Estudiantes: el dilema de apostar por la Copa y perder terreno en la de 2023

El cuerpo técnico se abraza a la actual edición de la Libertadores, pero eso le está haciendo perder terreno en su lucha por clasificar a la del año que viene. ¿Qué debe hacer el Pincha?

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La derrota contra Tigre volvió a plantear el problema por el que transita Estudiantes: ¿cuál debería ser su principal objetivo en este semestre? Por un lado está la Copa Libertadores y al mismo tiempo terminar entre los tres primeros en la tabla anual para volver a jugar la copa que más le gusta al Club y la que genera ingresos millonarios.

En la Libertadores el equipo, que viene jugando desde el mes de febrero, hizo partidos realmente muy buenos. Superó dos fases de repechaje y eso lo depositó en la fase de grupos, la cual pasó sin sobresaltos asegurándose la clasificación dos fechas antes y siendo el primero una jornada antes del final. Ningún otro equipo argentino igualó semejante performance.

En el primer semestre la cabeza y el cuerpo les aguantó a los jugadores para tanto ritmo. El Pincha fue avanzando a nivel internacional pero también se metió en las finales de la Copa de la Liga, sumando un colchón de puntos que hoy permiten este análisis; de lo contrario ni siquiera estaríamos discutiendo sobre esto.

Pero luego del mini receso las cosas cambiaron. Se fueron algunos jugadores (principalmente Gustavo Del Prete a quien el equipo extraña horrores) y algo se “rompió”. Estudiantes dejó de ser ese equipo serio, compacto y ganador. En las primeras fechas ganó casi de casualidad y ahora entró en una zona de neblina que lo tiene con un empate y cuatro derrotas.

Esos malos resultados lo empezaron a relegar no solo en la lucha por este campeonato, que nadie imaginó podía hacer, pero lo peor de todo es que lo fue sacando de los puestos de vanguardia en la tabla anual, la que a fin de año determinará cuáles son los equipos que se clasifican a la Copa Libertadores y quiénes a la Sudamericana.

Estudiantes estaba primero en dicha tabla pero ahora marcha séptimo, con una proyección no muy alentadora. Entonces claro, la pregunta: ¿es negocio poner todos los huevos en la canasta de los cuartos de final de la actual Copa desatendiendo de semejante manera la Liga Profesional a riesgo de quedarse sin nada en la temporada 2023?

Hoy está a sólo tres puntos de Gimnasia, que tiene 39 unidades y es el último en clasificarse por dicha tabla, pero con Newell’s y River en el medio y a apenas cuatro puntos de Sarmiento que con 32 asoma como el que está esperando meterse en el lote de los que van a la Sudamericana. Está tiempo de ponerse en carrera otra vez, como dice su capitán Mariano Andújar, pero ya dejó pasar partidos “accesibles” como para sumar. Lo que todos coinciden es que ya no tiene tiempo para seguir perdiendo porque de lo contrario la copa principal será imposible y pondría en riesgo su boleto para la siguiente.

Cuando se inició esta Libertadores los analistas entendieron que les iba a resultar muy difícil a los equipos grandes como Boca y River competir contra los brasileños. Ni hablar lo que puede significar para Estudiantes, Talleres y Vélez, que aun siguen su andar mientras que los “poderosos” quedaron en el camino.

A los de Ricardo Zielinski les queda Atlético Paranaense en cuartos de final, un obstáculo muy difícil pero no imposible. ¿Puede avanzar? No será sencillo dejar afuera a este equipo que es mucho más poderoso que Bragantino y Fortaleza pero menos que Palmeiras, Flamengo y Atlético Mineiro, que siguen del otro lado del cuadro.

Lo que dejó el post Tigre

El partido contra Tigre marcó otro punto bajo de esta turbulencia que está atravesando Estudiantes. Cuando parecía que contra Belgrano se había tocado fondo, el domingo en Victoria se vio algo peor, con mayores errores defensivos, algunos de ellos poco comunes para un equipo profesional de Primera División.

Es verdad que tuvo un atenuante: las ausencia de dos de los centrales titulares y la lesión del suplente. Pero de todos modos el rendimiento fue muy malo, y la fragilidad se hizo muy notoria, tanto como que los refuerzos no estuvieron a la altura.

Luciano Lollo, que llegó desde Banfield, volvió a dejar una imagen poco confiable y -con espacios por cubrir- hizo que a Mariano Andújar le llegaran demasiado. Ni él ni Jorge Rodríguez -que no es central- pudieron parar a los delanteros rivales e hicieron extrañar más de la cuenta a Agustín Rogel e incluso a Fabián Noguera, este último resistido por sus últimas actuaciones. Tampoco convenció Eros Mancuso, el lateral que llegó desde Boca para ser alternatva a Leo Godoy.

Entonces, además de la mira en el técnico y los jugadores la incertidumbre en la política de refuerzos y la pregunta sin respuesta: ¿Estudiantes debe pelear esta Libertadores o apostar por jugar la siguiente Copa?

Después de liderar la anual, el Pincha hoy está a cuatro puntos del último de la Sudamericana

 

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