Reacción criminal: a los tiros por no poder entrar en una fiesta

“Una mujer solidaria y excelente vecina. Lástima que la hayan matado así”. En Villa Alba todos lloran la inexplicable muerte de Lilia Mavel Silva (57), quien ayer pagó las consecuencias de un ataque que queda al margen de la razón.

De acuerdo a fuentes del caso, cerca de las cuatro de la madrugada, cuando en su vivienda aún se desarrollaba un festejo familiar, un grupo de inadaptados intentó unirse a la celebración.

Según la información que recabó este diario, los agresores, en principio, no eran conocidos de ninguno de los que estaban presentes en el lugar. Por eso llamó la atención que hayan insistido en participar del encuentro y, mucho más, su bestial reacción cuando les dijeron que no podían pasar.

Fue un hermano de la víctima quien les cerró el paso y les comunicó que debían retirarse. Por eso lanzaron algunos insultos, cruzaron empujones y, dicen, algunos golpes también. Pero la locura llegó con una ráfaga de disparos contra la propiedad. Se habla de al menos cinco, previo a la fuga.

En esas circunstancias, en medio de la desesperación que se apoderó de la escena, se dieron cuenta de que Silva había caído al piso y había sangre en el rostro.

Por eso la levantaron, la cargaron en un auto y la llevaron hasta el Policlínico San Martín, aunque llegó sin vida.

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“Presentaba un balazo en la cabeza”, fue la explicación de los facultativos.

Los voceros consultados por este diario explicaron que la mujer presuntamente dormía cuando se produjo el altercado y que, al levantarse por los ruidos que provenían de la calle, resultó alcanzada por uno de los proyectiles.

Por su parte, uno de los invitados, identificado como Nahuel David Gianelli (21), sufrió una herida por el impacto de un proyectil en su pierna izquierda, por la que debieron derivarlo a un centro asistencial, aunque sin riesgos para su salud.

LA LLEGADA DE LA POLICÍA

En medio de la congoja de los familiares y allegados de la mujer asesinada, personal del Comando de Patrulla y, de la seccional 16ª, se acercaron al domicilio para recabar datos.

Poco después, anoticiado del caso el fiscal penal en turno de La Plata, Juan Cruz Condomí Alcorta, se puso en marcha un intenso rastrillaje, que terminó con cinco sospechosos detenidos. Cuatro jóvenes y una chica.

Los imputados tienen entre 18 y 24 años y ahora la Justicia intenta determinar sus roles y responsabilidades en el hecho para, eventualmente, definir los cargos que les endilgan.

El homicidio simple, cabe destacar, tiene una pena en expectativa de entre 8 y 25 años de prisión.

A la luz de los acontecimientos, habrá que ver si Condomí Alcorta define la aplicación de algún agravante, que pudiere incluso tener una sanción mayor.

Se supone que el tirador fue uno de los cinco imputados, pero en el supuesto de una participación necesaria en la agresión, cuyo resultado fue la muerte de una mujer, les cabría la misma condena.

El fiscal cuenta con 24 horas, desde el momento del homicidio, para convertir en detención la situación de aprehensión de los capturados.

De acuerdo al reporte oficial, uno es de Berisso, dos del barrio donde vivía la víctima y del resto, por el momento, no trascendieron datos.

El requerimiento, una vez formulado, será evaluado por el juez de garantías Guillermo Federico Atencio.

DOLOR

En Villa Alba, como se dijo, el dolor es profundo.

Nadie puede creer lo que paso y mucho menos la injusta partida de Lilia.

Se supo que tenía cinco hijos, no todos producto de la misma relación, y que se desempeñaba como ama de casa.

Su actual pareja, Mario, de profesión jubilado y que supo cumplir tareas como remisero, es uno de los más afectados por lo ocurrido.

Anoche, desde las 21, los restos de Lilia comenzaron a ser velados en una cochería de 120 y 79 y se indicó que en horas del mediodía de hoy realizarán su traslado al Cementerio Municipal.

Con el crimen de Silva, ya son seis los ocurridos en La Plata en lo que va del año, a razón de uno cada 12 días.

El primer asesinato sucedió en Melchor Romero, sobre la calle 156 entre 529 y 530, el 1º de enero. La víctima, que recibió 13 puñaladas, fue una mujer y el detenido su exmarido.

El 30 de ese mismo mes, en la calle 65 entre 9 y 10, un policía que trabaja como repartidor se defendió de un ataque de varios motochorros y mató a uno de ellos de un balazo en el pecho.

El 2 de febrero murió otra mujer blanco de un ataque femicida. Sucedió en una vivienda de la localidad de Arana.

El 22 de febrero asesinaron a un joven de 26 años en la esquina de 38 y 139. Le tiraron desde una moto en movimiento.

El 24 de febrero, en tanto, un hombre de 30 años fue ultimado de una puñalada. Ocurrió en 150 entre 71 y 72.

Por último, el sexto asesinato sucedió en la madrugada de ayer en Villa Alba, donde Lilia Mavel Silva recibió un balazo en la cabeza.

Lilia Mavel Silva

“EL BARRIO ESTÁ COMPLICADO”

Sin querer dar a conocer sus identidades, los vecinos del barrio donde ocurrió el crimen de la ama de casa de 57 años, dijeron que la violencia y la delincuencia gobiernan sus calles hace bastante tiempo.

Tanto que en las últimas horas intentaron asaltar el negocio de uno de los hijos de la víctima.

El local, se indicó, está ubicado a pocos metros de la vivienda familiar.

“Esto está terrible. Desde la pandemia de coronavirus soltaron a un montón de chorros y al único que se dedicaba a correrlos, “El Rodilla”, lo metieron adentro. Más allá de que no defendemos ni avalamos lo que hacía, al menos tenía códigos. Con la gente del barrio no se metía”, concluyeron con cierta ironía.