Entrevista a Ricardo González

@pabloamado1

El experimentado enólogo de la bodega mendocina RJ Viñedos, Ricardo González, se refirió a distintos temas que abarcan al sector de la industria como su actualidad, la vendimia, los consumidores y hasta la propia profesión.  

Entre sus antecedentes, se encuentran más de 35 años en actividad vitivinícola como profesional universitario. Su amplia trayectoria lo reconoce entre otras cosas por haber implantado viñedos en Neuquén, Patagonia Argentina, Luján de Cuyo (Mendoza), y en Etiek Buda, Hungría.  Además, de haber sido gerente de producción en bodegas de Brasil y Chile.

La vendimia 2022 en líneas generales fue reconocida por varios enólogos como complicada por diferentes factores. Con respecto a este tema, González dijo que, “el ciclo vegetativo o añada desde la primavera de 2021 y hasta el otoño 2022 fue particularmente complicado. Los fenómenos meteorológicos como las heladas tardías, el granizo y las lluvias estuvieron muy presentes”. A lo que agregó, “es de esperar que con el cambio climático global estos fenómenos sean más frecuentes que lo deseado.  La búsqueda del correcto índice de madurez es exhaustiva todos los años, pero en particular éste fue por demás intenso en procura de mantener la sanidad y lograr el justo equilibrio de madurez poli fenólica y de los azúcares naturales en la baya. En suma, fue una cosecha reducida en cantidad respecto de los últimos años, pero muy rica en calidad y sanidad logrando vinos de muy buenos a excelentes”.

Al ser consultado sobre los varietales que se destacan en RJ Viñedos, el enólogo sostuvo que “se destacan el Malbec de Los Sauces – Tunuyán, el Cabernet Franc, el Merlot y en particular nuestro Pinot Noir”.

Cuando Data del Vino le preguntó acerca de sus cepas preferidas, Ricardo González dijo que “son varias, según el terruño y el diseño de cada vino, les diría que en tintas Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Petit Verdot y Pinot Noir. En blancas, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Viognier y Moscato Bianco”.

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Si bien es cierto que la actualidad económica de nuestro país es bastante complicada, el profesional del vino, se refirió a la actualidad de la industria vitivinícola argentina. “Convengamos que se trata de una actividad económica agrícola primaria que le da uno de los mayores valores agregados del mundo a su producto. Sigue siendo de fuerte arraigo socio económico”. Más adelante, afirmó que “desde el punto de vista técnico se va consolidando y perfeccionando constantemente, logrando estandarizar los niveles de calidad para cada franja de precio y haciéndose más confiable a nivel internacional, siempre en la búsqueda de una cualidad única que nos represente y nos diferencie. A nivel económico, tal como era previsible, se está dando una concentración en grandes grupos que dominan el mercado por fuerte economía de escala, pero siempre hay lugar para pequeños y medianos emprendimientos que basan su oferta en la calidad. Demás está agregar algo respecto de la actual coyuntura económica, pero nosotros contamos el tiempo por cosechas, por años y no por días y sabemos esperar”.

Siguiendo con el perfil de la pregunta anterior, a González se le consultó si es difícil ser enólogo en nuestro país. Al respecto, señaló que “es un desafío permanente que se apoya siempre en un equipo de trabajo. Cuando éste está consolidado entonces todo se encamina correctamente. La vida me ha llevado a trabajar como enólogo en Chile, Brasil, Francia y Hungría. En todos los casos hay barreras para superar, pero de eso se trata precisamente. Como decían los guerreros antiguos “El valor de mi enemigo me honra”. Soy argentino y amo a mi país”.

Para finalizar, le dedicó un espacio a los consumidores de vino en Argentina donde dijo que “como en todo país productor somos consumidores cautivos. Hemos acostumbrado nuestro paladar a la oferta nacional y los productos importados que se consumen no alcanzan al 1% del total. De hecho, se trata de algunos vinos que no se producen en nuestro país y que tienen alguna característica diferencial”.  A lo que afirmó, “dentro de la oferta nacional hay vinos diseñados para un consumidor tradicional adulto, que se mantiene fiel a una marca y a un estilo. Por otro lado, el consumidor joven no se ata a ninguna propuesta y está en la búsqueda permanente de la oferta novedosa, de mensaje simple pero contundente y que sobre todo colme sus expectativas de placer acorde al precio pagado”.