Crece la preocupación en la facultad de Medicina por otra renuncia que genera revuelo
Edición Impresa | 29 de Abril de 2022 | 02:32

Otra renuncia sacude a la facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata. En este caso se trata de la coordinadora de la carrera de Nutrición, Araceli Lebrero, quien anunció que seguirá ocupando su cargo como docente, pero deja el de coordinadora, espacio en el que llevaba tres años de gestión.
Ante una consulta de este diario Lebrero sólo indicó que renunció al cargo por “motivos personales”. Sin embargo, colegas de la docente, graduados y estudiantes expresaron su preocupación por la situación que atraviesa la unidad académica, tras las renuncias de un docente de la cátedra de Medicina Interna F (Marcelo Carlos Calí) y la del coordinador del Curso de Ingreso en la facultad, Gonzalo Martínez ; más la cesación de la docente e infectóloga Silvia González Ayala.
Desde el colegio de Nutricionistas de la provincia de Buenos Aires plantearon que “estamos en conocimiento de la situación planteada en la carrera de Nutrición. La renuncia de la coordinadora (Lebrero) genera mayor preocupación. Está muy precarizada la situación docente, con baja cantidad de profesores ante la gran cantidad de alumnos; la falta de presencialidad que va en detrimento de la formación académica de los futuros profesionales; y la ausencia de respuestas de la facultad ”.
En tanto, en el Centro de Graduados de la facultad de Medicina plantearon que “hay numerosos problemas para resolver. Por ejemplo, el pago a los docentes becarios que prácticamente no recibieron un peso en estos cuatro meses de 2022, tema que la coordinadora había elevado al decanato por las vías administrativas correspondientes y nunca obtuvo una respuesta”.
El plantel docente de la Licenciatura en Nutrición difundió a principios de esta semana los inconvenientes que tienen para llevar a cabo el dictado de clases (todavía virtuales) y el funcionamiento de la carrera. Sobre los becarios plantearon que “son graduados/as y profesionales que no solamente trabajaron durante años bajo esta forma precaria e inadmisible (sin aportes ni vacaciones pagas), sino que ahora tienen un atraso en sus cobros que ya lleva varios meses”.
También refirieron que “la mayoría de las carreras no cuenta con estructuras de cátedra correspondientes para el adecuado y normal desarrollo de las cursadas. Esto conlleva algunas irregularidades que no condicen con la excelencia que debe caracterizar a esta casa de altos estudios”, se indicó.
“A su vez, la cantidad de docentes es completamente inadecuada para la cantidad de estudiantes que cursan las carreras. Por brindar solo un ejemplo, existen cátedras que cuentan con solamente 4 docentes para dar clases a más de 1.000 alumnos”. Y agregan: “tampoco cuentan con la cantidad de personal no docente necesario para que las tareas administrativas se lleven adelante de manera adecuada y en los tiempos previstos. Esto contribuye a la desorganización generalizada”.
Además, “nos preocupa la manera en que se planifica el retorno a la presencialidad. Desconocemos, hasta el momento, las condiciones y la capacidad de las aulas en las que se desarrollarán las clases”, puntualizaron.
Los estudiantes también sumaron su preocupación: “¿cómo continuamos los estudiantes ante tantos problemas?”. Y enumeraron: “las inscripciones; materias en las cuales no nos aceptan la matriculación en la plataforma;cambios de comisión que no se efectúan teniendo el certificado de madre/padre y/o trabajador y la falta de bandas horarias”, entre otros.
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