El proyecto alcohol cero al volante debería apuntar a la educación en el tránsito

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El anuncio de que la Provincia avanzará en la elaboración de un proyecto de ley que contempla “alcohol cero al volante” y que será enviado a la Legislatura para su tratamiento -ello en el contexto del congreso nacional de seguridad vial que se realizará mañana en nuestra ciudad- constituye un nuevo paso formal tendiente a enfrentar la estrecha relación existente entre el alcohol y los riesgos del tránsito.

Según se aseguró, la nueva norma estará acompañada de otra serie de acciones de tipo educativas y punitorias, tendiente a disminuir la siniestralidad en el tránsito callejero.

Como se sabe, la actual ley del tránsito establece como tolerancia la de 0,5 g/l de alcohol en sangre para conducir, pero en el ministerio de Transporte bonaerense sostienen que aún con esa gradación baja los reflejos del conductor no son los mismos que si no hubiera bebido.

En el organismo provincial se admitió asimismo que existen lobbies “muy fuertes” para que la ley no salga, a raíz de que existen “sectores empresarios que advierten que bajará fuertemente la venta de alcohol”. Frente a ello replicaron que “eso no es así. En Uruguay rige la ley de Alcohol Cero al volante y las ventas no disminuyeron. Pero, además, se redujeron los siniestros viales”.

Tal como se dijo en este diario, lo cierto es que en nuestra ciudad, pese a la vigencia hace años de los controles de alcoholemia, se ha podido comprobar a lo largo de muchos fines de semana y de los días festivos, que el 30 por ciento de los conductores platenses no pasa el test de alcoholemia, registrándose a partir de allí una serie de derivaciones trágicas en las que el exceso de bebidas alcohólicas estuvo presente.

Se afirmó también que existirán cláusulas de índole educativa, como la de crear la figura del denominado “conductor designado”. Se trata de la elección de una persona dentro de un grupo que no tomará alcohol y que se encargará de llevar al resto a sus hogares. Va a haber una campaña muy fuerte para valorizar esa figura, prometen en la Provincia. En Mendoza los beneficios para los conductores designados incluyen obsequios o descuentos en bebidas sin alcohol, entradas gratis o con descuentos a locales bailables, órdenes de compras, viajes o sorteos.

El ministro de Transporte bonaerense indicó que en 2021 fueron 844 las personas que perdieron la vida en siniestros viales y afirmó que “la gran mayoría de los muertos, heridos y mutilados se podría haber evitado” porque son consecuencia de siniestros vinculados al consumo de alcohol, el uso de celular, la ausencia del casco, la imprudencia y conductas desaprensivas.

No sólo las trágicas experiencias callejeras, sino, también, la opinión de los expertos y los datos manejados por entidades viales enseñan que el problema principal en el tránsito pasa por la falta de una formación inculcada en la población desde edades tempranas, concretamente en las escuelas.

Se ha dicho ya muchas veces en esta columna que la mayor parte de la vida de las personas transcurre en las calles, y que para comportarse en ellas no recibe ningún tipo de instrucción en todos los niveles educativos.

Se conoce que sirven muy poco los controles previsibles, que suelen hacerse los mismos días y en los mismos lugares. Las leyes y la fiscalización resultan ser muy importantes, pero mucho más lo sería concientizar a todas las personas, acerca de los riesgos y responsabilidades que implica transitar por la vía pública. Es de esperar, entonces, que la nueva ley apunte básicamente a ese objetivo.

 

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