madonna fue otra de las famosas que necesitó de los servicios de un investigador particular cuando quiso espiar la vida cotidiana de su hijo Rocco en Inglaterra, ya que consideraba que el chico vivía peligrosamente con su padre porque éste no le imponía reglas ni normas de comportamiento al adolescente.

Otro de los casos en los que una estrella utilizó a un detective fue el de Jennifer López, cuando salía con Álex Rodríguez. La cantante buscó los servicios de un profesional del espionaje para que siguiera los pasos de su novio y descubriera qué había de cierto en lo que se comentaba en la prensa sobre los rumores de infidelidad de parte de él.