Sin piedad con una abuela: no le quedó ni un centavo de su jubilación

Los robos, por lo general cargados de violencia, que tienen como objetivo a los adultos mayores que residen tanto en el casco fundacional como en la periferia y en localidades aledañas, se han convertido en una constante.

Tan repetidos son los hechos que en sectores como La Loma o barrio Norte, los vecinos conjeturan que “alguien marca a las víctimas y le pasa los datos a los chorros”.

“Nadie puede creer que tengan tanta suerte de entrar a una casa y encontrarse con una víctima que, por cuestiones físicas y biológicas, ya no se puede defender”, aseguran.

En lo que va del 2022, prácticamente no ha habido jornada en la que una persona de la tercera edad no haya quedado involucrada en un episodio de inseguridad.

Se trata de una problemática cuya solución no se vislumbra, al menos en el corto plazo. Los jubilados continúan siendo víctimas de humillantes asaltos que tienen como escenario, en mayor medida, las propias viviendas de las víctimas.

“¿Ni en mi casa puedo estar segura a caso?”, deslizó hace unas jornadas una vecina de Melchor Romero que fue sorprendida en la comodidad de su hogar por dos sujetos que le robaron lo que le quedaba de la jubilación que había cobrado a principio de mes.

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En la madrugada de ayer, la historia se repitió en Abasto. Nuevamente, una mujer de 72 años se convirtió en víctima de un violento asalto.

Según pudo averiguar este diario, dos delincuentes armados la redujeron para apoderarse de varios objetos de valor y de los pocos pesos que le quedaban para tirar hasta la próxima fecha de cobro.

Según lo informado a este diario por la Policía, el hecho tuvo lugar en horas de la madrugada en una vivienda ubicada en la zona de 492 y 202, cuando la dueña de casa se encontraba descansando.

Tras escuchar fuertes ruidos provenientes de su cocina, la mujer se levantó de la cama para ver qué sucedía. Y cuando caminó unos pasos para recorrer los distintos ambientes de su casa, al llegar al living se topó con los intrusos, que enseguida le dejaron en claro el motivo de su presencia en ese inmueble.

Luego, apuntándola con un arma, los intrusos exigieron a la mujer que les revelara dónde guardaba sus ahorros y otros efectos de valor.

Luego de someterla a un denigrante interrogatorio, la mujer indicó dónde tenía dinero. Luego, los sujetos revolvieron la casa y agrandaron el botín con otros objetos.

Por estas horas, la Policía está abocada a la tarea de identificar a los ladrones mediante las imágenes captadas por las escasas cámaras de seguridad que hay en el barrio.

Sobre el caso trascendió que amparados por la oscuridad de la noche, los intrusos forzaron una de las ventanas del lateral izquierdo de la casa hasta que lograron abrirla.

Los ruidos generados durante la maniobra para vulnerar la seguridad de la morada terminaron por despertar a quien luego tomaron como rehén para despojarla de sus pertenencias.

Fuentes policiales que trabajan en la investigación de este violento robo aseguraron que toparse con la víctima en el living “la condujeron a un espacio en el que la obligaron a permanecer callada”.

También detallaron que “mientras uno de los hampones se quedó vigilando e interrogando a esta abuela, su cómplice se dedicó a revisar cada rincón de la casa.

En cuanto a la cantidad de dinero que sustrajeron a la jubilada, aseguraron que “le sacaron lo que le quedaba de la jubilación, un total de 2.000 pesos”.

Además se apoderaron de otros objetos de valor entre los que se destacan dos anillos de oro, una cadenita del mismo material, un reloj marca Onix y un celular Samsung”.

Satisfechos con los objetos que lograron reunir y luego de más de una hora de maltratos psicológicos y amenazas, los malvivientes decidieron abandonar la casa.

Minutos después, la víctima, aún inmersa en un profundo estado de shock nervioso por el terrible momento que acababa de vivir en su propio hogar, salió en busca de ayuda.

Un vecino, cuya casa se encuentra a varios metros del lugar, la auxilió y se encargó de llamar al 911. Pocos minutos después, un móvil de la comisaría Séptima se presentó en el lugar.

Tras entrevistar a la damnificada, los oficiales desplegaron un rastrillaje por las inmediaciones en busca de pistas que permitan identificar a los malvivientes.

Sospechaban que podían hallarse escondidos entre la vegetación. Finalmente, el procedimiento arrojó resultado negativo.