La interna del PRO está al rojo vivo: enojo y portazo de un intendente

La reaparición en escena de Mauricio Macri acaba de asestar un golpe duro a una negociación que se venía cocinando en la Legislatura tendiente a aprobar una reforma a la Caja de Jubilaciones del Banco Provincia. Y cuando parecía que pese a algunas resistencias la iniciativa se terminaría aprobando esta semana, el ex presidente terminó pateando el tablero.

Como este diario informara en su edición anterior, la máxima dirigencia del PRO tomó el tema y le bajó el pulgar. Así, dejó en off side a los dirigentes bonaerenses del espacio que venían avanzando en un acuerdo tanto en el seno de Juntos como con el Frente de Todos. Uno de los que llevaba adelante las negociaciones era el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, en su rol de vicepresidente de su partido en la Provincia.

La negativa de los popes nacionales de su espacio lo terminó desautorizando. Enojado, Grindetti se abrió de la negociación y, según trascendió en fuentes partidarias, terminó renunciando a participar de la mesa provincial de Juntos que integran los presidentes y vices de las fuerzas que componen la coalición opositora. “Se había avanzado bastante en un acuerdo y de repente cambiaron todo”, dijeron fuentes cercanas al alcalde de Lanús.

Grindetti sintió de algún modo que su figura terminó siendo ninguneada por la cúpula del partido que se reunió el lunes en capital federal. Allí estuvieron, entre otros, el ex presidente Macri, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli y Patricia Bullrich. De ese cónclave surgió, como contara este diario, el cerrado rechazo del PRO a apoyar el proyecto que estaba a punto de ser sancionado en la Legislatura.

El ámbito donde se tomó esa decisión revela otra cuestión: el escaso margen de autonomía que parece contar el PRO en la Provincia para avanzar en una agenda propia. El partido en territorio bonaerense es presidido por Jorge Macri, que parece insumir su tiempo en robustecer su candidatura a jefe de Gobierno porteño. El vice es Grindetti y ahora habrá que ver cómo sigue su situación en ese cargo.

Las idas y vueltas en torno del polémico proyecto de la Caja del Bapro también generó malestar en el radicalismo. “Se venía trabajando en forma conjunta y de repente dieron marcha atrás”, se quejan en la UCR. Con todo, los radicales decidieron no tensar la cuerda: no forzarán una votación dividida de Juntos en la Legislatura.

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El PROYECTO DE LA DISCORDIA

La ley que ahora se busca reformar fue aprobada durante la gestión de María Eugenia Vidal. Con el objetivo de reducir el déficit de la Caja que se estima en unos 15 mil millones de pesos al año, se elevó la edad jubilatoria de los bancarios a 65 años para hombres y mujeres, se bajó el beneficio del 82 por ciento móvil al 70 por ciento y se modificó el cálculo para adecuarlo a la normativa del Anses.

Los cambios generaron una avalancha de reclamos judiciales de jubilados que plantearon que se vulneraron derechos adquiridos. Y la Asociación Bancaria ingresó un planteo de inconstitucionalidad que se dirime en la Corte.

En el medio, el gobierno de Axel Kicillof presentó un proyecto para cambiar la reforma de Vidal que se fue corrigiendo en medio de algunas negociaciones con la fuerte intervención del gremio bancario. Por caso, retornaba al 82 por ciento móvil, se bajaba la edad jubilatoria para las mujeres a 60 años y se regresaba a la Provincia como garante del déficit de la Caja, cuando el proyecto de Vidal hacía cargo al propio Banco Provincia.

“Otra vez quieren aumentar el gasto público y quieren consagrar privilegios de jubilados que ganan en promedio 200 mil pesos por mes. Y ese privilegio lo termina asumiendo la Provincia”, decían desde el PRO. No sólo eso: comparaban con la jubilación promedio que perciben los pasivos del IPS “que es de 35 mil pesos”, señalaban. Bajo la óptica del PRO, la reforma a la Caja entra en los cánones que no se pueden avalar legislativamente. “Privilegios y más gasto público. Así como está, es invotable”, señalan.

Cuentan que el informe negativo que llegó a manos de Macri para fogonear el rechazo habría sido elaborado por el ex ministro de Economía, Hernán Lacunza.

En medio de la interna del PRO que terminará frenando el proyecto, desde el radicalismo se señala que se había avanzado en un principio de acuerdo “a partir de la solución que nos viene reclamando la Suprema Corte”. Sería la manera, afirman, de evitar que el alto tribunal declarara la inconstitucionalidad de la ley Vidal.

En fuentes del radicalismo sostienen que si la ley se declarara inconstitucional, la Provincia debería hacer frente a unos 100 mil millones de pesos para atender los juicios ya iniciados por los jubilados y las actualizaciones que la Caja del Bapro debería hacer a quienes no cuentan aún con sentencia favorable.

En medio de esos tironeos, los radicales decían que ahora el oficialismo intentará llevar el tema al recinto en la Cámara de Diputados sin acordar con la oposición. Si bien podría llegar a votarlo, la tarea no le será tan fácil en el Senado debido a la paridad de fuerzas que existe en la Cámara alta.