La Renga, postergado: entre polémicas por las clases y quejas vecinales

La presentación de la banda La Renga, como la de cualquier otro grupo, debería entusiasmar a los seguidores y generar oportunidades para muchos sectores económicos. Sin embargo, se transformó en el peor contratiempo de la semana para los vecinos y comerciantes de los alrededores del Estadio Único que se quejaron por el descontrol y la mugre que quedó en el barrio. A eso se le sumó la polémica suspensión de clases de cinco establecimientos educativos de la zona, algo que finalmente quedó sin efecto.

Con la experiencia de los contratiempos que sufrieron a raíz de la presentación del sábado pasado, tanto vecinos como comerciantes se mostraron irritados, con reclamos a los organizadores y responsables del operativo de seguridad.

En ese marco, se enumeró que mientras a muchos vecinos se les impedía pasar por el sector de las vallas para llegar a sus hogares, se reiteró la postal de grupos alcoholizados protagonizando disturbios o haciendo sus necesidades en cualquier lugar y a la vista de todos.

Pablo, vecino de la avenida 32, calificó como “un desastre” las horas posteriores al recital. “Hace tres días cuando fue el recital estuve dos días para sacar el olor a pis. La orina se pasaba hacia el garaje. Un asco”, contó.

El vecino fue testigo de cómo la Policía ejercía un riguroso control con los vecinos, mientras desviaban la observación de las personas que montaban banderas como biombos para hacer sus necesidades.

Hasta que se conoció la noticia de que por cuestiones de salud del líder de la banda se suspendía el recital, en el barrio todos estuvieron expectantes y algunos hasta solicitaron que les dieran “pases” con improvisados cartones para certificar que vivían en la zona y poder seguir con su rutina.

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Cabe recordarse que la fecha de ayer se suspendió y fue reprogramada para el 7 de mayo. Además, está previsto otra presentación este sábado, 30 de abril.

 

 

 

 

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También se denunció la intimidación de “trapitos” que “sitiaron la zona” y que cobraban hasta 2.000 pesos para dejar estacionar los vehículos.

Del lado de La Loma también se multiplicaron los reclamos por el vallado de calles.

En este contexto, una vecina advirtió sobre la situación que vivió el sábado y expresó su temor de que eso se repita próximamente. Puntualizó sobre lo ocurrido en el radio de 33 a 34 y de 19 a 25. “Somos presos de los trapitos, te cobran 2.000 pesos para estacionar en nuestros propios frentes. También los vendedores ambulantes que hacen parrilladas por cualquier lado y tapan los garajes. Los que vienen en auto te estacionan y te tapan la salida”, describió.

Las entradas de ayer serán válidas para el show del 7 de mayo o podrá solicitarse el reintegro hasta el 3

En medio de la preocupación de que se repita lo del fin de semana, añadió: “A eso se le suman los vómitos, la materia fecal y las veredas orinadas. Que por favor el Municipio haga algo en el trabajo con la policía. Que no dejen que la droga tome el barrio. La verdad es que es un desastre, no se puede vivir más así, estamos cansados”.

Héctor, otro vecino de la zona del bulevar de 32 también se expresó indignado: “Los que vienen son unos vagos. Chupan cerveza y tiran las latitas dentro de las casas. Después hay que limpiar. Pobre la gente que trabaja al otro día. Estoy amargado”.

Diana, una vecina que vive frente al Estadio Único remarcó que la seguridad que se montó “es impresionante”.

Según añadió, “nos fuimos a quejar porque no nos dejaban pasar”, dijo y agregó que sufrió la falta de respeto de varias personas. Incluso encontró a un joven orinando en su jardín y cuando se lo reprochó, él le respondió que le estaba regando las plantas.

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En ese contexto, la mujer expuso su malestar por las cosas que se vieron sobre la avenida 32 con decenas de personas tiradas y borrachas. “Que hagan la vida que quieran, pero no hay derechos a molestar a los demás”, concluyó.

También sufrieron los comerciantes de la zona. Juan Bautista, administrador de un supermercado, sostuvo que “nos habían prometido que hoy - por ayer - íbamos a poder trabajar pero ya están vallando todo”. El comerciante solicitó que, al menos, dejaran un carril para que pasaran los clientes, pero se lo negaron. “No hay tránsito, los clientes no pueden llegar. Estoy pidiendo trabajar”, lamentó.

A todo eso se sumó la polémica que desató la decisión de suspender las clases entre el mediodía y la tarde de ayer. Afectaba a 5 instituciones del área del Estadio. Desde el Municipio se cuestionó la medida y la Dirección General de Cultura y Educación respondió que se analizó a instancias del operativo de seguridad y “fueron funcionarios municipales quienes sugirieron la suspensión”.

El parate fue rechazado por padres, en la puerta de las escuelas. “Los chicos perdieron casi dos años por la pandemia y ahora ¿quieren que sigan perdiéndolas por un recital?”, dijo la madre de un alumno de la Escuela 29.

En ese marco de tensión, Educación finalmente dio marcha atrás y los estudiantes debieron presentarse a clases.