La incomodidad de Cristina, el minuto de silencio y un duro cruce

Edición Impresa

E.R.

A Cristina Kirchner se la vio incómoda y distante mientras el Presidente leía su discurso. A diferencia de lo ocurrido en las dos aperturas legislativas anteriores, esta vez no repasó las páginas que leía el jefe de Estado y posó su mirada hacia el recinto o bien hacia la cúpula del Palacio legislativo, cada tanto, con muecas y sonrisas nerviosas.

Había arrancado la jornada con formalismos y lo que pareció una empatía forzada al recibir a Alberto Fernández en los accesos al Parlamento. “Guarda con los cables”, se permitió bromear mientras la comitiva se conducía por la alfombra roja. Ya en el recinto y en las primeras palabras del mensaje, Cristina le sugirió al Presidente: “Dale, pedí ahora un minuto de silencio” en honor a los muertos por la guerra en Ucrania. Antes, ninguneó al diputado opositor Mario Negri, que había hecho el mismo pedido al comienzo de la Asamblea.

Mientras, el diputado radical Martín Tetaz se quejó ante este medio que “durante el minuto de silencio fue insólito que Cristina le hiciera comentarios al oído a Alberto, una falta de respeto”.

En algún momento, como cuando el Presidente habló del conflicto en el este de Europa o del acuerdo con el Fondo, el rostro de la Vicepresidenta parecía mostrar una disconformidad, que sigue guardando silencio. En un momento fue elocuente cuando arqueó sus cejas al escuchar del mandatario hablar de “la recuperación del trabajo y la producción”. Es sabido que el kirchnerismo no está conforme con los indicadores de consumo y teme por un ajuste.

cruce a los gritos

A su turno, el senador Alfredo Cornejo describió que “la actitud gestual de Cristina de reírse de lo que se estaba diciendo el Presidente es elocuente de sus diferencias”.

En varias ocasiones Alberto Fernández tuvo que interrumpir su alocución pero sólo le respondió al propio Cornejo a quien le gritó: “Yo no miento Alfredo, me conocés”. El titular del interbloque de Juntos por el Cambio le había advertido: “Alberto, no tenés los votos”, y lo repitió, parado y señalándolo, al menos tres veces, al hacer foco en la interna oficialista.

Se conocen de la época en que Néstor Kirchner anudó un pacto con Julio Cobos y otros radicales en su plan de Concertación; Cornejo trabajaba junto a quien luego fuera vicepresidente de Cristina Kirchner, su comprovinciano Julio Cobos. “Fueron una serie de provocaciones, y en particular, atribuir que todos los problemas de la Argentina pasaron en los 4 años que no gobernaron. No es serio y no permite salir adelante. Trató de congraciarse con el frente interno, a Cristina. Sobre esas bases irreales es imposible llegar a un acuerdo”, explicó a este diario. Y remarcó que “ha mentido en las cifras económicas de empleo registrado, por ejemplo, y en la campaña de vacunación, en la que se perdió muchísimo tiempo”.

Ministro generoso

Por otra parte, uno de los ministros “albertistas”, Juanchi Zabaleta (Desarrollo Social), que fue uno de los que más bancó el acuerdo con el Fondo Monetario, al finalizar la Asamblea, se retiró sin custodia por la avenida Rivadavia y fue alcanzado por algunas familias, que se movilizaron hasta el Congreso, que le pidieron asistencia, por lo que se llevó los pedidos con sus teléfonos. También fue abordado por un vendedor ambulante de pañuelitos descartables al que le dio un billete de mil pesos, apurado por subir a su auto para continuar con su agenda oficial.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE