Comerciantes chinos en La Plata denunciaron nuevas amenazas en "mandarín"

La mafia china se muestra operativa en la Ciudad. Y no parece preocupada por el escándalo que se desató hace más de una semana con la fuga de la comisaría primera de Ke Diqoang, un alto dirigente de la cámara que agrupa a los supermercadistas orientales de La Plata, cuyos presuntos lazos con esa organización delictiva están siendo investigados por la Justicia.

De hecho, el ahora prófugo estaba detenido en una causa por extorsión, la que tiene muchas aristas en común con la que se acaba de iniciar a partir de la presentación de al menos cuatro nuevas denuncias por “aprietes” a propietarios de comercios.

En una nota escrita en idioma mandarín y, que tenía un número de teléfono de contacto, les advirtieron: “Queremos dólares. Te damos un máximo de tres días, si no te vamos a tirar tiros. No llames a la Policía”.

Al parecer, de acuerdo a voceros que se contactaron con este diario, los delincuentes se manejarían con una “cuota” cercana a los 50 mil dólares por supermercado, es decir, unos 10 millones de pesos al cambio libre o valor blue.

Ante esta situación, con el patrocinio de los doctores Cristian Parodi y Fernando Palazzo, los damnificados, que dijeron estar muy asustados, acudieron a la sede de la DDI local, donde ya trabajan en el caso.

Demás está decir que, al margen de recorrer los lugares por donde habrían dejado rastros de las intimidaciones, el celular inserto en el panfleto amenazante será motivo de análisis para saber si se puede ubicar al titular de la línea y qué conexión posee con estas prácticas delictivas.

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Cabe destacar que el número es de capital federal.

¿Y KE DIQOANG?

Como este diario informó oportunamente, en la comisaría primera de La Plata, el pasado 19 de mayo, se produjo una evasión muy singular, que provocó un verdadero escándalo, además de costarle el puesto a siete policías, dos de ellos de muy alto rango.

El primero es quien cumplía la función de titular de la seccional, Julio Del Dago, a quien corrieron del cargo, aunque sin problemas penales.

Muy distinta es la situación del jefe de turno de la dependencia, el oficial de servicio, el ayudante de guardia, la imaginaria y los dos responsables del móvil de la comisaría.

A todos ellos, en base a la información de voceros calificados, sí los incluyeron en un expediente judicial, que podría terminar con una condena, al margen del sumario interno que también podría eyectarlos de la fuerza.

Una vez que ganó la calle, nada más se supo de Ke Diqoang, pese a que existe un fuerte operativo para lograr su recaptura.

La fuga sucedió de manera llamativa, aunque la trama parece ser más profunda y, marcaría la existencia de un presunto pacto de connivencia, posiblemente a cambio de algún tipo de beneficio.

La sospecha es que alguien directamente le abrió la celda para que se vaya.

Se supo que, inmediatamente, sobre Ke Diqoang se insertó una orden de captura nacional e internacional, por disposición del juez de garantías Eduardo Silva Pelossi, a pedido del fiscal que lo había metido preso, Juan Cruz Condomí Alcorta.

En base a los comentarios que circulan en ámbitos cercanos a la búsqueda de Ke Diqoang, el mayor problema que enfrentan pasa por los recursos económicos con que contaría el ciudadano chino, lo cual le permitiría con suma facilidad ir cambiando de escondite, cubrir sus espaldas y, por qué no, intentar cruzar la frontera para irse del país.

Hubo versiones de que Ke Diqoang estaba muy ansioso por salir del calabozo. Y en el plano judicial, eso lo llevó a cambiar al menos dos veces de abogado.

Hasta hizo consultas con algunos letrados de renombre, con los que no cerró ningún acuerdo de representación por el dinero que le pedían.

La búsqueda está encabezada por la fiscal Virginia Bravo, con una activa participación de la Dirección de Crimen Organizado y Dirección de Enlace Interpol.